Salir de casa, quizá cambiarte de estado, vivir con tu pareja o simplemente dar el paso hacia la independización puede ser una travesía tortuosa, que además, se vuelve especialmente complicada para ciertos sectores de la sociedad y sobre todo en la Ciudad de México.
Ciudad de México, 15 de abril (SinEmbargo).– Foráneos, freelancers y miembros de la comunidad LGBT (lésbico, gay, bisexual, transexual) encuentran más trabas al momento de buscar rentar un departamento en la capital mexicana, esto es, debido a múltiples factores, tanto burocráticos como por prejuicios.
“Rentar en la Ciudad de México es un dolor en el trasero, tal cual. Esas bromas que hacen, de que ya nomás les falta pedirte el acta de defunción, se acercan bastante a la realidad”, dice Ernesto a Magazine, oriundo de Coahuila, encontró varios obstáculos en su búsqueda por un lugar en donde vivir.
“La primera vez que me metí en esto se trataba de una inmobiliaria para rentar en la Narvarte, que me quedaba bastante lejos de donde vivía, estaba por el Estadio Azteca y tenía que hacer todos los trámites personalmente, porque no tenían gente de ventas. Nos pidieron un mes de depósito, eso fue sencillo pues ya cuentas con que te van a pedir eso. Luego nos pidieron comprobantes de ingresos, en esto caso a mí, que hice el trámite y, lo más difícil, un aval con propiedad en el DF (así se llamaba todavía) y los documentos que dieran constancia de ello”, continúa. “Podrás imaginarte que fue un problemota hacer eso pues en la Ciudad de México la ley para una gran mayoría es vivir en espacio rentado, pocos son dueños de su casa o depa. Anduvimos así como 10 días hasta que mi entonces jefe me tiró paro con esos documentos. Ya nomás sigue la firma del contrato, pero ya terminas cediendo a muchas restricciones, porque ya para esas alturas lo que uno quiere es rentar ya ya, y no volver a pasar por todo el trámite”.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), “en México está prohibida toda discriminación motivada por el origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas” y mientras que en el ámbito laboral se habla mucho de la discriminación, en vivienda son muy pocas las fuentes que hablan de ello.
Impulsados por ello, el sitio para compartir departamento DadaRoom, realizó un estudio titulado ¿Todos iguales a la hora de rentar? Discriminaciones en el mercado de alojamiento en México, en el que encontraron que eran estos los sectores más afectados.
Para Antoine Pérouze, co-fundador de dicha plataforma, son muchos los factores que influyen en que para algunos sea tan complicado rentar un espacio en la CdMx, la mayoría de ellos provocados por la resistencia del sector inmobiliario de evolucionar conforme a las necesidades de los inquilinos.
“En las últimas dos décadas hemos visto que aumenta mucho más rápido el precio de la vivienda a la renta en comparación con los sueldos. No es un caso específico de la Ciudad de México, es algo que se ha visto en las grandes urbes del país y del mundo, pero esto dificulta de cualquier forma el acceso a la vivienda y hace que la competencia para conseguir un departamento sea más alta. La segunda es una cuestión demográfica, el mercado de bienes raíces tiene una generación que viene con expectativas y medios muy diferentes que las anteriores, hablamos de los millennials, que llegan con unas ganas muy diferentes a la de sus papás, es decir, privilegian la cercanía del alojamiento con su trabajo, tienen menos problemas con rentar que las generaciones anteriores, que preferían comprar y tienen también una situación laboral distinta que la de sus papás, en generaciones anteriores lo común era tener un empleo seguro, en el cual te podías proyectar a años sino es que décadas. Hoy los jóvenes que de independizan a los 25 o 26 años, tienen poca visibilidad de si van a tener su empleo más de un par de meses.
Muchos llegan con más ganas de movilidad, es sorprendente el número de jóvenes que desean cambiar de ciudad o de país y eso se conjuga con el hecho de que el mercado tradicional de renta no ha evolucionado en sus requerimientos y sus prácticas, hace 20 años querías rentar un departamento en la CdMx, te pedían un aval que tuviera una propiedad dentro de la ciudad, te pedían historial crediticio, comprobante de ingresos continuos, y 20 años después te lo siguen pidiendo, excepto que la generación que está llegando en búsqueda de esos alojamientos, no cumple con esos criterios”, dice en entrevista.
Alrededor del 7 por ciento de la población en México ha migrado dentro del país en los últimos años y son los jóvenes entre 20 y 35 años los que más cambian de ciudad o estado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Otro problema que enfrentan los foráneos es la discriminación. En la última Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis), 27 por ciento de los encuestados refirió que no permitiría que en su casa vivan extranjeros.
Para Selena, ser originaria de la Ciudad de México no fue ventaja para agilizar su búsqueda: “Lo qué pasa es qué hay gran demanda de lugares dónde rentar, por eso los caseros se aprovechan. En la mayoría de lugares pedían dos rentas de depósito, fiador, pagar una investigación y aparte a veces te decían que, aunque cumplieras con todos los requisitos, tenían una larga lista de candidatos y que ellos elegirían al que consideraran mejor. Por lo tanto, en esa época que éramos todavía más jóvenes, nadie nos elegía”, dice a Magazine.
