Gary Kobinger recuerda que las investigaciones se apoyan en las realizadas para obtener la vacuna contra el SARS-CoV de 2003, que no se completó porque el virus desapareció en unos seis meses.
Ciudad de México, 15 de junio (RT).- El Dr. Gary Kobinger, director del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Laval en Quebec (Canadá), cree que es muy probable que la vacuna contra la COVID-19 esté lista en unos meses, según lo comentó este viernes durante una conferencia virtual, informan medios locales.
“Creo que tenemos una probabilidad muy alta de ver surgir una vacuna para el coronavirus en los próximos meses, con suerte”, explicó Kobinger. “Eso significa muchos, muchos meses, pero no 10 años”, aclaró.
Asimismo, el científico indicó que en la actualidad ya hay más de 100 posibles vacunas en desarrollo contra la nueva enfermedad en todo el mundo, lo que —en su opinión— refleja que el proceso va muy rápido.
“RITMO SORPRENDENTE”
Kobinger, que antaño colaboró en el desarrollo de una vacuna y un tratamiento contra el ébola, está trabajando con laboratorios de Canadá, EU, Chile, China, Europa y África para hallar un remedio contra el SARS-CoV-2.
“El conocimiento sigue creciendo a un ritmo sorprendente”, asegura el experto en enfermedades infecciosas, si bien reconoció que todavía queda mucho trabajo por hacer.
En este sentido, detalló que la principal preocupación sobre una posible vacuna es la seguridad, parámetro que se analiza en las dos primeras fases de pruebas en humanos. Una vez se demuestra que es segura, en la fase tres se prueba su efectividad.
“HERRAMIENTA FUNDAMENTAL”
“Estamos tratando de comprimir entre 15 y 20 años de desarrollo de vacunas en un sólo año”, precisó Kobinger, si bien indicó que en este caso se están apoyando en las investigaciones realizadas para la obtención de una vacuna contra el SARS-CoV de 2003, que no llegó a completarse porque desapareció en unos seis meses.
Otro dato esperanzador revelado por el doctor canadiense es que, a diferencia de lo que ocurre con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o la gripe, el SARS-CoV-2 no muta a gran velocidad, lo que permite a la comunidad científica planear una vacuna universal que podría ayudar a todo el mundo.
Por todo ello, Kobinger se muestra esperanzado y está convencido de que cada vez estamos más cerca de una vacuna. “Será una herramienta fundamental para proteger a la población, a las personas, para que puedan volver a una vida absolutamente normal como era antes de la COVID-19”, concluyó.