La última comunicación que se tuvo fue a las 6 de la tarde, cuando Mónica hablaba por WhatsApp con una amiga, a quien le dijo que estaba muy inconforme con su trabajo. Después ya no se volvió a saber más de ella.
Ciudad de México, 15 de marzo (SinEmbargo).-Un día Mónica Ruth Rojas Luna, de 30 años, entró a su trabajo, ubicado e Tlanepantla, Estado de México, y desapareció. Fue hace cinco meses, y de ella hasta la fecha no hay ningún rastro.
La joven contadora fue vista por última vez el 21 de octubre de 2019, durante su jornada laboral dentro de unas oficinas ubicadas en la colonia San Jerónimo Tepetlacalco, en Tlalnepantla, Estado de México.
La última comunicación que se tuvo fue a las 6 de la tarde, cuando hablaba por WhatsApp con una amiga. Después ya no se volvió a saber más de ella.
Sus padres narraron en entrevista con SinEmbargo que ese día Mónica dejó sus cosas y pertenencias de manera normal, ella incluso tenía planes de cambiar de trabajo y ya tenía otras entrevistas, por lo que no tienen dudas que la joven fue desaparecida.
La familia de Mónica se mantiene unida y abocada a la búsqueda incansable de la joven contadora. Claman por ayuda de la ciudadanía y las autoridades, quienes -también denunciaron- incurrieron en omisiones en algunas diligencias.
Los parientes de la chica denunciaron que las autoridades incurrieron en diversas negligencias y fallas en la investigación del caso.
ESTABA POR CONCLUIR SU CARRERA
Mónica, al momento de su desaparición, estudiaba la licenciatura de Contabilidad en la Universidad Latinoamericana; a ella le falta un año para concluir su carrera, platicó su padre, el señor Gonzalo Rojas. “Al momento de la desaparición ella iba a iniciar sus clases, pero lamentablemente esto ya no continuó”, dijo.
Además, la joven tenía pocos meses de entrar a trabajar a una empresa donde comercializaban bobinas de plástico para embalajes.
El lunes 21 de octubre de 2019, cerca de las 10: 30 de la noche, el novio de Mónica, al notar que ella no llegaba a casa por la noche le llamó a su cuñada, la hermana mayor, para comentarle que la joven no aparecía.
La hermana de Mónica le marcó a su padre.
– No te vayas a espantar o asustar, pero la situación es que Mónica no aparece– le dijo.
Al ver que Mónica no llegaba a casa, su novio acudió a la empresa donde ella laboraba para preguntar, pero un empleado le dijo inicialmente que ella no había ido a laborar.
A la familia le pareció extraño porque ellos tienen un grupo de WhatsApp y todos los días se comunicaban, sobre todo el padre, para estar al pendiente de sus hijas.
Sus allegados trataron de comunicarse con Mónica, pero su teléfono ya no daba línea. No entraban las llamadas, el celular aparecía como si estuviera apagado.
Gonzalo acudió al departamento de Mónica, ubicado en la colonia San Jerónimo, a unos metros de su trabajo.
Cuando el padre llegó al inmueble, el lugar estaba oscuro y los perros de ella estaban muy inquietos “yo me imagino que no habían comido”. Al ver el domicilio solo, Gonzalo se dirigió a la empresa.
Gonzalo arribó directo a la puerta y en el módulo de vigilancia observó que tenían la luz prendida y dos personas que estaban como discutiendo. Los hombres vieron al padre, y él les hizo señas con la mano, pero apagaron la luz.
Luego se retiró de ahí y, a un costado del módulo de vigilancia, vio que encendieron la luz, por lo que el señor tocó el timbre del interphone. Un supuesto vigilante estaba a la bocina, a lo que Gonzalo le explicó que era el papá de Mónica y quería preguntar a qué hora se retiró su hija de la empresa.
“Este señor me dijo que ya le había avisado a otra persona (que había ido como hace dos horas) que Mónica no había ido a trabajar, que él estaba ahí desde las 6 de la mañana y que no la vio”.
Gonzalo llamó de nuevo a su hija mayor y le relató que el vigilante le dijo a él lo mismo: que supuestamente no había ido a trabajar. “Ahí fue cuando ya nos empezamos a preocupar”.
El padre regresó a la empresa al día siguiente para tratar de entrevistarse con el dueño, platicó en entrevista.
