LA VENDEDORA, EL CANDIDATO DEL PAN... Y EL REPARTO DE PODER (3 DE 3)

19/08/2015 - 12:00 am

Rosa María de la Garza Ramírez o Rosi Orozco, la activista que dice luchar contra la trata de personas en México, emprendió junto con su esposo Alejandro Lucas Orozco Rubio, un proyecto importante en 2006: acercar al entonces candidato a la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón Hinojosa, a las congregaciones cristianas y evangélicas del país.

Lo lograron. Calderón se presentó en varias ocasiones en el auditorio de la organización Casa Sobre la Roca, que dirigen los Orozco y que no está registrada como una asociación religiosa. El candidato les habló con pasajes bíblicos, les pidió que oraran por él. Se comparó con el apóstol Pedro y al final obtuvo sus votos. Ese fue el inicio del despunte del poder político y económico que adquirió la pareja. Fue la historia previa a los puestos en la administración pública y a la adquisición de inmuebles que vinieron después.

Rosi Orozco convenció a los pastores de las iglesias evangélicas y cristianas que Calderón Hinojosa se había convertido: hablaba como pastor, movía las manos como ellos, recurría a Dios en su discurso. No había duda. Pero los Orozco eran los “elegidos” para ser el puente entre los evangélicos y el Presidente. Ellos y nadie más, dicen quienes vivieron de cerca esta historia.

Al final, la pareja y un reducido grupo de amigos fueron quienes acapararon los beneficios y el resto de los pastores se sintieron burlados, de acuerdo con las acusaciones.

Foto: Luis Barrón, Sinembargo
Rosi Orozco fue una de las personas que acercó al ex Presidente Calderón con la comunidad evangélica en México. Foto: Luis Barrón, Sinembargo

Ciudad de México a 19 de agosto (SinEmbargo).- El auditorio de Casa Sobre la Roca estaba atiborrado de personas. Era 2006 y Felipe Calderón Hinojosa acaba de ganar la Presidencia de la República. Ese día acudió al lugar para dar un mensaje a los evangélicos ahí congregados. Rosa María de la Garza Ramírez o Rosi Orozco y su esposo Alejandro Lucas Orozco Rubio, le aplaudían cuando hablaba de Dios y su poder.

“A mí me llena de energía de verlos a cada uno de ustedes, porque sé que ustedes tienen alegría en sus vidas, paz en sus vidas. Yo sé que tienen la alegría y la paz del señor en sus vidas, por eso están así”, decía el Presidente electo Calderón, mientras en el salón se extendían los aplausos.

Ahí en Casa Sobre la Roca (CSR), una organización registrada como asociación civil y no como religiosa, aunque se realiza un culto todos los domingos, Calderón dijo que cada uno de los presentes, incluidos él, tenían una misión, una orden: buscar el reino de Dios y su justicia en la tierra.

Luego les pidió oraciones para que Dios le diera fortaleza y sabiduría para conducir a México como Presidente de la República.

“Sigan pidiendo por nosotros, porque va a ser difícil la tarea. Quiero que sigan pidiendo por mi fe, así como Cristo tomó a Pedro de la mano y lo sacó adelante, también me va a sacar a mí. Así que pidan por eso”, les dijo.

Les prometió un México seguro y prospero. Al final, la historia es conocida: 150 mil muertos como saldo de su “guerra contra el narco” y más de 30 mil desaparecidos, según distintas organizaciones protectoras de los derechos humanos.

A ellos, a los evangélicos, no les cumplió: durante su sexenio se registró un incremento de la intolerancia religiosa en el país y no hubo ninguna de las ventajas ofrecidas como candidato.

Los beneficiados fueron otros. Los Orozco, acusan.

