Fórmulas lácteas fomentan la obesidad en México desde bebés: ONG

07/08/2015 - 12:00 am
Foto: Shutterstock
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Ciudad de México, 7 de agosto (SinEmbargo).- Las fórmulas para lactancia serían una de las causas para detonar la obesidad adulta en México, que no se están atendiendo con políticas públicas acertadas, señalaron expertos de diversas organizaciones no gubernamentales.

La asociación civil El Poder del Consumidor (EPC) sostuvo, con motivo de la semana de la lactancia, que las fórmulas para bebés tienen entre 28 y 54 por ciento de azúcares, por lo que el impulso de la lactancia materna, que contrarreste el uso de estos productos, aún es una tarea pendiente.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2012, el porcentaje de mujeres que no amamantan en México es de 85.6 por ciento. Esta situación lo posiciona como el país con menores índices de lactancia materna de Latinoamérica junto con la República Dominicana.

“Al no amamantar se priva al bebé de obtener todos los beneficios de la lactancia, aumentando los riesgos de diversas enfermedades”, explicó Fiorella Espinosa De Candido, coordinadora de salud de la organización, en entrevista con SinEmbargo.

Una investigación de esta organización que evaluó en 2013 a nueve fórmulas de lactancia que hay en el mercado, encontró que los altos contenidos de azúcar y las concentraciones de sodio estarían abonando para que los niños mexicanos crezcan con problemas de sobrepeso, ya que a diferencia de la leche materna, los azúcares de estos productos se absorben rápidamente debido a un ingrediente conocido como maltodextrina.

“Es muy preocupante que desde edades muy tempranas los niños consuman productos industrializados que contienen grandes cantidades de azúcar añadida, lo que va a provocar que desarrollen un gusto por los alimentos dulces. Y se ha asociado el consumo de azúcares a padecimientos como diabetes, resistencia a la insulina, obesidad y síndrome metabólico”, dijo Fiorella Espinosa.

En cuanto a los alimentos para bebés, el trabajo encontró que los altos porcentajes de azúcar se encontraban entre el 14 y 100 por ciento de la muestra de productos analizada. La misma situación que atraviesan los cereales, donde ninguna de las harinas refinadas contuvo el mínimo de fibra acorde con la norma oficial.

“En cuanto a los alimentos procesados. Las papillas saladas tienen un alto contenido de azúcar, las papillas que son a base de fruta tuvieron un contenido bastante mayor, hay papillas que tienen alrededor de un tercio del producto es azúcar, y en los jugos casi todo el producto la contiene”.

Esta realidad contravendría la disposición de la norma oficial 043 de orientación alimentaria que recomienda “no añadir azúcar ni sodio a los alimentos proporcionados a los lactantes”, citó un informe de los defensores de la salud alimentaria.

De acuerdo con especialistas, los estudios epidemiológicos han demostrado que los incrementos en sobrepeso y obesidad se observan incluso desde los primeros meses de edad.

“La lactancia materna es la primera acción preventiva para el sobrepeso y obesidad, no hay ni una palabra para la lactancia materna como un derecho fundamental, para proteger no solamente contra la obesidad, es una protección para que tengan menos riesgo de morir los niños”, sostuvo la nutricionista Julieta Ponce Sánchez, directora del Centro de Orientación Alimentaria, durante una conferencia junto al EPC, llevada a cabo en el pasado mes de abril.

Los expertos dijeron que México viola las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF) que recomiendan que los niños menores de dos años no ingieran azúcares añadidos por el riesgo que existe de que se deforme su gusto y por los daños a la salud.

Otros dos aspectos que afectan a la lactancia materna y no son atentidos, de acuerdo con Ponce, son el creciente número de cesáreas y el prolongado uso del biberón.

“Hay un 46 por ciento de los nacimientos por cesárea que también es un factor de riesgo relacionado con el desarrollo de sobrepeso y obesidad, uno de cada dos nacimientos son por cesárea”, y agregó que el 50 por ciento de niños menores a dos años siguen utilizando biberón en México, lo que va en contra de su salud por consumir fórmulas con altos azúcares.

“No hay tampoco una sola palabra [por parte de las autoridades de la Secretaría de Salud] para saber cómo se detiene a este canal de distribución de bebidas azucaradas [el biberón], porque todo lo que sea diferente a la leche de la madre en este momento son bebidas de riesgo para sobrepeso u obesidad en menores a dos años”.

GOBIERNO VIOLA LA SALUD

Este lunes inició la semana mundial de la lactancia instaurada por Unicef. La organización civil sostuvo en un comunicado que el Gobierno hace una violación al Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna por propiciar fórmulas lactantes a ciertos sectores de la población

“Una parte es la práctica que realizan las empresas y peor aún, es que sea el Gobierno quien introduzca las fórmulas a los pacientes que tienen esta prestación en el Seguro Social. Creemos que es algo bastante grave”.

De acuerdo con la organización, una de las recomendaciones puestas en el libro Obesidad en México: Recomendaciones para una política de Estado es clara al decir que las autoridades deben mejorar la política pública alrededor de la salud alimentaria.

“Si el Gobierno le compra las leches NAN [a Nestlé] para el Seguro Social, entonces, ahí hay una serie de intereses económicos que quitan un poco la importancia de la leche materna para la población en general”, declaró con motivo de esta celebración la especialista Ana Charfén Norma, consultora que dirige el centro de lactancia Cozybebe.

Los expertos consultados por SinEmbargo refirieron que son las autoridades quienes priorizaron de forma intencionada las fórmulas para lactantes por sobre la leche materna desde hace varios años. Este hecho ha incidido para que los índices de lactancia que la Unicef hizo públicos en 2012 permanezcan estancados y el pronóstico de obesidad sea desalentador.

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