En China, donde el virus se detectó en diciembre, los que llegaban en vuelos desde el extranjero fueron derivados a un centro de exposiciones reacondicionado para pasar controles preliminares antes de ser trasladados a sus viviendas o a otros lugares donde hacer cuarentena.
Por Joseph Wilson y Geir Mouslson
BARCELONA (AP).— Gobiernos de todo el mundo tomaban medidas cada vez más drásticas en un intento de frenar la expansión del nuevo coronavirus cerrando regiones, imponiendo toques de queda y restringiendo los desplazamientos.
Soldados y policías cerraron la populosa capital de Filipinas a la mayoría de los desplazamientos internos, en una de las medidas de contención más estrictas en el sureste asiático. España anunció horas antes una medida similar para sus 46 millones de ciudadanos.
Francia ordenó el cierre de prácticamente todos sus grandes atractivos para los extranjeros: la Torre Eiffel, el Louvre, cafeterías y restaurantes, mientras los gobiernos tomaban medidas cada vez más desesperadas para aislar a la gente y contener el virus.
En los aeropuertos estadounidenses, viajeros regresados de Europa afrontaban esperas de varias horas para los controles médicos obligatorios. Aunque los ciudadanos estadounidenses, personas con permiso de trabajo y algunos otros tenían permiso para regresar a Estados Unidos bajo las nuevas restricciones a viajes desde Europa, fueron canalizados a 13 aeropuertos estadounidenses, donde encontraron controles sanitarios y órdenes de cuarentena.
Videos y fotos compartidos en medios sociales mostraban largas filas de viajeros de regreso. En Twitter, aeropuertos como Dallas/Fort Worth y Chicago O’Hare admitieron las demoras y pidieron paciencia.
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Estados Unidos, que días antes había vetado a la mayoría de viajeros llegados de Europa, extendió la prohibición a Gran Bretaña e Irlanda. Y más ciudades del país introdujeron límites a las aglomeraciones de más de unos pocos cientos de personas. Una ciudad de Nueva Jersey impuso un toque de queda nocturno.
En China, donde el virus se detectó en diciembre, los que llegaban en vuelos desde el extranjero fueron derivados a un centro de exposiciones reacondicionado para pasar controles preliminares antes de ser trasladados a sus viviendas o a otros lugares donde hacer cuarentena.
Sin embargo, estaba claro que el centro de la crisis se había desplazado hacia el oeste, a Europa y Norteamérica. El virus ha infectado a más de 150 mil personas en todo el mundo y matado a más de 5 mil 600.
En un discurso televisado a nivel nacional, el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, detalló el conjunto de medidas excepcionales adoptadas como parte del estado de alarma decretado durante dos semanas en todo el país para combatir el gran incremento en el número de infecciones.
Más tarde, el Gobierno español informó que la esposa de Sánchez dio positivo por el coronavirus. Tanto Begoña Gómez como el Presidente gozan de buena salud, dijo el Gobierno.
En una cuarentena generalizada similar al de Italia, la gente podrá salir de sus casas sólo a comprar alimentos y medicinas, ir a trabajar, a hospitales y bancos, o viajar para cuidar a chicos y ancianos. Todas las escuelas y universidades fueron cerradas, así como restaurantes, bares, hoteles y otros negocios minoristas no esenciales.
“A partir de hora entramos en nueva fase”, afirmó Sánchez al término de una reunión de gabinete que duró poco más de siete horas. “No nos va a temblar la mano a ganar al virus. Ponemos en primer lugar la salud”.
Las autoridades españolas dijeron que las infecciones ya rebasaron las 7 mil 753, la mitad de ellas en la capital, Madrid. La cifra representa un aumento de miles de casos en 24 horas. Las muertes en el país subieron a 288. España es el quinto país con el mayor número de infecciones después de China, Italia, Irán y Corea del Sur.
Para la mayoría de la gente, el coronavirus sólo causa síntomas leves o moderados como fiebre o tos. Pero algunas personas, especialmente ancianos y pacientes con problemas médicos previos, pueden sufrir complicaciones más graves como la neumonía. La inmensa mayoría de la gente se recupera en cuestión de semanas.
Países de todo el mundo han tomado medidas para evitar que la carga de atender los casos del virus sobrepase sus sistemas sanitarios.
París siguió el ejemplo de otras ciudades al cerrar las grandes atracciones turísticas. Francia ha registrado al menos 3 mil 600 casos, prohibido aglomeraciones de más de cien personas, ordenado el cierre de escuelas y pedido a las empresas que permitan a sus empleados que trabajen desde casa.
Francia mantuvo sus planes de celebrar elecciones municipales el domingo en todo el país, aunque tomó medidas especiales para desinfectar superficies y mantener a la gente a una distancia segura.
En Italia, el país más azotado por el coronavirus en Europa, las muertes rebasaron las mil 800 y las infecciones aumentaron a más de 20 mil, debido a lo que las autoridades describieron una conducta irresponsable de las personas que continúan socializando a pesar de la cuarentena nacional. Muchas ciudades italianas como Roma y Milán decidieron cerraron los parques y campos de juego.
En Gran Bretaña, la cifra de muertos se duplicó a 21 y el de infectados a más de mil 100. Irlanda tenía 90 de los casos confirmados y un deceso hasta el viernes. En Grecia, las infecciones se acercaban a 230 con tres fallecimientos, y la policía arrestó el sábado a 45 comerciantes el sábado por violar un restricción a su funcionamiento.
Estados Unidos registró 60 muertes y más de 2 mil 100 casos. En el estado de Washington, el más afectado por la enfermedad, donde 40 personas han fallecido y más de 550 fueron infectadas, las autoridades dijeron que se estaba agotando el equipo protector disponible para el personal médico a pesar de los envíos del gobierno federal.
Rusia indicó que sus fronteras con Noruega y Polonia se cerrarían a la mayoría de extranjeros desde el domingo.
En Oriente Medio, la cifra de muertos de Irán alcanzó las 611 personas, con casi 13 mil infectados, incluidos miembros del Gobierno.
En Oceanía, Australia y Nueva Zelanda anunciaron que se exigiría a los viajeros recién llegados que se aislaran durante 14 días, con pocas excepciones.