El escritor, ganador del Premio Camões en 2003 (el más prestigiado galardón literario para la lengua portuguesa), sufrió un infarto en su departamento y fue traslado a un hospital, donde falleció justo un mes antes de cumplir los 95 años, confirmó su familia al diario O’Globo.
Fonseca fue un autor y guionista de cine, quien antes de dedicarse enteramente a la literatura, tuvo una formación académica en Derecho y ejerció una carrera dentro de la policía. Muchos de los hechos vividos en aquella época están inmortalizados en sus libros.
—Con información en desarrollo
Ciudad de México, 15 de abril (SinEmbargo).- Rubem Fonseca, uno de los mayores escritores de Brasil y reconocido en el mundo, murió este miércoles en Río de Janeiro.
El escritor sufrió un infarto en su departamento y fue traslado a un hospital donde falleció a los 94 años, un mes antes de cumplir los 95 años, confirmó su familia al diario O’Globo.
El cronista brasileño, autor de La novela murió y José ganó en 2003 el Premio Camões, el más prestigiado galardón literario para la lengua portuguesa, una especie de Nobel para escritores lusos.
VIDA Y OBRA DE FONSECA
De acuerdo con la editorial Cal y Arena, Rubem Fonseca (11 de mayo de 1925) fue un escritor y guionista de cine brasileño, quien antes de dedicarse enteramente a la literatura, tuvo una formación académica en Derecho y ejerció una carrera dentro de la policía. El 31 de diciembre de 1952 inició como comisario, en el 16º Distrito Policial, en São Cristóvão, Río de Janeiro.
Alumno brillante de la Escuela de Policía, no demostraba, entonces, propensiones literarias. Pasó poco tiempo en las calles y fue un policía de oficina hasta ser exonerado el 6 de febrero de 1958. Muchos de los hechos vividos en aquella época y de sus compañeros de trabajo están inmortalizados en sus libros.
En junio de 1954, recibió una licencia para estudiar y después dar clases en la Fundación Getúlio Vargas. Rubem veía, debajo de las definiciones legales, las tragedias humanas y conseguía resolverlas. En ese aspecto, afirman, él era admirable. Elegido para especializarse en Estados Unidos, entre septiembre de 1953 y marzo de 1954, aprovechó la oportunidad para estudiar administración de empresas en la Universidad de Nueva York. Tiempo después, el autor comenzó a dedicarse a la literatura.
Se le conocía por ser "una persona recluida que adora el anonimato y se rehusa a dar entrevistas, como Dalton Trevisan y como Thomas Pynchon, que es su amigo personal. Aún así es descrito por sus amigos como persona simple, afable y de óptimo humor", agrega el portal de la editorial.
Las obras de Rubem Fonseca generalmente retratan, en estilo seco, áspero y directo, la lujuria sexual y la violencia humana, en un mundo donde marginales, asesinos, prostitutas, delegados y pobres miserables se mezclan. Fonseca decía que "un escritor debe tener el coraje de mostrar lo que la mayoría de la gente teme decir".
La historia a través de la ficción es también una marca de Rubem, como en las novelas Agosto, su libro más famoso, que retrataba las conspiraciones tras el suicidio de Getúlio Vargas, y en El Salvaje de la Ópera en la que retrata la vida de Carlos Gomes, o aún sobre la obra La Caballería roja, libro de Isaac Babel retratado en Vastas emociones y pensamientos imperfectos.
Casi todos los autores brasileros contemporáneos reconocen la importancia de Fonseca, y algunos de la nueva generación, como Patrícia Melo o Luis Ruffato, dicen que es una gran influencia. Creó, para protagonizar algunos de sus cuentos y novelas, un personaje antológico: el abogado Mandrake, mujeriego, cínico y amoral, además de profundo conocedor del submundo carioca.
Mandrake fue transformado en serie para la cadena HBO, con guiones de José Henrique Fonseca, hijo de Rubem, y el actor Marcos Palmeira en el papel protagonista, pues le interesa profundamente el arte cinematográfico, escribe también guiones para filmes, muchos premiados.