Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).- La revista estadounidense de veteranos de guerra y asuntos militares Task & Purpose publicó en su edición web un artículo escrito por Brad Hardy, un oficial en activo, quien dice que en México existen al menos 10 mil paramilitares que combaten al narcotráfico, es decir, organizaciones particulares que no forman parte legal de las fuerzas militares regulares de un Estado.
Hardy propone una alianza militar con su vecino del sur y el uso de información proveída por Estados Unidos para “mejorar su compromiso militar con México”, así como para abonar en los esfuerzos por reducir a los cárteles de la droga en México. El oficial en activo también recuerda que durante los últimos años, los cárteles mexicanos han creado una alarmante proliferación de la violencia al sur de la frontera de su país, por lo que la inseguridad del lado sur de la frontera no debería de ser vista como un asunto exclusivo de un país, ya que compromete la seguridad de ambas naciones.
Las relaciones entre México y Estados Unidos están sometidas a una intensa presión luego del anuncio de que dos Blackhawks fueron enviado a la frontera de Texas, pocos días después de narcotraficantes derribaron un helicóptero del gobierno.
EL jueves en la noche, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió un comunicado expresando su desaprobación de la medida de Texas. Rechazó que Estados Unidos vea a la frontera como “un espacio de amenaza a la seguridad y no de buena vecindad”. Agregó que está trabajando en colaboración con las autoridades estadounidenses en torno a las investigaciones del incidente ocurrido el pasado 5 de junio en la región fronteriza.
“México se mantiene vigilante para que los recursos disponibles en ambos países se enfoquen hacia la consolidación de una frontera segura, eficiente y competitiva para facilitar los flujos legítimos de bienes y personas, así como para promover la prosperidad y el desarrollo en ambos lados de nuestra frontera común”, añadió.
Pero la respuesta desde Texas fue dura, el viernes:
“Por deferencia a la soberanía de México, hemos dado tiempo al gobierno mexicano a controlar eficazmente la violencia en [la ciudad de] Matamoros y [en el estado de] Tamaulipas. Esos esfuerzos han fracasado en gran medida”, dijo el congresista demócrata Filemón Vela. “Cuando las balas mexicanas atraviesan el Río [Bravo] y van contra autoridades Estados Unidos, cambia el juego”, agregó Vela. “No podemos quedarnos quietos ante tal acción, Yo apoyo plenamente a la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en su decisión de enviar helicópteros Blackhawk para proteger a nuestros hombres y mujeres en el campo. Espero que sea suficiente”, agregó.
GUERRA FRONTAL
Brad Hardy afirma en el artículo publicado en Task & Purpose, dice el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) se encuentra en un combate frontal contra las fuerzas de seguridad mexicanas y llevó a cabo una serie de ejecuciones de civiles a principios de este año. Ante estos hechos, un informe de la Oficina de Rendición de Cuentas Gobierno del Gobierno de EU -fechado en 2013- indicó que 33 agencias policiales estatales y locales estadounidenses, expresaron su profunda preocupación por el potencial desbordamiento de la violencia en los estados fronterizos de Estados Unidos.
Hardy asegura que a pesar de los grandes esfuerzos para acabar con el narco, el crimen relacionado a esta actividad ilícita continúa siendo alto. El oficial en activo del Ejército estadounidense dice que también existe una porosa frontera sur que permite un estimado de entre seis y siete millones de entradas ilegales a Estados Unidos cada año, lo que pudiera ayudar a ingresar a terroristas potenciales.
El liderazgo militar en ambos lados -enfatiza Hardy- ya no debería de ver los problemas de criminalidad en México como un asunto interno, ya que en este momento pone en peligro a ambos países. Los esfuerzos de compromiso y de colaboración de los estadounidenses con los militares mexicanos para ayudarlos en su lucha contra los cárteles, son puntos críticos en la seguridad bilateral de América del Norte.
El miembro del Ejército estadounidense también señala que en México existen al menos 10 mil hombres que se encuentran enrolados en fuerzas paramilitares, en organizaciones particulares que tienen una estructura, entrenamiento, subcultura y funciones parecidas a las de un ejército, pero que no hacen parte formal de las fuerzas militares de un Estado.
