La Escuela Secundaria Oficial No. 196 “Gutemberg”, a donde asistía la pequeña Ximena Paola, se encuentra ubicada a tres avenidas del lugar en el que también fue hallada sin vida Lupita –la niña de cinco años de edad, conocida como “Calcetitas rojas”, y cuyo cadáver fue abandonado en marzo pasado e identificado más de nueve meses después–. Está, además, a una colonia de distancia de donde se encontró el cuerpo de la pequeña Valeria Gutiérrez, quien tenía 11 años y fue asesinada y violentada sexualmente en julio pasado por el chofer de una combi de transporte público.
A pesar de que los políticos presumen la seguridad del municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, activistas de la entidad destacan que eso es evidentemente falso y que hasta las cifras oficiales están maquilladas: “Lo que nos hemos dado cuenta es que lo que hacen tanto los ministerios públicos, los policías municipales y estatales, y en última instancia las fiscalías, es que si hay un feminicidio, levantan el cuerpo y lo clasifican como homicidio doloso o el de un hombre para que ya no entre en las cifras”.
El Edomex reportó que en el primer trimestre de este año sólo han ocurrido 12 feminicidios, y sólo dos en Neza, que aún así colocan a este municipio como el que tiene la tasa más alta de este tipo de crimen.
Ciudad de México, 15 de mayo (SinEmbargo).– Ximena Paola Vargas Romero tenía 14 años de edad, era estudiante de secundaria y vivía en Nezahualcóyotl, Estado de México. Su cadáver fue hallado las primeras horas del pasado “Día de las Madres”, entre la Calle 19 y Calle 20, y la Avenida Bordo de Xochiaca.
La menor vivía en la colonia Las Flores y salió de su casa ante la ausencia de su padre, Antonio Juan Vargas Gutiérrez, y también la de su hermana: él se encontraba en el trabajo y ella –un año mayor– también había salido a la calle.
Xochiquetzalli Gómez Somoza, madrina de Ximena y amiga de la madre de la menor, explica que la “hermana salió horas antes –alrededor de las seis–, y me dice que cuando regresó –como a las 11 ó 12 de la noche– Ximena no estaba y a partir de ese momento empezó a tratar de comunicarse con algunas personas para poder encontrarla. En toda la noche Ximena no regresó”.
La mujer es amiga de la señora Laura Romero desde hace más de dos décadas, y ha acompañado a la familia en la tragedia.
El día de la desaparición de la estudiante de segundo año de secundaria, el Gobernador del Estado de México Alfredo del Mazo Maza anunciaba –ante representantes de la academia y organizaciones de la sociedad civil– la firma de un decreto con el que creaba Unidades de Igualdad de Género y Erradicación de la Violencia para las dependencias gubernamentales e invitaba a los municipios a implementar las propias.
También ese día, el Alcalde perredista de Nezahualcóyotl Juan Hugo de la Rosa dijo: “Son precisamente, las madres las que, además de danos la vida, nos dan todas las herramientas necesarias para poder salir adelante, por eso creo que debemos de darle todo nuestro respeto, tenemos que hacer nuestro esfuerzo también para que ellas tengan una calidad de vida como la que se merecen”.
Aún no está claro por qué Ximena salió a recorrer las aceras del municipio mexiquense que registró la mayor tasa de feminicidios en los primeros tres meses de este año. El mismo municipio en el que desde 2015 opera una Alerta de Género para prevenir la violencia y los feminicidios.
El señor Juan Antonio “llegó a las nueve de la mañana del jueves, es guardia de seguridad –tanto él como mi amiga, Laura Romero, ya tienen tres años separados, y él se quedó con la guardia custodia–, encuentra a su hija mayor afuera, empieza a preguntarle por Ximena y ella le dice que no sabe dónde está. Él en ese momento piensa que le está jugando una broma”.
Los minutos pasaron y “él piensa que está [con su madre], pero se empieza a preocupar porque ya eran las 10, las 11… y no sabia nada de ella”.
Pasado el tiempo, la menor y su padre comenzaron la búsqueda de la pequeña Ximena.
“La buscaron con amigos cercanos, buscaron también con la mamá de mi amiga, la señora Flor”, pues la primera versión que dio la hermana es que Ximena había comprado un regalo para su mamá y que había ido a dárselo esa misma mañana”. Xochiquetzalli explica: La hermana mayor “no quería que su papá se enterara de que ambas se habían salido sin permiso la noche anterior”.
Ya en la casa de la suegra, “la señora Flor le dice [al papá] que no sabía nada […] y se va directamente a la zona en donde cree que pudiera encontrar a Laura”, “por la falta de comunicación que había entre los dos, ninguno sabía donde vivía o el teléfono del otro”.
En el camino, Antonio Juan “reconoce a algunos familiares de la actual pareja de mi amiga. Se queda un rato en el lugar [donde estaba Laura]. Me dice que no identificó a Ximena, pero que no quiso acercarse para evitar problemas porque estaban en un festejo por el 10 de mayo”. Entonces, “regresa con la abuela y ella le dice de nuevo que no sabe nada, y es cuando acude a la policía de Nezahualcóyotl”.
Horas después “a él le llaman [las autoridades municipales] y le dicen que habían encontrado el cuerpo de una persona que coincidía con las características” de Ximena, “lo llevan a el Palacio Municipal, que es donde tienen el cuerpo y ahí la reconocen”.
