La izquierda en México, que rara vez ha sido fuerte, tiene ahora un Presidente con altos índices de aprobación y por primera vez un partido de izquierda tiene una mayoría en ambas cámaras del Congreso; sin embargo, no todos los miembros de Morena están en los temas de izquierda, destaca la revista The Economist.
Ciudad de México, 15 de marzo (SinEmbargo).- Por primera vez la izquierda en México es fuerte, tiene un Presidente con altos índices de aprobación y la mayoría en ambas cámaras del Congreso; sin embargo, no todos los miembros de Morena están en la izquierda y han postergado debates en temas como el aborto, destaca un artículo de la revista The Economist.
“La izquierda rara vez ha sido más fuerte en México. Andrés Manuel López Obrador, el nuevo Presidente, ganó la elección del año pasado por un margen récord y tiene índices de aprobación muy altos. Por primera vez, los legisladores de izquierda tienen una mayoría en ambas cámaras del Congreso. Las partes desdeñadas por el señor López Obrador como neoliberales, que mal gobernaron a México antes de tomar el poder, están desmoralizadas”, cita el artículo.
La revista británica especializada en negocios destaca que la nueva izquierda en México tiene algunos inconvenientes: “No todos los izquierdistas en el Congreso pertenecen a su Movimiento para la Regeneración Nacional (Morena). No todos los miembros de Morena y sus aliados están en la izquierda. Y los que están no están de acuerdo en lo que eso significa”.
La publicación detalla que aunque la prioridad de López Obrador es fortalecer al Estado como un arma contra lo que él llama “injusticia económica”, algunos de sus aliados están más interesados en expandir las libertades sociales o proteger el medio ambiente. “El resultado de esta lucha ayudará a determinar el legado del gobierno del señor López Obrador y el tipo de país en el que se convertirá México”, advierte.
The Economist recuerda la polémica que surgió cuando la Senadora de Morena Lilly Téllez reclamó porque le colocaron una pañoleta verde en su curul como señal de estar a favor de la legalización del aborto. “Una Senadora provida de Morena se mostró apoplética al encontrar una bufanda verde, un símbolo pro-elección importado de Argentina, colocado en su silla. Ella aprovechó la ocasión para denunciar el aborto como ‘asesinato’, lo que provocó reproches de otros legisladores de Morena”.
El señor López Obrador trató de sofocar la controversia, indica la revista. “No debemos abrir estos debates”, dijo. “El Congreso debería centrarse, en cambio, en limpiar la corrupción gubernamental”. The Economist destaca que Morena ha postergado el debate en el Congreso sobre el aborto y en Nuevo León se cambió la Constitución para decir que la vida comienza desde la concepción.
“México sigue siendo conservador. La victoria electoral de AMLO, después de una campaña durante la cual apenas se mencionaron los problemas sociales, no cambió eso. Este mes, el estado de Nuevo León cambió su constitución para decir que la vida comienza en la concepción. AMLO sigue obsesionado con hacer que los pobres mexicanos sean más ricos. La ironía es que, si tiene éxito, también puede hacer que muchos de ellos sean más liberales”, explica el medio.
A diferencia de los izquierdistas en muchos otros países, AMLO nunca ha sido particularmente verde o socialmente liberal, describe The Economist. “Prefiere el aceite sucio extraído por Pemex, de propiedad estatal, que la energía renovable. En la medida en que piensa sobre temas sociales, sus puntos de vista son los de un conservador moral”, dice al medio Clara Jusidman, una economista que lo conoce desde los años ochenta.
A la izquierda de América Latina no le importa mucho “expandir los derechos sociales”, señala a la revista Lorenzo Meyer, un historiador cuyo hijo, Román, es Secretario de Desarrollo Rural y Urbano en el gabinete de AMLO. “Los comunistas de Cuba enviaron a personas homosexuales a campos de trabajo en la década de 1960. Entre los gobiernos que tomaron el poder en la ‘marea rosa’ de la región en la década de 2000 y principios de 2010, solo el aborto se legalizó en Uruguay. Nayib Bukele, el Presidente electo de izquierdas y amante del hip-hop de El Salvador, no tiene planes de deshacer la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Aunque conservador en asuntos sociales, AMLO no es doctrinario, por lo tanto, puede encontrarse pastoreando un cambio más social y ambiental de lo que había planeado, opina The Economist y pone como ejemplo a algunos miembros de su gabinete y de su partido.
“Ha dado a los liberales sociales los mejores trabajos. Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación y Marcelo Ebrard, de Relaciones Exteriores, son socialdemócratas de estilo europeo que crecieron en familias de clase media en la Ciudad de México. Claudia Sheinbaum, la nueva Alcaldesa de la capital, fue autora del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Los liberales lideran ambas cámaras del Congreso”, expone.
Sobre Ebrard destaca que como Alcalde de la Ciudad de México en 2006, legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto. Respecto a Sánchez Cordero recuerda que presentó la idea de una ley nacional que permitiera el aborto en las primeras 12 semanas de embarazo y un proyecto de ley para legalizar el cannabis para uso recreativo, lo que podría convertir a México en el tercer país, después de Uruguay y Canadá, para dar ese paso, y en diciembre AMLO discutió la posibilidad de legalizar la muerte asistida.
“México se estaba volviendo más liberal antes de asumir el cargo. Catorce de los 31 estados de México ya tienen leyes que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo. A medida que México se hace más rico, es probable que el dominio de la iglesia católica se debilite, como lo ha hecho en Chile. Los viajes y la tecnología están haciendo que los jóvenes mexicanos sean más cosmopolitas”, indica The Economist.
Afirma que AMLO puede dar un impulso adicional a estas tendencias al elegir a un moderado para que sea su heredero político, en 2024, “eso seguiría el ejemplo de Lázaro Cárdenas, un Presidente izquierdista de los años treinta. Ebrard y Sheinbaum son sus sucesores más probables”.