Entre la extensa lista de daños causados por el coronavirus, el filósofo australiano Peter Singer destaca que la situación ofrece una oportunidad única para asimilar el nocivo efecto mundial que tiene la explotación de los animales como fuente de alimento.
Las respuestas de este profesor de bioética de la Universidad de Princeton reflejan escepticismo ante la capacidad de la sociedad para aplicar las lecciones que deja la pandemia, que se cree se originó en un mercado de animales en Wuhan, China.
Por Helen Cook
Nueva York, 15 de abril (EFE).- Entre la extensa lista de daños que ha causado el coronavirus en el mundo, el filósofo australiano Peter Singer destaca la “pérdida de esa sensación de seguridad que teníamos”, pero la situación ofrece también una oportunidad única, agrega, para asimilar el nocivo efecto que está teniendo en el mundo la explotación de los animales como fuente de alimento.
“Deberíamos ganar conciencia del hecho de que este virus, como otros virus recientes como el SARS, la gripe porcina, o la gripe aviar, han venido del consumo de animales“, dice Singer durante una entrevista con Efe desde su Melbourne natal, en la que domina un claro discurso pesimista en torno a la capacidad del humano de no volver a tropezar sobre la misma piedra.
Las respuestas de este profesor de bioética de la Universidad de Princeton, plagadas de “no creo que pase” o “no soy particularmente optimista en ese sentido”, reflejan su escepticismo ante la capacidad de la sociedad para aplicar las lecciones que deja el coronavirus, que se cree se originó en un mercado de animales vivos en Wuhan, China.
Pregunta: ¿Qué deberíamos ganar con esta crisis?
Respuesta: Espero que repensemos el uso de animales como alimento. De manera más obvia el de los animales salvajes, lo cual es relativamente fácil, pero también el de los mercados de animales vivos en general y el de las granjas industriales porque suponen un serio peligro. Creo que quizá (repensemos) los mercados de animales vivos, aunque cómo eso se impondrá en muchos países donde es parte de su cultura, no sé, pero no soy particularmente optimista respecto a que tenga el impacto que debería sobre las granjas industriales.
Otra cosa que esperemos salga de esto es un mayor sentido de que estamos en esto juntos, que sólo hay un mundo y que las cosas que pasan en otros países tienen efectos muy drásticos por todo el planeta. Tenemos que tener preocupaciones más globales, tenemos que tener una mayor solidaridad global para poder enfrentarnos a estos problemas.
P: ¿Y qué hemos perdido como sociedad con esta pandemia?
R: Supongo que hemos perdido esa sensación de seguridad que ahora sabemos que era una sensación de seguridad falsa. Pero es que no hemos estado tomando los riesgos de una pandemia seriamente. (…) En general, creo que deberíamos estar analizando los riesgos serios para la salud a nivel mundial de forma mucho más atenta de lo que lo hemos hecho. Porque estamos sufriendo muchísimo y no estoy pensando sólo en la gente que trágicamente ha muerto, sino también en toda la gente que ha perdido sus puestos de trabajo y todos los sectores que están en peligro y que, dependiendo de cuánto se alargue el cierre, puede ser que no sobrevivan.
P: ¿Cree que el gobierno de EE.UU., donde más infecciones se registran a nivel global, ha actuado de forma ética en esta situación?
R: Esa es una pregunta muy importante. (…) Creo que han tomado decisiones muy malas. Eliminar el comité que tenían para las pandemias que era parte del Consejo de Seguridad Nacional obviamente no fue algo bueno. Quizás estaban intentando ahorrar dinero a coste de imponer mayores riesgos sobre la gente. Algunos de los nombramientos (del gobierno de Donald Trump) han tenido claros motivos políticos y como he dicho eso está poniendo a gente en riesgo porque no tienes a las personas más competentes al mando.
Parte de lo que está pasando es que EE.UU. se divide en estados, y he leído que aún hay 14 estados en el país que permiten grandes congregaciones de gente para eventos religiosos, en iglesias o sinagogas o mezquitas. Creo que eso es una locura. Básicamente se está poniendo en riesgo a un montón de gente y creo que debe frenarse.
P: ¿Qué efecto cree que tendrá el distanciamiento social en las personas?
R: Es interesante. Esto debería ser un periodo de reflexión para las personas. Tienen más tiempo para ellos mismos o para estar con gente cercana o a la que quieren, y por lo tanto deberían pensar en sus objetivos de vida y lo que realmente quieren lograr y que eso les reoriente. Lo cual podría ser importante porque demasiada gente está orientada hacia el consumo y hacia ganar suficiente dinero para incrementar ese consumo. (…) Estaría bien que (la pandemia) desembocara en eso, pero no lo tengo claro. Creo que dependerá del tiempo que se alargue el confinamiento.
P: ¿Está ganando la solidaridad frente al egoísmo que puede surgir en una situación extrema en la que todos tendemos a defender nuestros propios intereses?
R: Típicamente se ve un poco de los dos. Hemos visto a gente peleándose en el supermercado por los últimos paquetes de papel higiénico, un egoísmo absurdo, y hemos visto más solidaridad entre las personas que están dispuestas a ayudar a otros y particularmente a los mayores. Eso que estamos viendo, ¿va a volver a la normalidad una vez acabe el confinamiento? Es muy posible que así sea.
Creo que una de las cosas que sí que durará bastante es que mucha gente está haciendo muchas cosas a través de internet que en circunstancias normales hubieran hecho en persona, y parte de eso creo que continuará. (…) Eso será un cambio interesante y para el medioambiente podría ser útil.
P: El coronavirus se propagará también en los países en vías de desarrollo, que no tienen la infraestructura de las regiones más ricas. ¿Cómo va a reaccionar el mundo ante las situaciones potencialmente catastróficas de África o Latinoamérica?
R: Creo que (los países desarrollados) van a prestar una asistencia importante, o eso es desde luego lo que deberían hacer. Pese a la crisis y pese a los gastos que requiere, aun tienen muchos medios, y hay muchas cosas que pueden hacer. Hay cosas que están haciendo algunas de las ONG a las que yo apoyo que trabajan en regiones de bajos ingresos, que están usando su experiencia y sus equipos sobre terreno para dar asistencia, y creo que el público está empezando a apoyar a ese tipo de organizaciones caritativas también.
Creo que los gobiernos también pueden hacer eso, aunque vi que EE.UU. le dio a la India un préstamo de 2,9 millones de dólares para ayudar con sus problemas. Me parece una cantidad bastante trivial para un país tan rico como EE.UU. y un país tan grande como India.
P: Con la pandemia, también se está viendo cómo se implementan medidas que, si se mantienen, podrían atentar contra la privacidad del ciudadano. ¿Será eso algo fácil de revertir en el futuro?
R: Va a ser una prueba de fiabilidad de los gobiernos porque creo que estas restricciones están justificadas en un estado de emergencia, pero obviamente no están justificadas en circunstancias normales. Gobiernos que han pasado leyes bajo un estado de emergencia serían un ejemplo. ¿Rescindirán estas leyes una vez la emergencia haya pasado o las dejarán como están porque ese es el tipo de régimen autoritario que han estado desarrollando? Esa va a ser la prueba de fuego.