Nuevos detalles en los correos revelan cómo Donald Trump presionó a organismos del Gobierno para que impugnaran los resultados de 2020 por medio de denuncias falsas a pesar de que tanto funcionarios de Seguridad Nacional y Justicia como dirigentes republicanos de todo el país aseguraron reiteradamente que no hubo fraude generalizado.
Por Michael Balsamo y Colleen Long
WASHINGTON (AP).— Durante las últimas semanas de su Presidencia, Donald Trump y sus aliados presionaron al Departamento de Justicia para que investigara denuncias infundadas de fraude electoral, a pesar de que el exsecretario había dicho que no había pruebas de fraude generalizado, según emails dados a conocer el martes por la Comisión de Supervisión de la cámara baja.
Los correos electrónicos revelan hasta qué punto el Presidente, su jefe de despacho y otros aliados presionaron al entonces Secretario de Justicia interino Jeffrey Rosen para que se sumara a la campaña de Trump, que intentaba impugnar el resultado de las elecciones, e incluso le sugirieron que presentara un recurso ante la Corte Suprema.
Los mensajes a Rosen incluyen teorías conspirativas desmitificadas e información falsa sobre fraude electoral. Las mentiras de Trump sobre la elección acicatearon a la turba que asaltó el Capitolio el 6 de enero en un intento fallido de impedir la certificación de la victoria de Joe Biden.
El exsecretario de Justicia William Barr, uno de los fieles de Trump, afirmó que no hubo fraude generalizado.
El jefe del despacho presidencial, Mark Meadows, pidió a Rosen que investigara teorías conspirativas y lo instó a reunirse con un aliado de Rudy Giuliani, el abogado de Trump, quien sostenía sin fundamento que Italia empleaba satélites y tecnología militar para alterar votos.
Cuando Rosen le reenvió el email de Meadows a Rich Donoghue, el Subsecretario de Justicia en funciones, éste respondió en una nota, “locura total”. Rosen le escribió que se le pidió que el FBI se reuniera con el socio de Giuliani y el respondió que no, que el hombre podía llamar al teléfono del FBI habilitado para recibir denuncias o acudir a una oficina local de la agencia. Giuliani se consideró “insultado” por la respuesta.
“Preguntado si recapacitaría, me negué rotundamente, dije que no brindaría un trato especial a Giuliani o cualquiera de sus ‘testigos’, y reafirmé una vez más que no hablaré con Giuliani sobre este asunto”, escribió Rosen.