Bangkok, 23 sep (EFE).- El portavoz de la Policía de Tailandia, Prawut Thavornsiri, confirmó hoy que ningún grupo ha reivindicado la autoría del atentado que en agosto causó 20 muertos en Bangkok, por lo que, dijo, el ataque no puede calificarse de "terrorista".
"Ahora sólo tenemos a los que fabricaron la bomba, no los autores (materiales)", afirmó en una conferencia de prensa en referencia a los dos detenidos relacionados con el ataque.
El portavoz militar, quien previamente mantuvo una reunión con el cuerpo diplomático para informarle sobre las investigaciones, dijo que ningún grupo ha reivindicado el atentado ni los motivos y, por tanto, no se puede hablar de "terroristas".
Recordó que tampoco han podido confirmar la nacionalidad de los dos detenidos acusados de fabricar y llevar la bomba hasta el presunto autor, grabado por las cámaras de seguridad cuando depositaba la bomba en el templo hindú de Erawan.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Sek Wanamethee, lamentó en la misma comparecencia la presencia de "teorías conspirativas" en los medios de comunicación, a los que acusó de crear confusión en torno a la investigación policial.
Las autoridades tailandesas han evitado ligar al terrorismo el ataque en Erawan, donde la mayoría de los muertos fueron turistas de China, Taiwán y Singapur, entre otros países asiáticos.
El jefe de la Policía tailandesa, Somyot Pumpanmuang, opinó el pasado 15 de septiembre que el ataque fue perpetrado por las mafias del tráfico humano afectadas por la campaña iniciada contra éstas por las autoridades locales.
Somyot también ligó el atentado a la deportación forzosa en julio de 109 musulmanes de la minoría túrquica uigur a China, aunque no detalló las pruebas que le habían llevado a esta conclusión.
Tailandia ha emitido más de una docena de órdenes de arresto, en su mayoría contra extranjeros.
Una de las órdenes reclama a un ciudadano chino llamado Abudureheman Abudusataer, alias "Ishan", considerado el cerebro del atentado.
Ishan, de 27 años y originario de la región china de Xinjiang, donde reside la minoría musulmana uigur, habría salido de Tailandia un día antes de la deflagración.
El atentado, en el que también hubo 125 heridos, fue calificado como el más grave en la historia de Tailandia por el jefe de la junta militar, Prayuth Chan-ocha, en el poder desde mayo de 2014.