Voyeurismo catastrófico; científicos buscan impactos cósmicos

08/09/2015 - 12:00 am
Telescopios futuros podrían detectar impactos en planetas lejanos y aprender de estos. Foto: MSSSO
Telescopios futuros podrían detectar impactos en planetas lejanos y aprender de estos. Foto: MSSSO

Ciudad de México, 8 de septiembre (SinEmbargo).- Pese a que el impacto de un objeto celeste de gran volumen con la Tierra aún no es una posibilidad inmediata, el peligro que este escenario plantea para todos los seres vivos del mundo inquieta a más de un científico. De esta manera, en la actualidad se investiga una amplia variedad de alternativas en caso de que ese impacto tan temido se encuentre a la vuelta de la esquina, aunque para estar preparado lo mejor es tener enfrente un ejemplo claro.

El impacto de un cometa con la Tierra no es, para nada, algo menor. Los océanos hervirían y el aire entero entraría en llamas. Afortunadamente esto no va a suceder. Sin embargo, nunca está de más estar preparados para los imprevistos. Esto es lo que piensan algunos astrónomos que buscan detectar este fenómeno en otros mundos distantes con el fin de aprender mucho sobre sus sistemas estelares correspondientes.

De acuerdo con New Scientist, un grupo de astrónomos está tratando de averiguar cuánto nos tomaría a nosotros detectar la colisión de un cometa en un planeta lejano. De esta manera, Laura Flagg, de la Universidad del Norte de Arizona en Flagstaff observó al cometa Shoemaker-Levy 9, que se estrelló contra Júpiter en 1994.

"Siempre lo imaginé como un chapuzón", dice ella sobre el impacto. "El cometa se rompió en trozos mucho más pequeños, y las partículas se instalaron en la estratosfera".

El choque del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Jupiter sirvió como base del estudio realizado. Foto: Wikimedia Commons
El choque del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Jupiter sirvió como base del estudio realizado. Foto: Wikimedia Commons

De acuerdo con el análisis de Flagg, si una persona observó que la colisión del cometa desde fuera de nuestro sistema solar, podría ver un pequeño aumento en la luz visible de Júpiter producida en los meses posteriores al accidente. Sin embargo, en longitudes de onda cercanas al infrarrojo, Júpiter parece mucho más brillante, porque los desechos de polvo de cometa podría crear una pantalla de nubes espesas de metano atmosférico, las cuales normalmente absorben la luz de las estrellas.

Si un telescopio más avanzado ve un brillo fugaz, podría proporcionar información sobre la atmósfera del planeta y, si los cometas, asteroides u otro planeta habrían enviado estos objetos a un curso de colisión.

Por otro lado, para poder ver un cometa chocando contra un planeta del tamaño de la Tierra se necesitaría un telescopio aún más potente, ya que nuestro mundo es mucho más pequeño y su señal más débil en el cielo.

Fobos, una de las dos lunas de Marte, es un posible planetesimal superviviente al proceso de formación de planetas. foto: Wikimedia Commons
Fobos, una de las dos lunas de Marte, es un posible planetesimal superviviente al proceso de formación de planetas. foto: Wikimedia Commons

Puede que tengamos que observar por un largo tiempo para ver tal impacto, advierte Ricardo Hueso, de la Universidad del País Vasco en Bilbao. Hueso estima que si se producen estos accidentes tan a menudo con objetos del tamaño del cometa que se impactó contra Júpiter, sólo serían visibles durante aproximadamente un mes cada década. No obstante, la incidencia de impactos es más probable de ocurrir en los sistemas solares más jóvenes, donde los desechos están volando alrededor más libremente.

"Lo bueno es que la tecnología requerida está a sólo un paso por encima de nuestras capacidades de observación actuales", dice Hueso.

Armados con este conocimiento y la próxima generación de telescopios, los especialistas pronto podrían ser capaz de detectar impactos de cometas en mundos del tamaño de Júpiter fuera de nuestro sistema solar. El estudio de las colisiones de cometas, dicen los investigadores, podría arrojar luz sobre la tasa de rotación de un planeta, la composición atmosférica y el vecindario estelar en el que se encuentra.

La frecuencia con la que un planeta se ve afectada por planetesimales está íntimamente relacionada con la arquitectura del sistema planetario, ya que las pequeñas poblaciones de cuerpos y los planetas evolucionan juntos. En términos generales, los planetas interiores a los cinturones planetesimales masivos, planetas cercanos a sus estrellas y planetas con secciones transversales gravitacionales más grandes son más propensos a ser afectados.

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