SOUNDTRACK: Playlist de Gustavo de la Rosa “para esperar la nostalgia”

15/02/2015 - 12:02 am

Música para esperar la nostalgia

 Gustavo de la Rosa

Dicen que la nostalgia se le viene a uno encima como una loza de mármol y lo aprisiona contra el suelo sin otra escapatoria más que el rectángulo de tres metros de profundidad o el incinerador que siempre tiene las puertas abiertas. Pero mientras llega, y recordando lo que Sabina nos dice de ella, “no hay peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”; les recomiendo las siguientes piezas como música de fondo para que no agoten su paciencia.

Foto: Shutterstock
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Como hay que empezar por algún lugar, comienzo con la raíz más profunda de mi nostalgia musical: “Cross Road Blues” de Robert Johnson, un cantante del camino y las tabernas que vivió entre las década de los veintes y los treintas y murió de causa dudosa.

 (Robert Johnson. Cross Road Blues)

 

Por otro lado, no se puede esperar el paso del tiempo sin escuchar a Louis Armstrong hablándole al espíritu con “St. James’ Infirmary”, que parece venir desde los campos algodoneros hasta nosotros.

(Louis Armstrong. St. James’ Infirmary)

 

En los prolegómenos del Rock and Roll, cuántas veces no gritó Charlie Parker auxilio a nuestros padres entre los compases de su saxofón, aunque ellos jamás escucharon pues siempre estaban distraídos con su música que parecía perseguir algo tan inalcanzable como la felicidad. “Anthropology” ejemplifica esa prisa por morir y aquí presento una de las mejores versiones en vivo.

(Charlie Parker. Anthropology)

 

Se acerca el gran momento cuando el jazz se transforma a mediados de 1950 para vivir a la par con la música que aparece en la década. “Maybellene” de Chuck Berry, grabada en mi memoria musical, parecía country pero tenía sonidos diferentes y muy particulares; era el anuncio de una nueva era musical.

 (Maybellene. Chuck Berry)

 

En México durante aquellos años aún éramos orgullosamente mexicanos y Jorge Negrete sonaba con “México Lindo y Querido” en el pequeño pero potente radio Philips que mi padre mantenía a salvo de mis angustias manuales en lo alto del tablero de las herramientas de su taller mecánico en la Comarca Lagunera.

(Jorge Negrete. México Lindo y Querido)

 

Otro nombre que no puede faltar en nuestra lista de nostalgia musical es Pedro Infante, y aunque cualquier canción a la que le pongamos mano nos alegrará el día, nada mejor que “Amorcito Corazón”. Ésta hay que escucharla simulando que cepillamos un madero en la carpintería.

(Pedro Infante. Amorcito Corazón)

 

Justo en eso estábamos mi padre y yo cuando explotó en la radio Bill Halley y sus Cometas con “El Rock del Reloj”. Así lo anunciaba en español el locutor, dejando en el pasado de las ondas radiales una música que ya sólo tenía sentido para la vaca Maybellene que pastaba tranquilamente.

(Bill Haley & His Comets. Rock Around The Clock)

 

Apenas terminaban los últimos acordes de este rubio cara de niño cuando se escuchó la voz maravillosa de Elvis Presley quien, con sus eróticos movimientos, quebró el tejido familiar basado en la hipocresía y buenas maneras porque en nuestros secretos pensamientos lo veíamos ahí gritándonos: “así se mueve la pelvis cuando se hace el amor”. Fue nuestro primer curso de educación sexual, y muy didáctico por cierto.

 (Elvis Presley. Jailhouse Rock)

 

Cuando los adultos conservadores creyeron que la fiebre había pasado y que volverían a México Agustín Lara y María Luisa Landín, aparecieron Los Beatles y llenaron el espacio radiofónico. Para entonces habíamos superado la adolescencia y sufríamos la juventud, y aunque sus primeras canciones nos parecen ingenuas actualmente, en aquella época era la música que esperábamos.

En la nueva sociedad que se abría espacio destruyendo lo viejo, nosotros sólo queríamos tomar la mano de la chica que incendiaba nuestro cuerpo por dentro y en el 67 apareció lo que muchos consideran el mejor Long Play de la historia, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, del que selecciono “Lucy in the Sky with Diamonds”.

 (The Beatles. Lucy in the Sky with Diamonds)

 

Precisamente cuando los jóvenes nos encontrábamos en medio de la nada queriendo decir algo sin hallar las palabras adecuadas, Los Rolling Stones respondieron a nuestra angustia con un título tremendamente irónico, “Satisfaction”, la canción de la más completa y plena insatisfacción.

(Los Rolling Stones. Satisfaction)

No puedo seguir adelante, aunque me faltan diez años de música, porque ninguna ha logrado desplazar a este poema existencial. Ahora sí, que venga la nostalgia.

Gustavo de la Rosa Hickerson es defensor de los derechos humanos desde 1974, es director del Despacho Obrero y profesor investigador en educación de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Actualmente tiene una columna en SinEmbargo.mx

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