Por Marcos Vizcarra
Ciudad de México, 18 de septiembre (SinEmbargo/Noroeste).– Jorge iba a Bachimeto, donde está su casa, pero no llegó.
Ese 30 de marzo del 2014 salió de Las Aguamitas, el campo pesquero de Navolato, para irse a descansar a casa, pero lo desaparecieron. Ayer sus restos fueron devueltos a ese lugar y fueron sepultados por quien los encontró: su padre.
Fue a principios de este año cuando don Jorge Aguiluz encontró un cráneo junto a unos pescadores en Las Aguamitas. Desde entonces insistió a las autoridades para que lo identificaran como su hijo, para que lo hicieran a través de exámenes de ADN.
Así pasó. Los restos fueron enviados a la Ciudad de México, a la Procuraduría General de la República, pues en Sinaloa no se tiene la infraestructura suficiente para hacer estudios que puedan crear una base de datos de personas muertas no identificadas con muestras de ADN.
Tampoco existe un registro de los mil 583 casos de personas desaparecidas ni de sus familiares, salvo una averiguación previa o carpeta de investigación por cada uno, en las que se incluyen datos generales, fotografías y acusaciones de posibles rastros de ellos.
Don Jorge abrió su averiguación previa con la acusación directa sobre tres personas del campo pesquero. Lo hizo porque los pobladores los identificaron y en más de una ocasión él lo denunció ante las autoridades que ahora lo escoltan por solicitud suya.
"Nunca perdí la esperanza porque sabía que había un grupo de investigadores y Gobierno que tarde que temprano lo íbamos a lograr, solamente ellos y yo sabíamos que andábamos atrás de las personas que cometieron estas barbaries con mi hijo", expresa.
Jorge Antonio Aguiluz Robles, es el nombre de su hijo, que cuando desapareció tenía 23 años, la edad que se registró en el acta de defunción.
De acuerdo con el parte policial, se trasladaba en una motocicleta y a la altura de la Hacienda Apodaca, un carro tipo Tsuru le cerró el paso. De ese vehículo se bajaron al menos tres personas que lo golpearon y luego se lo llevaron para desaparecerlo.
El caso forma parte de los 52 que el grupo Voces Unidas por la Vida reclama ante las autoridades, al ser una muestra de la omisión de los protocolos de búsqueda que existen para encontrar a las personas bien y con vida.
El 15 de septiembre de este año, la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa informó a don Jorge Aguiluz que su hijo había sido encontrado, que en las pruebas de ADN que practicó PGR se encontró relación con la muestra que le extrajo a él.
"Espero que el Gobierno haga su trabajo y la Ley y el Estado los sancione como debe de ser, que paguen por tanta maldad, sicópatas que no deben estar sueltos, se lo dejo todo al Gobierno para que ellos hagan su trabajo", dice.
Jorge llegó a Bachimeto, para ser sepultado por su familia que lo esperaba desde aquel 30 de marzo del 2014. Se despidieron de él con la banda sinaloense, con flores y con aplausos como signo de victoria, de haber ganado una batalla, la de encontrarlo, si no con vida, al menos sus restos.
Ahora, dice Don Jorge, sabrán dónde llevarle flores, dónde cantarle y dónde prometerle justicia, la misma que Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, el Director de la Policía Ministerial del Estado, le aseguró que se haría, por lo menos de palabra, sin darle un tiempo exacto, sólo una promesa y nada más.