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Darío Ramírez

15/02/2018 - 12:00 am

Las fake news llegaron para quedarse

Lo que no dijo Lorenzo Córdova es que Facebook había pedido, y él aceptado ilegalmente, que el convenio fuera reservado para el público. En términos coloquiales: un convenio en lo oscurito para tratar un tema importante. Creen que somos ingenuos o cortos de inteligencia.

“Lo que es increíble es que a estas alturas haya servidores públicos que todavía no respeten cabalmente la ley de transparencia”. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro

Lorenzo Córdova parece haber sucumbido a los encantos de Facebook. Faltará que su ego lo impulse a subir alguna selfie -como dictan los cánones millenial- para alentar el voto el próximo 1ro de julio.

El INE firmó un convenio de colaboración con Facebook. Después de la firma, con una determinación clara, el consejero presidente salió a medios a decir que la alianza entre INE-Facebook era estratégica. Hasta ahí todo bien. Ante los medios Córdova afirmó que el convenio era para atacar las fake news durante el proceso electoral. Eso ya era mentira.

Lo que no dijo Lorenzo Córdova es que Facebook había pedido, y él aceptado ilegalmente, que el convenio fuera reservado para el público. En términos coloquiales: un convenio en lo oscurito para tratar un tema importante. Creen que somos ingenuos o cortos de inteligencia.

Lo que es increíble es que a estas alturas haya servidores públicos que todavía no respeten cabalmente la ley de transparencia. Se pudo confirmar que el ánimo fiestero de Córdova por la firma no iba acompañado de objetivos claros del convenio en beneficio del electorado. Seamos claros, una vez que El Universal dio a conocer el texto del convenio, se pudo confirmar que ni una sola vez se mencionaba el término fake news y mucho menos se incluía acciones claras para atacarlas durante las elecciones. Entonces, en resumidas cuentas, es un convenio que solamente beneficia a Facebook y no se incluye ninguna estrategia contra las noticias falsas.

Encontrar mentiras en medios de comunicación no es raro. Mucho menos raro encontrar mentiras y opiniones falsas en las redes sociales, es parte de la misma naturaleza. Sin embargo, información claramente falsa y mentirosa cuyo objetivo al publicarla en la red social más grande del mundo (más de dos mil millones de personas son miembros) es desinformar a la audiencia con un objetivo particular es un fenómeno reciente. Ahora sabemos que hay agentes que tienen una estrategia clara y capacidad tecnológica y financiera para logra influir en las opiniones dentro de la red. El caso más evidente hasta ahora es el uso de Facebook por agentes rusos para asegurarse que más de cien millones de estadounidenses recibieran y consumieran noticias falsas para afectar su intención del voto en las últimas elecciones pesidneciales.

Claro que las llamadas fake news serán un factor en las elecciones mexicanas. De eso no tengamos duda. Pero el punto central es: ¿se puede combatir las noticias falsas? Después de las elecciones en las que se eligió a Trump, Facebook vive una clara crisis de credibilidad. Hoy es de las empresas peor calificada en términos de confianza (solamente por atrás de Marlboro y Mac Donals). Debido a sus malos años hoy el gigante tecnológico lleva una intensa campaña internacional para limpiar su imagen y asegurar a sus usuarios que están haciendo algo para atajar este problema. México es un –según ellos- un lugar de experimento aunque en la realidad no meterán sus manos.

Es imposible limpiar de noticias falsas las redes sociales.

Lo que se les ha reclamado a las empresas de tecnología es que no hagan lo suficiente para borrar cuentas falsas o bots que solamente propagan noticias falsas y buscan influir en un movimiento orgánico de los algoritmos de la red. Inclusive en Estados Unidos, agentes pagaron publicidad a Facebook solamente para inyectar deliberadamente contenido falso a la red.

Si hay una propagación de noticias basura (aquellas deliberadamente puestas en la red para engañar o bien, piezas disfrazadas de reportajes reales) en las redes se debe principalmente a la funcionalidad, es decir, a los resultados que se han obtenido a través de esta práctica. Vaya, las mentiras logran influir cambio de actitudes e intenciones.

Si hay noticias falsas durante el proceso electoral mexicano no será la primera vez. Las guerras sucias son parte intrínseca de nuestro sistema político. La diferencia es el papel que ahora juegan las redes sociales y su penetración en un electorado mayoritariamente indeciso hasta este momento.

El convenio INE-Facebook es una campaña de publicidad para la empresa más que una estrategia por parte de la autoridad electoral. Ya sabemos que sobre pasa al INE la problemática de las noticias falsas en el periodo electoral. Ya sabemos que Facebook no buscará hacer nada extraordinario para ayudar al electorado mexicano.

Ante este panorama (nada alentador) debemos de reforzar dos ámbitos: 1) ante la inminente ola de noticias falsas (y el claro descrédito de varios medios de comunicación) es fundamental exigir un periodismo que recupere la credibilidad de las audiencias. La proliferación de las fake news tiene un nexo directo con la falta de confianza con el sistema de medios de comunicación. 2) la propagación de las noticias falsas tiene que ver con la falta de voluntad de los usuarios de las redes sociales de no detenerse a verificar la fuente de su información y de manera autómata ayudar a su propagación. En otras palabras, a la alfabetización digital para saber qué contenido es claramente falso y engañoso deliberadamente para lastimar la credibilidad de algún candidato en específico. La creación de cuentas falsas puede ayudar a la propagación, pero su impacto real debe ser detenido por los mismos usuarios.

Se podrán hacer algunos intentos para detener las fake news. Las empresas tecnológicas están obligadas a crear programas efectivos que ayuden con este objetivo. Sin embargo, tenemos que tener claro que es mejor tener este problema que acoger la peligrosa idea de regular el contenido de internet. Por ello, todo parece indicar que llegaron para quedarse y la manera de combatirlas debe de pasar también por los usuarios.

Los encantos de Facebook sedujeron al INE. Pero la plataforma social será un campo de batalla electoral que seguramente atizará la polarización electoral creando un panorama más de enemigos peligrosos que rivales políticos. Ojo con lo que compartes.

Darío Ramírez
Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana y Maestría en Derecho Internacional Público Internacional por la Universidad de Ámsterdam; es autor de numerosos artículos en materia de libertad de expresión, acceso a la información, medios de comunicación y derechos humanos. Ha publicado en El Universal, Emeequis y Gatopardo, entre otros lugares. Es profesor de periodismo. Trabajó en la Oficina del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), en El Salvador, Honduras, Cuba, Belice, República Democrática del Congo y Angola dónde realizó trabajo humanitario, y fue el director de la organización Artículo 19.

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