LOS OROZCO: “VENDER A UN CANDIDATO”

Antes de Felipe Calderón Hinojosa, el matrimonio Orozco no figuraba en la opinión pública, como lo hace ahora. Rosi Orozco dirigía junto con su marido la asociación Casa Sobre la Roca, una asociación civil que fundaron en 2005 y que forma parte de los G-12, una organización creada por el movimiento colombiano Misión Carismática Internacional del pastor César Castellanos. En su página web la organización dice promover principios bíblicos de “una manera no religiosa”.

Fue Hugo Eric Flores Cervantes, líder del ahora partido Encuentro Social, quien presentó a los Orozco con Calderón, recuerda Óscar Moha, director de la Asociación Civil A Favor de la Libertad Religiosa.

Entre Flores Cervantes y el matrimonio Orozco “le vendieron” a Calderón la idea de acercarlo a los cristianos-evangélicos del país, para conseguir su voto. Pero la tarea no era fácil, el candidato debía parecer un convertido del catolicismo: actuar como un pastor, hablar como ellos, tomar un micrófono y predicar.

“Alejandro Orozco y Rosa María tenían su AC bien conformada, estructurada: son de la elite, no se juntan mucho con pastores evangélicos, no les gusta el mote de pastor, ellos son directores generales de una AC. Hugo los acerca a Calderón y empiezan a venderle la idea de que ellos son líderes de los evangélicos a nivel nacional. Felipe no conoce la estructura religiosa de los cristianos evangélicos en México que son más de siete mil asociaciones religiosas registradas y cada una trae su visión, no hay un Papa de los evangélicos. Ellos le venden la idea de que hay una posibilidad de aglutinar a toda esa masa a favor de Felipe. Los Orozco le enseñan a conducirse, a manejarse como un cristiano, le dan el speech”, dice.

Óscar Moha detalla que los Orozco instruyen a Calderón sobre qué versículos bíblicos debe citar y pronto el candidato empieza a presentarse en Casa Sobre la Roca.

“Le juntan a pastores y a los pastores les hacen creer que este hombre y su esposa, están ya en el camino de los evangélicos, que todavía no son, pero que están en camino”, narra.

Incluso, cuando Calderón Hinojosa gana, el matrimonio Orozco, asegura Moha, se encarga de esparcir el rumor de que la pareja presidencial es cristiana y se congregan en Casa Sobre la Roca de incógnitos.

“Decían, ¿pero dónde se congregan? Ah con los Orozco, nomás que llegan de incógnitos, pero ahí están, sentados hasta adelante”, dice.

Pero Calderón Hinojosa y su esposa Margarita Zavala Gómez del Campo nunca dejaron de ser católicos, asegura. Todo fue mera mercadotecnia para obtener siete millones de votos cautivos para la propuesta política que más les convenciera.

De acuerdo con Óscar, en el país hay alrededor de 12 millones de evangélicos, de los cuales, 75 por ciento tienen credencial de elector.

Con un abstencionismo del 24 por ciento y restando los que ya son fieles a algún partido político, hay una masa de siete millones de mexicanos cristianos que votan por un candidato, dice.

“Ellos son votos latentes para una buena propuesta política. Lo que se hizo con Calderón fue un trabajo muy bien estructurado. Muy preciso lo que se hizo desde Casa Sobre la Roca”, indica.

Moha explica que el ligero porcentaje con el que Calderón aventajó a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de 2006, pudo estar conformado en gran parte por los votos de los evangélicos.

“Los Orozco empiezan a vislumbrar un panorama en donde hay lana, puestos, entonces graban discos con ese show de Calderón en Casa Sobre la Roca. Rosi me invita a que entreviste a Margarita Zavala y lo difunda, porque tengo difusión a nivel nacional en todas las congregaciones. Yo contribuyo con eso, a darle el perfil a Calderón de que iba a respetar la Ley, que sería más fácil el acceso para los evangélicos a los medios, que se crearía una fiscalía especializada para atender casos de intolerancia religiosa”, dice.

