Ciudad de México, 20 de agosto (SinEmbargo).-Contrario a lo que se cree, el calentamiento global pudiera no afectar a todos por igual, al menos no en lo económico. Ésta es la conclusión de un nuevo modelo de impacto ambiental desarrollado por especialistas estadounidenses, el cual desafía las previsiones anteriores que se venían barajando.
Hasta ahora, los métodos previos para estimar los efectos económicos del cambio climático se enfocaban usualmente en la manera en la que sectores individuales como la agricultura y el turismo, por ejemplo, pudieran ser afectados por este fenómeno climático y después se sumaban éstos para obtener el efecto neto sobre la economía de cada país.
Es así que dichos enfoques encontraban de manera uniforme que el aumento de temperatura en el planeta tendría un efecto nocivo unánime en todas las economías del orbe. Sin embargo, el economista Derek Lemoine, de la Universidad de Arizona en Tucson (UA), y la física Sarah Kapnick, de la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) desarrollaron un nuevo modelo que le da una vuelta de tuerca a las hipótesis previas sobre el tema.
Ambos especialistas analizaron las correlaciones pasadas entre la producción económica de los países y los cambios en la temperatura y precipitación pluvial; luego emplearon los más recientes modelos de cambio climático para extrapolar dichos efectos en el futuro y crear una especie de imagen "de arriba hacia abajo", como si de un plano se tratara, publicó New Scientist.
Lemoine y Kapnick encontraron que con un incremento de un grado centígrado el efecto de crecimiento económico en la próxima década es difícilmente equitativo a nivel global y se debe al pobre crecimiento en las naciones pobres, mientras que las naciones ricas (en contraste) presentarán un crecimiento alto.
Es así que, más allá del porcentaje de calentamiento global, se estima que en Europa, Norteamérica y Australia el crecimiento económico aumentará del 1 al 3 por ciento en comparación a lo que ocurriría en un escenario libre de incremento de temperatura.
Por otra parte, siguiendo este mismo modelo, la mayoría de África, India y otros sectores del sur de Asia verán una caída en su crecimiento de alrededor del 2 por ciento.
La diferencia entre el enfoque nuevo y los viejos, según Lemoine, se debe a que los antiguos pueden fallar en sectores pequeños y asume que no hay interacciones entre los sectores.
Por su parte, el método de de los dos investigadores estadounidenses captura a todos ellos, aunque en su contra tiene que no proporciona una idea de exactamente cómo el clima afecta el desempeño económico.
Así mismo, Lemoine también señala que el modelo asume que el calentamiento tiene un impacto lineal, que sólo va a ser certero durante una limitada, y desconocida, cantidad de tiempo y además advierte que esto no debe servirle a los países ricos como pretexto para ser complacientes sobre las emisiones de efecto invernadero.
En lugar de esto, Lemoine sugiere que la investigación debería ayudar a centrar nuestra atención en los costos más relevantes a corto plazo del calentamiento, los cuales -de acuerdo con las estimaciones- serán asumidos por los países pobres y el medio ambiente en lugar de las naciones ricas.
CEGUERA GLOBAL
En teoría suena esperanzador. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando las naciones que más llevan de perder por el calentamiento global son quienes más desconocen la situación?
De acuerdo con una encuesta realizada en 119 países el contraste entre desarrollados y emergentes es sorprendente en lo referente a conciencia sobre el cambio climático y, sobre todo, dejan mal parados a las naciones clasificadas en este último grupo, dio a conocer Nature Climate Change.
El estudio reveló los factores que más influyen en la conciencia del cambio climático y la percepción de riesgo. Sin embargo, para la mayoría de la población mundial el problema no parece tener el mismo peso dependiendo de la región del orbe en la que se encuentren.
De esta manera, en América del Norte, Europa y Japón, más de 90 por ciento de la población está consciente del cambio climático. Caso contrario a muchos países en desarrollo, donde relativamente pocos individuos están al tanto del problema y sus consecuencias, aunque algunos reportan notar cambios en los patrones climáticos de su localidad.
De esta manera se encontró que las personas en América Latina y Europa tienden a percibir el cambio climático como una amenaza mayor cuando entienden que los humanos son la causa principal. Sin embargo, en muchos países africanos y asiáticos, la percepción del riesgo está más fuertemente asociado con un factor más tangible: los cambios en la temperatura local. Pero no sólo eso.
"En general, encontramos que alrededor del 40 por ciento de los adultos en todo el mundo nunca han oído hablar del cambio climático", dice Anthony Leiserowitz, líder del estudio que utilizó datos de la Encuesta Mundial Gallup 2007-2008. "Esta cifra se eleva a más del 65 por ciento en algunos países en desarrollo, como Egipto, Bangladesh y la India", agrega.
El estudio resalta factores como el nivel educativo de las personas, el cual aparece como una de las determinantes en la concientización del aumento de temperatura en el planeta. No obstante también aparecen otros indicativos como la influencia política.
Finalmente, todo se resume en que la preparación y la adaptación a los impactos del cambio climático requerirá cambios en las prácticas actuales, mientras que los gobiernos necesitarán apoyo público y participación para encontrar soluciones al problema. Aunque hay que tener presente que la obtención de la participación pública variará de país a país, dependiendo de la cultura local, la economía, la educación y otros factores, dicen los investigadores.
"Éste es el primer y único estudio realmente global donde tenemos los datos de opinión del cambio de clima de más de 100 países, lo que nos permite comparar los resultados en todo el mundo", dice el autor principal Tien Ming Lee, quien además es investigador de la Universidad de Princeton.