Hardy no menciona que las organizaciones paramilitares sirven a los intereses del Estado o a grupos de poder y que casi siempre están fuera de la ley. Tampoco dice que las paramilicias pueden estar conformadas por fuerzas policiales, militares, mercenarios, o grupos de seguridad privados. Dichos grupos tienen un carácter de tropa irregular, por lo que combaten sin obedecer las convenciones nacionales e internacionales para el ejercicio de la guerra, lo cual les permite excesos de violencia que serían inadmisibles en las fuerzas del Estado.
“Esta amenaza a la patria destaca la necesidad de la participación activa de América con nuestros hermanos y hermanas las fuerzas de seguridad mexicanas. El Comando Norte de los Estados Unidos (en referencia al Northcom por sus siglas en inglés), comando combatiente con un área de responsabilidad que abarca los Estados Unidos, Canadá, México y las Bahamas, tiene una posición única para proporcionar tal compromiso. En concreto, a través de operaciones de información que fomenten el aumento de compromisos de militares a militares, con las fuerzas del Ejército regionalmente alineados a la zona, por lo que el combativo Comando Norte puede mejorar el dilema de seguridad frente a ambas naciones”, escribe Hardy.
El oficial de la milicia estadounidense, indica que el Ejército de Estados Unidos, así como el Northcom, tienen una ventaja operativa para afianzar la alianza militar entre México y Estados Unidos. Dicha cooperación bilateral, asegura Hardy, está comprometida a derrotar a las organizaciones criminales, incluidos entre ellos, los cárteles transnacionales del narcotráfico.
Con dicho fin, dice, el Northcom coordina significativas oportunidades de capacitación a nivel táctico, operativo, así como de compromisos, de militares a militares, a lo largo del año. “Por ejemplo, las pruebas anuales de ejercicio de ambas naciones realizados en Ardent Sentry para prepara respuestas a desastres naturales. El comando no ha ampliado aún su construcción de una sólida asociación con México, misma que es necesaria emplear en las operaciones de información para ampliar dichas actividades”.
Hardy también cita los problemas legales, que él llama “ambigüedades”, que podrían existir al proveer operaciones de información a México, por lo que propone que quienes lleguen a planificarlo, lo manejen con “delicadeza” y “ética”. El militar en activo recuerda el artículo publicado por la revista Rolling Stone en el año 2011, misma que aseguró que el Ejército estadounidense intentó manipular psicológicamente a los miembros del Congreso de su país, para proporcionar apoyo adicional a Afganistán.
El oficial en activo recuerda también que la Ley Smith-Mundt (1948) prohíbe el uso gubernamental de tácticas manipuladoras, basadas en la información sobre los estadounidenses. “A pesar de que una investigación general posterior no encontró ninguna fechoría, la historia pone de relieve cuán dañinas pueden resultar este tipo de operaciones si son utilizadas en la población civil”, escribe Hardy.
El artículo publicado en Task & Purpose señala que las operaciones conjuntas entre Estados Unidos y México serán difíciles pero no imposibles. Señala también que algunas investigaciones académicas y ejecutivas sobre la política militar, dicen que la cooperación conjunta es posible. “Además, la Ley de Autorización de Defensa Nacional (2013) anuló efectivamente la Ley Smith-Mundt. El cambio en la ley, sin embargo, no deroga el disgusto público por la aparición la explotación maliciosa de los socios militares mexicanos”.
Lo que sí agrava el problema, dice Hardy, es que el Ejército de Estados Unidos y el Estado Mayor, proporcionan poca orientación sobre las operaciones de información que pueden ser llevadas acabo dentro de América del Norte. Y el Manuel de Campo del Ejército 3-13, tampoco dice nada al respecto, ni en su capítulo de “Operaciones de Información”, ni en el de “Informar e influir”. Tan sólo dice que el Ejército de EU debe dirigir actividades que influyan hacia el público extranjero, y que los funcionarios de seguridad nacional pueden emplear radios y altavoces para para informar a la población afectada después de un desastre natural.