Además, su entonces pareja no tenía una manera de comprobar pagos constantes pues era trabajador independiente, “lo de Pepe fue un problema porque en algunos lugares pedían tus recibos de nómina, entonces, para el freelance se vuelve aún más complicado”.
UN MERCADO REZAGADO Y MALINTENCIONADO
Dada Room, que tiene presencia en seis países de América Latina, encontró en su estudio que la situación de México es muy parecida a naciones como Colombia o Perú, “pero sí hay mucha diferencia por ejemplo con Estados Unidos, donde la tendencia de comprarse un departamento es tan grande que no asusta a los propietarios y arrendadores, donde también el mercado de venta se ha adaptado a la flexibilidad que necesitan los jóvenes. En una ciudad como Nueva York es mucho más fácil conseguir algo para cuatro o seis meses, que en la Ciudad de México, donde te siguen pidiendo a fuerza contratos de un año”, comenta Pérouze.
Las “investigaciones” que mencionan nuestros entrevistados, son las que llevan a cabo algunas inmobiliarias para rastrear el historial de los aspirantes, sin embargo, algunas veces pueden caer en trampas.
“Hay gente novata que se la puede pasar pagando investigaciones durante meses sin llegar a rentar nunca. Ese no me pasó, pero estuve cerca: antes del episodio Narvate encontré un depa muy chido en el mero centro, en Allende, que estaba barato, recién remodelado. El pero era que la inmobiliaria pedía como requisito previo a cualquier trámite que te investigaran cosas como historial crediticio, no antecedentes penales o que fueras un moroso profesional, en fin, que fueras un buen prospecto. Pero ellos ya tenían su agencia que se encargaba de esas investigaciones, tienes que pagar y el dinero no es reembolsable así que pase lo que pase, seas o no seas un candidato viable pierdes ese dinero. Y de eso va su negocio, cobran cada investigación como en mil pesos, entonces, con un depa tan llamativo como ese, en el que muchos quisieran vivir pues se piden muchas investigaciones y con ese proceso pueden ganar más dinero que rentando y el depa se queda así, como muestrario. Es una trácala, legal, hasta donde yo sé, pero no deja de ser algo malo y a muchos se la aplican”, explica Ernesto.
CON TODO EN CONTRA
Datos del Instituto Mexicano de la Juventud (Injuve), estiman que en México al menos 3.6 por ciento de la población joven pertenece a la comunidad LGBTTTI y a pesar de existir diversas políticas públicas que promueven la inclusión de este sector, aún queda un largo camino por recorrer como sociedad.
Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), 7 de cada 10 personas están totalmente de acuerdo en que no se respetan los derechos de las personas homosexuales en México. No obstante, 4 de cada 10 personas no estarían dispuestas a permitir que en sus casas vivan personas homosexuales.
Ophelia Pastrana, promotora cultural y youtuber transgénero, reconoce que la situación ha evolucionado positivamente en los últimos años pero que sí existe un problema de alojamiento en la comunidad por dos razones: “Para empezar, en la comunidad LGBTTTI hay mucha gente que la corren de sus casas, no siempre tienen un ingreso fijo y se ven ante la situación de no tener ni dónde vivir. Al mismo tiempo están pasando por procesos complejos, lo cual dificulta aún más la situación. Si a esto sumamos que algunos sufren discriminación laboral y se refleja inmediatamente en el tema de la vivienda por falta de recursos económicos o estabilidad laboral, son mucho más vulnerables para cumplir con los requisitos de las inmobiliarias o los dueños”, dijo a Dada Room.
“Hay un tema de prejuicios y como la relación de fuerza entre propietarios, arrendadores e inquilinos está muy a favor de los propietarios, ellos pueden irse por lo tradicional, buscan alguien con empleo fijo, con una familia, etc. Hay casos anecdóticos, tenemos un miembro del equipo de Dada Room que es una chica soltera, que dos veces no le quisieron rentar un departamento porque no les parecía rentar a una chica soltera y preferían tener una familia. Entonces, para la comunidad LGBT esos prejuicios son aún más fuertes, pero lo interesante es lo que cuenta Pastrana, la discriminación a esta comunidad también se alimenta de la discriminación laboral, menos empleos, menos sueldo, que complican la llegada al mercado de vivienda y de renta.
También la comunidad LGBT es mucho más móvil que otras, lo vemos en la CdMx, atrae a mucha gente de todo el país, está sobrerrepresentada en la Ciudad de México en comparación con ciudades de provincia más chicas, entonces están sumando desventajas, son foráneos que no tienen aval, que no tienen un empleo tradicional seguro, que tienden a tener un sueldo más bajo y además, se pueden enfrentar a prejuicios asquerosos por parte de inmobiliarias y propietarios, sumando todas esas desventajas conseguir una vivienda a la renta es mucho más complejo para un miembro de esta comunidad que para el resto”, dice por su parte Antoine.
