El incremento en los precios de los bienes y servicios ha afectado más a los hogares con menores niveles de ingresos.
Ciudad de México, 15 de mayo (SinEmbargo).– Comer en México se ha vuelto más caro en los últimos meses debido al incremento en los precios en el rubro de alimentos, lo que ha afectado más a los hogares con menores niveles de ingresos, según muestran datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y un estudio comparativo del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El pasado 9 de mayo, cinco días después de que el Gobierno federal presentara su plan para frenar el incremento de los precios, el Inegi reportó que la tasa de inflación en México subió en abril hasta el 7.68 por ciento, su mayor nivel desde enero de 2001, tras un aumento de los precios en el cuarto mes del año del 0.54 por ciento respecto al mes anterior impulsado por los alimentos y los pecuarios.
El índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformada por 176 productos y servicios, presentó un aumento del 0.44 por ciento mensual y del 8.31 por ciento interanual.
Los productos con el mayor aumento mensual en su precio fueron el chile serrano (25.65 por ciento), jitomate (20.23 por ciento), aguacate (13.94 por ciento), pollo (2.94 por ciento), tortilla de maíz (2.18 por ciento) y huevo (2.36 por ciento), como se muestra en el siguiente gráfico.
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Si bien el Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) del Gobierno federal incluye artículos de la canasta básica de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para ayudar a la economía de los que menos tienen, los resultados podrían verse reflejados en los próximos meses, según especialistas.
Para saber cómo ha afectado este incremento de precios en las familias mexicanas, el IMCO presentó un estudio sobre el impacto regresivo de la inflación.
De acuerdo con el análisis, las familias que perciben 3 mil 313 al mes, en promedio, el incremento en el precio de su canasta de consumo es de 8.74 por ciento anual; para aquellas con ingresos promedio de 54 mil 427 al mes el aumento en el costo de la canasta de consumo es de 7.48 por ciento. Es decir, aquellos con menores recursos dedican una mayor proporción del gasto al consumo de los alimentos, que muestran mayores incrementos en precios, mientras que gastan menos en cuidados de la salud o educación.
A nivel mundial, según datos del IMCO, el incremento de los precios comenzó en 2021, inicialmente impulsado por el aumento en los precios más volátiles de la economía, particularmente de los energéticos (que tuvieron una inflación anual de 19.30 por ciento en abril de 2021) y de las mercancías como alimentos, bebidas y tabaco (donde la inflación anual superó el 4 por ciento desde abril de 2020). Conforme pasaron los meses las presiones se extendieron a productos agropecuarios y los precios de los servicios. Por lo tanto, la inflación de México registró incrementos anuales superiores al 4 por ciento desde marzo de 2021, con niveles fuera del rango objetivo establecido por el Banco de México que es de +/-3 por ciento.
El estudio del IMCO, que analiza las presiones inflacionarias observadas a finales de 2021 y los primeros meses de 2022, muestra el impacto en el gasto de los hogares con diferentes niveles de ingresos. Por ejemplo, la canasta de consumo de hogares con bajo nivel de ingresos (decil 1) se concentra más en bienes de consumo básico como alimentos y bebidas, que enfrentan incrementos pronunciados en precios.
Los hogares con mayores ingresos (decil 10) dedican más recursos al pago de servicios de educación, cuidado de vehículos y comunicaciones, donde los precios han aumentado en menor medida (o incluso han caído), por lo que el impacto de la inflación sobre su gasto ha sido menor.
En el decil 1, con un ingreso mensual aproximado de 9 mil 938 pesos, los hogares dedican 7.2 por ciento de su gasto a verduras, legumbres y semillas (con inflación anual de 13.1 por ciento en abril 2022), mientras que esa proporción es de 4.8 por ciento en el decil 5 y 2.2 por ciento en el decil 10.
Similarmente, el decil 1 dedicó 1 por ciento de su gasto a aceites y grasas, cuya inflación anual en abril fue de 35.8 por ciento; en contraste, el decil 5 (ingreso medio) destinó sólo 0.5 por ciento de su gasto a esos productos, y el decil 10 (ingresos altos) sólo 0.2 por ciento, según el análisis del IMCO.
En contraste, el gasto proporcional en artículos y servicios de educación para el decil 1 fue únicamente 2.4 por ciento, mientras que en el decil 5 se destinó 3.8 por ciento y en el decil 10, 9.8 por ciento del gasto total. El incremento anual en los precios de ese rubro fue de solo 3.2 por ciento.
A nivel mundial, los precios de los alimentos bajaron ligeramente en abril luego de haber alcanzado un nivel récord en marzo, pero se mantienen en niveles altos debido a la guerra de Ucrania, según informó el pasado 8 de mayo la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés).
El índice se situó en 158.5 puntos, lo que representa un descenso de 1.2 puntos (0.8 por ciento) respecto a marzo, pero aún así se encuentra 36.4 puntos (29.8 por ciento) por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado.
Ante esta situación, el pasado 12 de mayo, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió incrementar en 50 puntos base la tasa de interés para ubicarla en 7.0 por ciento, debido a las presiones inflacionarias. En su decisión evaluó la magnitud y diversidad de los choques que han afectado a la inflación y sus determinantes, así como el riesgo de que se contaminen las expectativas de mediano y largo plazos y la formación de precios.