Un reportaje de Bloomberg Businessweek expone que el delito no fue denunciado por la víctima, una mujer australiana. Los hechos sucedieron en medio de la polémica batalla entre Airbnb y la gran ciudad de Nueva York, en donde los alquileres a corto plazo son ilegales, pues la plataforma le permite a los ciudadanos rentar por algún tiempo sus casas a otras personas.
Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).- La compañía Airbnb le pagó siete millones de dólares a una turista australiana, luego de que supuestamente fue violada en un departamento de Manhattan, un pago que forma parte de las políticas de alojamiento para mantener ocultos incidentes de alto impacto.
De acuerdo con un reportaje de Bloomberg Businessweek, el presunto delito no fue denunciado pero la cantidad de dinero es parte de un estimado de 50 millones de dólares que la plataforma otorga anualmente para pagar acuerdos legales a los huéspedes, así como repara daños a casas de los anfitriones.
La víctima, que permanece bajo anonimato, es una mujer australiana de 29 años. Los hechos ocurrieron a en la víspera de Año Nuevo, en 2015, cuando un grupo de amigos alquiló un departamento en el primer piso en West 37th Street, a pocos metros al sur de Times Square.
Las llaves fueron recogidas en una bodega cercana y posteriormente los amigos salieron a disfrutar la fiesta de fin de año, según Bloomberg Businessweek.
Violent crimes. Millions of dollars in settlements. Here’s how Airbnb’s secretive safety team helps the company keep bad things quiet https://t.co/kf4kNLH3nw pic.twitter.com/dPaDtZTkhV
— Businessweek (@BW) June 15, 2021
Después de la medianoche, la mujer regresó de un bar sin sus amigos, cuando de la oscuridad salió Junior Lee, de 24 años, el presunto sospechoso la amenazó con un cuchillo de cocina y abusó sexualmente de ella.
La policía detuvo a Lee, quien entre sus pertenencias tenía el cuchillo, un arete de la mujer y un juego de llaves del lugar, por lo que fue acusado de agresión sexual depredadora, pero él se declaró inocente y permanece bajo custodia.
El reportaje cuestiona cómo el agresor había conseguido el juego de llaves, pues ese aspecto no está del todo claro y los directivos de Airbnb se encontraban sumamente preocupados de que los turistas demandaran a la compañía por su política de llaves, la cual no pide que los anfitriones usen cerraduras de teclado y se cambien los códigos o se revele quién más cuenta con duplicados de llaves.
El abogado de la víctima alcanzó un acuerdo de siete millones de dólares tras dos años del presunto delito, lo que la impide de culpar o demandar tanto a Airbnb como al anfitrión del departamento.
Los detalles del crimen, la respuesta de la empresa y los acuerdos fueron reconstruidos mediante registros judiciales, policiales, así como documentos confidenciales y entrevistas con personas que tenían alguna relación con el caso.
Los hechos sucedieron en medio de la polémica batalla entre Airbnb y la gran ciudad de Nueva York, en donde los alquileres a corto plazo son ilegales, pues la plataforma le permite a los ciudadanos rentar por algún tiempo sus casas a otras personas, lo que le trajo diversos problemas de competencia a las cadenas de hotelería.