De acuerdo con los investigadores, el SARS-CoV-2 sí ha presentado cambios significativos, sin embargo, la mayoría surgieron previo al salto en humanos.
Madrid, 15 de marzo (Europa Press).- Un artículo de investigación publicado en la revista PLOS Biology por investigadores de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) ha evidenciado que desde diciembre de 2019 y durante los primeros 11 meses de la pandemia de COVID-19 se han observado muy pocos cambios genéticos “importantes” en los cientos de miles de genomas del virus secuenciados.
“Esto no significa que no se hayan producido cambios, las mutaciones sin importancia evolutiva se acumulan y ‘surfean’ a lo largo de los millones de eventos de transmisión, como ocurre en todos los virus. Algunos cambios pueden tener un efecto; por ejemplo, la sustitución D614G de Spike, que se ha descubierto que mejora la transmisibilidad, y algunos otros ajustes de la biología del virus repartidos por su genoma. Pero, en general, han predominado los procesos evolutivos ‘neutros'”, explica el líder del estudio, Oscar MacLean.
As promised here is a summary 🧵 of our paper ‘Natural selection in the evolution of SARS-CoV-2 in bats created a generalist virus and highly capable human pathogen’ now published in @PLOSBiology https://t.co/sTaFo4XIrz 1/18 pic.twitter.com/yRMW81N6Jn
— Spyros Lytras (@SpyrosLytras) March 13, 2021
Al estudiar los procesos mutacionales del SARS-CoV-2 y de los sarbecovirus relacionados (el grupo de virus al que pertenece el SARS-CoV-2 procedente de murciélagos y pangolines), los autores han encontrado pruebas de cambios bastante significativos, pero todos ellos antes de la aparición del SARS-CoV-2 en los humanos.
Esto significa que la naturaleza de muchos coronavirus y su aparente facilidad para saltar de un huésped a otro dotaron al SARS-CoV-2 de la capacidad de infectar a los humanos y a otros mamíferos, pero esas propiedades probablemente evolucionaron en los murciélagos antes de su propagación a los humanos.
“Resulta interesante que uno de los virus de murciélago más cercanos, el RmYN02, tenga una intrigante estructura genómica formada por segmentos similares al SARS-CoV-2 y al virus de murciélago. Su material genético lleva ambas firmas de composición distintas (asociadas a la acción de la inmunidad antiviral del huésped), lo que apoya que este cambio de ritmo evolutivo se produjo en los murciélagos sin necesidad de una especie animal intermedia”, detalla otro de los autores, Spyros Lytras.