El vigilante, extrañado, recordó a Gonzalo, le dijo que era raro que le hubieran negado a Mónica, pues ella siempre está ahí en la empresa. El empleado llamó a otros compañeros de la joven para que hablaran con Gonzalo.
Uno de los compañeros llegó y le expuso la situación, a lo que el joven, también extrañado, le aseguró que “Mónica sí había ido a trabajar”, que ese día había llegado poco después de las 9: 30 de la mañana y estuvo toda la jornada.
Cuando la mayoría de los empleados se retiraron Mónica seguía en el trabajo, de acuerdo a testimonio del compañero.
“Me dijo que ellos, los compañeros, incluso se retiraron como a las 6 de la tarde y que ella se quedó en la oficina”, recordó Gonzalo.
El vigilante permitió el paso a Gonzalo para esperar a un superior de la joven contadora, pero ese día no llegó. “Los demás compañeros también manifestaron que mi hija sí estuvo ahí el día 21”.
El padre esperó hasta las 12 del medio día a que llegara uno de los mandos superiores de su hija, pero al ver que no llegaban, regresó al departamento de Mónica, y con la ayuda de un cerrajero ingresó.
“Todo estaba normal, no había indicios que se hubiese llevado ropa, todo estaba tal cual, tenía una bolsa de ropa que había lavado el fin de semana en casa de sus padres, estaba intacta, nada más sacó una muda de ropa para irse a trabajar, y todo su mandado lo dejó ahí en una silla”, agregó.
Luego de ver las condiciones del departamento, que no había indicios de algo raro, el padre acudió al Ministerio Público en Tlanepantla e interpuso formalmente la denuncia y se giró el oficio para que le entregaran los boletines de búsqueda.
Ahí fue donde inició el largo proceso para la familia de rastrear a Mónica. Pero hasta la fecha no han tenido rastros.
Mónica, días antes de desaparecer, externó a sus hermanas que ella ya quería buscar otro trabajo por dos motivos; primero, porque “no era lo que ella quería”, y que la empresa estaba próxima a cerrar porque no estaba dejando las ganancias que se pretendían, comentó Montse, hermana de la joven.
Durante la investigación, al revisar la computadora personal de la joven, la familia se percató que ese día en que desapareció, ella estuvo en busca de trabajo, “estuvo metiéndose a páginas de bolsas de empleo, mandando correos, “todo el día estuvo en búsqueda de trabajo, mandando correo, e incluso, ahí nos dimos cuenta que ella tenía citas de trabajo ya agendadas para el día 22 de octubre.
Además, una amiga de Mónica informó a la familia que esa tarde estuvo en contacto con ella y que la joven le decía que estaba harta del trabajo. Ese fue el último contacto y mensajes que envió la joven ese día.
“Ya hoy me superó todo. Ve la hora que es y ni siquiera he comido”, escribió Mónica a su amiga a las 5:33 pm, ese lunes.
Minutos después, a las 5:59 pm. Mónica volvió a escribir a su amiga:
“Ya estoy hasta la madre. Ya colapsé” le comentó, fue el último whatsapp que envió.
Su amiga contestó a los minutos “¿Pero por qué no has comido? ¿Están ahí o qué?”. No obtuvo respuesta.
La amiga le volvió a escribir minutos después, pero Mónica no contestó, la joven ya jamás volvió a contestar.
De acuerdo al rastreo de su celular, explicó su familia, ya no obtuvo señal de él después de las 6 de la tarde y el último lugar en que aparece en la geolocalización, da en su oficina de trabajo.
La familia de Mónica denunció que las autoridades no actuaron en su momento y cometieron diversas deficiencias en la investigación, no se hicieron diligencias a tiempo, para obtener información de qué ocurrió con Mónica.
Los padres explicaron que en la empresa no se entregaron de manera inmediata los videos al interior, bajo el argumento que no servían.
Hasta el momento no hay rastro de Mónica. Ni información clara de qué ocurrió con ella.
En semanas pasadas, las autoridades del Estado de México realizaron un rastreo rumbo a Morelos, punto que fue elegido de acuerdo a datos obtenidos en la investigación.
La familia de Mónica está desesperada, compartieron en entrevista. Han sido días y meses muy difíciles, en donde solo piden que regresen a la chica, y que las autoridades actúen con la celeridad que se requiere.