Los evangélicos creyeron en las promesas. No confiaban en López Obrador, un hombre belicoso que nunca mencionó la Biblia y no quiso reunirse con los pastores, recuerda. Tampoco confiaban en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Optaron por el panista que hablaba como pastor y pensaron que habría puestos y beneficios para todos, afirma Óscar Moha.

Sólo lo pensaron. No fue así.

LAS PROMESAS Y LOS BENEFICIADOS

La masacre de Acteal es uno de los temas
La masacre de Acteal es uno de los temas que Felipe Calderón prometió revisar ante la comunidad evangélica. Foto: Cuartoscuro

Óscar Moha enumeró tres promesas principales a las que se comprometieron los Orozco si los evangélicos apoyaban a Felipe Calderón: revisar su situación de en el caso Acteal –la matanza de 45 indígenas tzotziles en Chiapas en diciembre de 2007-, abrir espacios en los medios de comunicación y crear un área específica al interior de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.

Incluso destinar una oficina al interior de Los Pinos para atender sus asuntos en exclusiva.

“No sólo se olvidó. Cuando él [Calderón] llega al poder lo primero que hace es darle la diputación a Rosi Orozco y desde allí empieza a mover las redes con pastores pero muy seleccionados. Ellos fueron el filtro entre evangélicos y el Presidente de la República. Sí había 500 pastores, ellos decían ‘este no es, este no concuerda con mi ideología religiosa, a este no lo conozco’. Jalaron a pura gente que era de su afinidad y que ni siquiera eran líderes ni representantes de iglesias. Eran puros apoderados legales que estaban con ellos”, afirma.

Calderón y los Orozco no sólo no cumplieron a los cristianos, sino que durante su administración se decomisaron 27 estaciones de radio indígena propiedad de evangélicos y se presentaron 580 casos de intolerancia religiosa: tres asesinatos, violaciones a pastoras y quema de templos.

“Empiezo a registrar los casos muy puntuales y me doy cuenta de que la autoridad desde Gobernación, minimiza, opaca, censura, a todo aquel que quiera explicar un caso de intolerancia religiosa. La discriminación también se hizo evidente: mientas a la iglesia Católica le dieron la Plaza Mariana, cuando los evangélicos pedían un terreno, les daban láminas de asbesto, bultos de cemento y varilla”, dice.

Pastores entrevistados dijeron a SinEmbargo que además, cuando fue Diputada Federal Rosi Orozco, les instruyó a varios de ellos para registrar sus iglesias como asociaciones civiles y así poder bajar recursos de distintas dependencias.

Del total de los recursos, ella se quedaba con el 50 por ciento, reconoció Manuel Guzmán Pérez, pastor de Puebla.

“Sí fue cierto eso. Hubo corrupción. Nosotros no nos prestamos para eso. A mí me pudieron los papeles de mis iglesias y dije no los vamos a mandar, no queremos nada con Rosi Orozco, porque no fue transparente desde el principio, no sabemos cómo venga. Pero me enteré que a otras organizaciones les quitaron el 50 por ciento del dinero”, indicó.

El modus operandi era entregar la mitad de los recursos y firmar por todo, indica.

“No sólo ella, muchos otros se beneficiaron. Se bajaban los recursos y se beneficiaban las personas que bajaban los recursos y las personas que decían quienes firmaban y que recibían ese 50 por ciento nada más”, explica.

Manuel Guzmán asegura que desde un principio rompió relaciones con Rosi Orozco, cuando se dio cuenta que las congregaciones evangélicas no se beneficiarían con el arribo de Calderón al poder.

“Yo hablé con ella al principio y me dijo ‘yo tengo trato directo con el señor Calderón. Yo no avalo a nadie, ustedes serán de la iglesia y yo trabajo con el señor Calderón’ y nos pintó un cuerno”, recuerda.
El pastor Manuel Guzmán asegura que durante la administración de Calderón “en lugar de atar los demonios, los desataron”.

