Una sola voz sobre el escenario acompañada del bajo de Peter Hook, poesía perturbada que emana con nostalgia de un tiempo diferente. Cuatro jóvenes que marcaron la historia de la música con la elegancia mod: Ian Curtis, Bernard Sumner, Peter Hook, y Stephen Morris. Ellos, los generadores de la transición de momentos inciertos, que en algún momento fueron coreados en los bares de Manchester bajo el nombre de Joy Division.
La banda de rock punk emergió de la clase obrera en la escena de Manchester, Inglaterra en 1976 y marcó su disolución en 1980, con la muerte de Ian Curtis. Durante su periodo de actividad Joy Division generaba una amalgama de poesía rebelde y sonidos graves, como el bajo, el teclado y la voz barítono bajo de Ian que le hacía parecer mucho más entrado en años de los que realmente tenía, impregnaba de oscuridad a las canciones.
Joy Division evolucionó de sus influencias punk rock iniciales, para posteriormente desarrollar un sonido y un estilo que fue pionero del movimiento post-punk junto con bandas como Siouxsie & the Banshees y The Cure, del dark y el rock gótico, que contrastaba con el Glam en una década propensa a los excesos estéticos como la de los setenta.
Curtis conoció a Bernard Sumner y Peter Hook cuando asistían a un concierto de los Sex Pistols. Fue allí donde le comentaron el hecho de que estaban intentando formar una banda, ante lo cual él quiso inmediatamente unirse al proyecto, liderándolo como vocalista y letrista. Entre los tres buscaron un baterista y, tras un largo proceso de selección, Stephen Morris se unió a la agrupación. A mediados de 1976 el grupo se integró bajo el nombre de Warsaw.
A comienzos de 1978, para evitar la confusión con el grupo de punk de Londres Warsaw Pakt, Warsaw cambió su nombre a Joy Division (“División Alegría”) que hace referencia al grupo de mujeres judías usadas como esclavas sexuales en los campos de concentración nazis, representadas en la novela de 1955 “La casa de las muñecas” de Ka-Tzetnik 135633 (Yehiel De-Nur).
Mientras actuaba con Joy Division, Curtis desarrolló un estilo de baile muy personal que evocaba los ataques epilépticos que sufría, a veces incluso en el escenario. La similitud era tanta que el público llegaba a dudar si lo que estaba presenciando era parte de la actuación o un verdadero ataque. A veces se desmayaba y tenían que ayudarlo a bajar del escenario, ya que su salud iba empeorando debido al gran número de conciertos que el grupo daba.
A pesar del creciente éxito de la banda, el vocalista Ian Curtis fue afectado por la depresión y por problemas personales, incluyendo la disolución de su matrimonio y sus agudas crisis de epilepsia. Curtis encontraba cada vez más difícil presentarse en vivo, y a menudo tenía convulsiones durante sus espectáculos.
Poco antes de que Closer, el segundo disco de la banda viera la luz, y cuando Joy Division estaba a punto de embarcarse en una gira por Estados Unidos, Curtis se ahorcó en la cocina de su casa de Manchester.
Esa noche en su departamento, se encontró que Ian vio por última vez uno de sus filme preferidos, Stroszek, de Werner Herzog, en la que se muestra la vida de un atormentado artista que al final se suicida. Más tarde, finalmente, decidió colgarse en la cocina mientras en su tocadiscos se escuchaba The Idiot de Iggy Pop marcando el fin de su corta vida a los 23 años.
Sus restos se enterraron bajo el epitafio Love will tear us apart, el título de su canción más popular. Ian Curtis no logró ver el éxito que produjo el disco Closer, el cual hoy en día es considerado, al igual que toda la obra de Joy Division, un material de culto para los coleccionistas.
El legado de Ian Curtis
Unknown pleasures
1979.
El debut discográfico de Joy Division mostraba en su portada los 100 pulsos sucesivos del primer púlsar descubierto. Tan magnética referencia servía para hacerse una perfecta idea de lo atrayente de su sonido: canciones tan primarias como absolutamente estremecedoras, ejecutadas con una evidente limitación técnica que fue compensada con creces a base de pasión.
Disorder o She’s Lost Control dan buena cuenta de ello. Más allá de las listas indies, sus ventas fueron pobres, aunque con el tiempo sería reivindicado como uno de los debuts más influyentes de todos los tiempos.
Closer
1980
Pese a que el lanzamiento del segundo trabajo de Joy Division estaba programado para mayo de 1980, el suicidio de Curtis hizo que se aplazara hasta julio de ese mismo año. Así pues, el líder de Joy Division no vivió para ver el éxito de Love will tear us apart, single que no apareció en la primera edición de un disco más austero y claustrofóbico que su predecesor.
Una auténtica obra maestra de sombría, funeraria y premonitoria portada que puso el punto y final a la banda y sirvió de nexo entre el punk y la new wave, de la que los supervivientes de Joy Division serían grandes protagonistas con su nueva banda, New Order.