Entonces, un foráneo, freelance y homosexual, ¿qué alternativas tiene? “Lo primero es no darse por vencido, tener muy claro que la ley prohibe cualquier tipo de discriminación, es absolutamente ilegal negar una renta a alguien que tiene las mismas características que otra persona por términos de raza, género, orientación sexual. Ahí hay un trabajo común de los particulares y las asociaciones para no dejar pasar este tipo de comportamientos y otros es voltear a fórmulas de alojamiento que son poca más accesibles en criterios de selección, como lo que hacemos en Dada Room, al momento de compartir departamento el 90 por ciento de los casos te libras de muchos de los requerimientos que tienen las inmobiliarias y los propietarios porque se trata en general de subarrendamiento entre jóvenes, ahí el único requerimiento va a ser un mes de depósito y mucha más flexibilidad en términos de tiempo y con qué tipo de persona quieres vivir. Más que una solución al problema es una alternativa para conseguir alojamiento sin sufrir los requerimientos del mercado tradicional”, finaliza el joven que cuenta que durante la compilación de datos, se dieron cuenta de que lo que hace falta si se quiere resolver el problema es hacer estudios formales estadísticos, Conapred hace algunos pero faltan sobre el acceso a la vivienda.
CONSEJOS PARA RENTAR TU PRIMER DEPA
El portal inmobiliario Vivanuncios, publicó una serie de tips para que el camino de los primerizos en abandonar el hogar familiar, no sea una tortura.
Determina cuánto puedes pagar
Antes de salir a buscar tu primer departamento o de buscarlo en los portales inmobiliarios, determina cuánto puedes pagar de renta cómodamente. En general, se recomienda que el alquiler sea de aproximadamente 25 por ciento de tus ingresos, 30 por ciento exagerando. Esto es así porque hay que considerar otros gastos que no puedes recortar: comida, servicios públicos, transporte, entretenimiento, etcétera.
Encuentra el área donde quieres vivir
Elige el mejor lugar para vivir en relación con tu zona de trabajo e intereses. Cuanto más lejos estés de la oficina, mayor será el costo de transporte. Si no te puedes acercar tanto como quisieras, busca una zona intermedia en la que consigas un equilibrio entre costo y tiempo de traslado. Tal vez te interese alguna zona colindante a las llamadas ‘zonas hot’, donde haya una línea de metro o metrobús para moverte con facilidad y tener casi a la mano los beneficios de una zona ‘trendy’.
Considera tener un roomie
Después de haber determinado los precios generales y lo que puedes pagar, analiza si necesitas o no un compañero de cuarto. Ten en cuenta que te ayudará a pagar los gastos de los servicios, los cuales a menudo son más altos de los que pensabas. Justo por eso piensa que es más conveniente buscar un departamento pequeño.
Apóyate en un agente inmobiliario
Cuando hayas seleccionado una o dos zonas en las que te gustaría vivir, ahora sí empieza a buscar departamentos en línea. Si en el proceso te sientes intranquilo, opta por buscar el apoyo de un profesional. Un agente inmobiliario te puede dar diversas opciones según tus intereses y tu presupuesto. Además, te guiará en el aspecto administrativo que suele intimidar a los primerizos.
Comienza con cinco propiedades
Elige hasta cinco propiedades para ver, si revisas más de eso al mismo tiempo, pronto estarás exhausto. No sabrás si es mejor ir por ese departamento con tres habitaciones para cada roomie o por aquel que estaba a una cuadra del metro. Comenzarás a mezclarlos mentalmente para obtener el depa ideal y perderás el control de la revisión, la comparación y la elección final.
No olvides que dentro del top de razones para elegir una propiedad está la seguridad que te pueda ofrecer, si se trata de un departamento en condominio, si tiene estacionamiento, todos esos elementos tan necesarios en el día a día.
No decidas apresuradamente
Aunque haya sido una resolución de año, irte a vivir solo no va a pasar de la noche a la mañana. Mudarte implica un proceso que lleva tiempo, desde la revisión de tu presupuesto y la salud de tus finanzas, hasta la firma del contrato de arrendamiento para asegurar que tanto tú, como el arrendador, estén bien cubiertos en todos los términos del alquiler de tu nueva vivienda.
No te apresures a tomar una decisión, piensa muy bien. No elijas departamento sólo porque es el más barato, aunque te dejó dudas sobre su nivel de seguridad, podrías arrepentirte después. Es necesario que te sientas bien con el precio y con el departamento mismo.
Prepárate para cubrir los requisitos y los pagos pertinentes
Uno de los principales requisitos para alquilar una propiedad es contar con un fiador, una persona que posea un inmueble y que –ante el arrendador- pueda responder por tus obligaciones como arrendatario. Asimismo, deberías contar con identificación oficial, comprobante de ingresos, referencias familiares y laborales.
También suelen pedir un depósito inicial, una cantidad equivalente a un mes de renta aproximadamente. Esa cifra casi siempre regresa a manos del inquilino, aunque puede retenerla el arrendador en caso de que el inmueble sufra daños en el periodo de arrendamiento y se necesiten reparaciones. Por ello, es importante establecer en el contrato de alquiler a cuánto asciende el depósito, qué aspectos cubre y los términos en los que será devuelto.