“Rosi Orozco cometió un gran error delante de Dios: vio la oportunidad y quiso sacar provecho nada más ella y sus amigos, y no toda la Iglesia. Provecho económico y político porque les dieron puestos”, detalla.

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Algunos de los puestos fueron los siguientes: Entre enero de 2007 y febrero de 2009, el esposo de Rosi Orozco, Alejandro Lucas, fue director de Atención a Grupos Vulnerables del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

En 2009, Lucas Orozco deja ese puesto para convertirse en el director del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), a la par que Rosi Orozco obtuvo una diputación federal por el Partido Acción Nacional (PAN).

Junto con Lucas Orozco, llegó como subdirector jurídico de la dependencia Carlos Rivera Olivares, uno de los principales operadores del matrimonio. Rivera era en ese momento el apoderado legal de Audio y Video Sobre la Roca S.A, razón social bajo la que operan la librerías cristianas Visión. También era directivo de la Fundación Camino a Casa y de Generación con Valores.

Además de los puestos para los Orozco y sus allegados, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), que depende de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, nombró a Alejandro Lucas Orozco y a la Fundación Camino a Casa depositarios de cuatro inmuebles.

Pero el 4 de octubre de 2011 la dependencia contestó una solicitud de información con el número 0681200085211 en donde informó que el 13 de diciembre de 2007 el esposo de Rosi Orozco recibió un inmueble con el Nombramiento DEBI/DP-CU/PM/069/07.

Mientras que la Fundación Camino a Casa recibió el 7 de mayo de 2009 un inmueble bajo el Nombramiento DG/DEBI/DPCU/PF/048/09 y el 10 de septiembre de ese mismo año, la fundación de a cual es representante legal Alejandro Lucas Orozco, recibió dos inmuebles bajo el Nombramiento DG/DEBI/DPCU/PM/140/09 y Nombramiento DG/DEBI/DPCU/PM/141/09. Estos bienes se otorgaron a la fundación, cuando el esposo de Rosi Orozco era funcionario federal y ella iniciaba su gestión como Diputada Federal.

ROSI OROZCO NIEGA BENEFICIOS

Orozco acepta una entrevista con SinEmbargo y contesta los señalamientos acerca de los beneficios obtenidos con Calderón Hinojosa y su relación con los evangélicos.

“Bueno a ver, si alguien cree que luchar contra la trata de personas, adentrarse al segundo negocio de la delincuencia, puede traerte alguna forma de beneficio, si te recuerdo que la diputación fue en un distrito imposible de ganar y fue por mayoría. Ahí no me dieron nada, hice campaña con el tema de trata. Llegar a la Cámara y cumplir a la ciudadanía, empezar una gran batalla en todo México. Aquí hay muchas cosas que se han dicho, ninguna de esas está demostrada”, dice.

Orozco niega el haber pedido el 50 por ciento de los recursos que se consiguieran para las asociaciones de las iglesias y asegura que durante mucho tiempo han aparecido “notas feas, que nunca se han podido probar”.

La entrevista con Rosi Orozco concluye con el tema de los estados de la República que cumplen con las condiciones del Protocolo de Palermo sobre trata de personas: prevención, protección y persecución del delito.

De acuerdo con Orozco siete estados del país cumplen con los tres puntos del Protocolo: Puebla, Distrito Federal, Estado de México, Chiapas, Baja California y en menor medida Oaxaca y Tlaxcala.

– Siete cumplen con los tres protocolos de los 32 estados. Lo que menos cumplen es proteger a la víctima, ¡imagínate que grave!, ¿tú tienes hijas?, pregunta.

– No, se le contesta.

– Pero eres mujer: ¿si te violaran 30 tipos y estuvieran buscándote para matarte porque quieres denunciar?, ¿cómo es posible que no haya protección para estas mujercitas? Es increíble. Te regresan a tu casa, te dejan en la calle y a lo mejor si denuncias, te regresan a esa red delictiva, está gachísimo. Muy feo, finaliza.

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