Las imágenes del cuerpo difundidas por la prensa local muestran el cuerpo desnudo de la menor, con una bolsa de plástico negra a la altura de la cabeza, y un par de piernas ensangrentadas.
El pasado 13 de abril, Ximena acababa de cumplir 14 años, y quien la privó de la vida siguió el patrón de los feminicidas que operan en la entidad Gobernada por Alfredo del Mazo Maza: fue asesinada en el mismo municipio de residencia y fue asfixiada, como destacó la Comisión Nacional Nacional de Derechos Humanos, en su más reciente informe de seguimiento al mecanismo de protección que opera en 13 estados del país.
La Escuela Secundaria Oficial No. 196 “Guttemberg” a donde asistía la pequeña Ximena se encuentra ubicada a tres avenidas del lugar en el que también fue hallada sin vida Lupita –la niña de cinco años, conocida como “Calcetitas rojas”, y cuyo cadáver fue abandonado en marzo pasado e identificado más de nueve meses después–, y a una colonia de distancia de donde se encontró el cuerpo de la pequeña Valeria Gutiérrez, quien tenía 11 años y fue asesinada y violentada sexualmente en julio pasado por el chofer de una combi de transporte público.
Los casos de este menores causaron indignación, la prensa dio seguimiento a los casos, se celebraron marchas, hubo pronunciamiento políticos, pero los feminicidios no cesan…
MAQUILLAJE DE CIFRAS
“Aquí nadie vivirá para siempre”, dice un fragmento del poema ¿A dónde iremos?, escrito por el personaje que dio nombre a este municipio, pero la indignación revira en una organización de mujeres contra el feminicidio: “Nos queremos vivas Neza”.
La asamblea vecinal tiene su origen en el dolor que generó la violación y el asesinato de la niña Valeria Teresa Gutiérrez Ortiz, el pasado 9 de junio de 2017, a quien un chofer de transporte público la asesinó y violó.
Aunque la seguridad en el municipio mexiquense han sido bandera de campañas políticas como la de Juan Zepeda Hernández, ex Alcalde y ex candidato a Gobernador del Estado de México.
En abril pasado, el hoy aspirante a Senador por la “Coalición por México al Frente” sostuvo: “¿Cómo es posible que apenas aquí cruzando el río de los Remedios, en Nezahualcóyotl, nosotros sí somos capaces de proteger a nuestras mujeres, a nuestros niños y a nuestros hombres en un entorno de seguridad? Y que aquí en Ecatepec son incapaces de lograr que ustedes vivan en paz y con tranquilidad. Por eso, lo que hicimos en Neza, de que fuese el municipio más seguro de todo el país, lo vamos a hacer en todo México”.
Pero, la realidad, al menos para las mujeres de Nezahualcoyotl, no está acorde con lo expuesto por el político perredista: aunque oficialmente ha reportado dos casos de feminicidios en los primeros tres meses de este año, ha presentado una tasa 0.32 casos por cada 100 mil que habitan ahí, mayor al 0.11 que tiene Ecatepec.
El Estado de México reportó que durante el primer trimestre del año se presentaron 73 casos de asesinatos de mujeres, pero sólo 12 fueron registrados como feminicidios.
Las cifras alegres que presume el Gobierno local y estatal, pero la activista Rebeca Jiménez Marcos, integrante de “Nos queremos vivas Neza”, señala que las cifras que presentan la autoridades están maquilladas: “Lo que nos hemos dado cuenta, es que lo que hacen tanto los ministerios públicos, los policías municipales y estatales y en última instancia las fiscalías, es que si hay un feminicidio, levantan el cuerpo como que es un homicidio doloso o el de un hombre para que ya no entre en las cifras. Ellos entregan cuentas de que la entidad está segura, que el municipio está seguro, pero la verdad es que no es cierto, una muestra es el caso de Ximena Paola y como ella también tenemos casos de desapariciones en los que las autoridades no han hecho su trabajo”.
Y el “maquillaje de cifras” trae consigo, sostiene la activista, un riesgo mayor para los ciudadanos. “Se enteran porque en su colonia encontraron el cuerpo de una chica, la violaron a dos cuadras de su casa o cerca de la escuela o porque la compañera de su hija desapareció y como no están al tanto de que la situación es generalizada, no están lo suficiente precavidos, no dimensionan que a las mujeres nos están matando todo el tiempo, que estamos en un riesgo constante, que es una situación de riesgo mucho más grande”.
La joven resume así su visión del papel de los resultados de las autoridades locales: “Solo se están colgando los casos que muchas veces gracias a las investigaciones que hacen las familiares, las autoridades se están colgando de esos resultados que son de las familias”
Hoy, la madrina de Paola Ximena exige “que se aclare el caso de Ximena, que se dé con los responsables, que se haga justicia, que no quede impune, eso es lo que yo pido, y la familia, yo creo, exige exactamente lo mismo: que el caso de Ximena no quede como una más”.
Ante su experiencia, la activista Jiménez Marcos tiene un diagnóstico desolador y de esperanza: “Esto solo va a parar si la comunidad comienza a tratar de solucionar los problemas desde sus barrios, desde sus colonias, sus escuelas, desde sus espacios porque no podemos esperar nada del gobierno. las autoridades no nos apoyan y, siguen matando, la solución no debe venir desde un partido, una ONG, sino de los vecinos”.