Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).- Dentro de todos los misterios que puede albergar el Sistema Solar, los satélites naturales de los gigantes planetarios albergan gran cantidad de ellos. Si bien, no son todos, pero sí son los que más despiertan curiosidad entre los científicos sobre todo por sus posibilidades.
Así, sumándose a lunas como Titan, Europa y Encelado, Io ahora surge como una posibilidad muy alentadora para los astrónomos. Todo gracias a sus volcanes.
De acuerdo con una nueva investigación de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), las mareas que fluyen en un océano bajo la superficie de roca fundida, podrían explicar por qué la luna de Júpiter parece tener volcanes en lugares "equivocados", publicó el sitio io9.
Pero, cómo puede ser esto, si –de acuerdo con modelos previos– no había en la pequeña luna una superficie masiva de lava. Al parecer vivimos en un error todo este tiempo.
Según el nuevo estudio, Io puede estar escondiendo un océano de roca fundida, impulsada por un proceso conocido como calentamiento de marea. Por sí solos los océanos de lava ya despiertan fascinación, pero este descubrimiento también tiene importantes implicaciones para las perspectivas de la vida fuera de la Tierra, ya que un mecanismo de calentamiento similar podría estar alimentando actualmente a los océanos subsuperficiales debajo de la lunas heladas Europa y Encelado, dos de los candidatos más prometedores para la vida extraterrestre.
Sin embargo, esto no sólo da esperanzas en lo que se refiere a las lunas más prometedoras de Jupiter y Saturno. Los océanos debajo de cortezas de lunas estresadas por mareas pueden ser más frecuentes y mayores de lo esperado. El fenómeno es aplicable a cualquier océano, hecho de magma o agua, lo que podría aumentar las probabilidades de vida en otras partes del universo.
Io es uno de los mundos con mayor actividad geológica en nuestro sistema solar, con cientos de volcanes constantemente arrojando lava a 400 kilómetros sobre su superficie. Esto no es nuevo, los científicos planetarios saben desde hace tiempo que la intensa actividad volcánica en esta luna es el resultado de un estira y afloja gravitacional entre Júpiter y Europa.
No obstante, en lo referente a la incógnita sobre la orientación de los volcanes, un equipo de investigadores, entre los que se encuentra Wade Henning del centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, esto se puede deber a la dinámica de fluidos.
Por tal motivo, la razón por la que los volcanes se encuentran situados entre 30 y 60 grados al este de dónde los modelos computarizados sugerían sólo tiene sentido si el satélite tiene un océano de lava gigante bajo su superficie.
El equipo cree que una combinación de efectos de calentamiento de marea líquida y sólida puede explicar mejor toda la actividad volcánica observada en Io. Por otra parte, el hecho de que Europa sea también una luna estresada por mareas hace suponer que bajo su superficie gélida se encuentra un océano caliente de agua en estado líquido. De ser así, sólo restaría averiguar si es lo suficientemente duradera para permitir que la vida evolucione en ella.