Utilizando un lenguaje muy técnico, Hardy indica que “cualquier plan debe ir a través de una revisión legal y de mando rigurosa antes de su implementación, ya que de lo contrario, sin una base de la doctrina, el personal del Ejército podrá optar por renunciar a utilizar las capacidades de información en absoluto, una pérdida de un potente activador a cualquier operación”.
El oficial en activo ve una clara ventaja operativa de Estados Unidos con respecto a México, así como una posible falta de comprensión en la planificación de las operaciones en lo que se refiere a sistematizar, procesar, difundir, o actuar sobre la información.
Asegura también que el Ejército estadounidense, el Northcom debe de ser el líder en todas las tareas de información y realizar una cooperación de seguridad tales como la formación combinada de ejercicios entre Estados Unidos y México, “intentando afectar las percepciones, influencia y comportamiento de los adversarios y de los aliados”.
“Dada la historia hostil que México y Estados Unidos han compartido durante casi dos siglos, la Secretaría mexicana de defensa nacional es sensible a los uniformados militares estadounidenses que operan en territorio mexicano. Sin embargo, las operaciones de información pueden dar forma a la percepción de las futuras operaciones combinadas entre Estados Unidos y México, mediante la venta de los beneficios de la cooperación. Estos incluyen una mayor colaboración interoperable, operaciones más eficaces contra las drogas, y una disminución resultante en los delitos relacionados con los cárteles. Estas son tareas fundamentales para la conformación de las actividades en cualquier lugar, pero fundamentales también para las que se realizan en conjunto con los socios mexicanos, que comparten la misma amenaza como los Estados Unidos”.
El militar estadounidense llama a conformar compromisos regionales con “fuerzas alineadas” y combinadas, con un enfoque de abajo hacia arriba. Al demostrar la profesión de las armas a través de una experiencia compartida, los líderes de Estados Unidos tienen un efecto moldeador en el medio ambiente. Los socios mexicanos se vuelven más confiados, se encuentras bien informados por parte de los soldado estadounidenses y pueden buscar más oportunidades de trabajar juntos”.
Más capacitación para las fuerzas mexicanas conducen a una mayor habilidad en sus propias operaciones, que llevan, además, a acciones más eficaces contra los cárteles de la droga en México, asegura Hardy. Una determinación combinada para disuadir o derrotar a los cárteles de ambos lados de la frontera, cambia el entorno de la información, disuade a los ataques y las actividades de los cárteles, y conduce a una América del Norte más estable, ya que los cárteles pueden empezar a darse cuenta de que ya no pueden operar con impunidad, dice el oficial en activo del Ejército estadounidense en su artículo.
“Un ejemplo de que este método puede ser eficaz con socios mexicanos es la Iniciativa Mérida. El programa en curso del Departamento de Estado, instituido en 2007, destinó 1.4 mil millones de dólares del presupuesto, destinado a desarrollar leyes y una vigilancia de las capacidades para asegurar la frontera y restringir las actividades del tráfico las drogas. Un componente clave es la transferencia de armas de fuego y otros elementos necesarios para la policía mexicana. Sin embargo, la iniciativa era demasiado centrada en el equipo, la financiación y en la focalización del crimen, no así en la profesionalización a largo plazo de las fuerzas de seguridad. Como resultado, y entre un número de otras razones, el programa recibió severas críticas por su conexión con el incidente de contrabando de armas denominado Rápido y Furioso en 2010”.
Sin embargo, la Iniciativa Mérida parece haber ganado algo de impulso en la profesionalización de las fuerzas de seguridad mexicanas, ya que a partir del 2011, México ha visto un aumento de casi 40 mil elementos en sus fuerzas del orden y de funcionarios judiciales, a través de esfuerzos de colaboración con Estados Unidos, indica el artículo. En este punto, todos entran a enfrentar al narco, dice Hardy, incluyendo a los paramilitares, a las fuerzas estadounidenses alineadas en la región, que necesitó de un permiso especial del Congreso.