Ciudad de México, 5 de agosto (SinEmbargo).– México es ya el séptimo productor de automotores en el mundo, pero a pesar de venderle autos a Estados Unidos, Europa y Canadá –como sus principales consumidores– con los requerimientos de seguridad presentes en esos países, los carros más vendidos aquí no cumplen con estas características.
Diversas marcas de automóviles en México no cumplen con las medidas básicas de seguridad por una sola razón: no están obligados a hacerlo. Al día de hoy, el país no cuenta con ninguna norma que obligue a los vehículos nuevos a activar ningún sistema de seguridad para la protección de los ocupantes, o para evitar accidentes de tránsito.
Esto, pese a que los accidentes de tránsito se han convertido en la primera causa de muerte a partir de los 5 años de edad debido, precisamente, a la ausencia de autos seguros y a que está comprobado que su uso puede salvar miles de vidas.
De acuerdo con un estudio de El Poder del Consumidor autos como el Tsuru y Chevrolet Aveo en sus versiones más simples no cuentan con frenos ABS y bolsas de aire, elementos que reducen hasta en un 80 por ciento situaciones de riesgo.
“En México se tiene a la venta un auto como el Tsuru, que ya no es posible comercializar en Europa o en EU por la lamentable seguridad que ostenta. Lo mismo se puede decir del Chevrolet Aveo, que dicho sea de paso ha sido el auto más vendido en los últimos seis años”, expuso en julio pasado Stephan Brodziak, coordinador del área de Calidad del Aire y Seguridad Vehicular la organización.
En ese contexto, grupos civiles de seguridad vial, durante meses, han pugnado porque el Gobierno federal obligue a las empresas a colocar bolsas de aire y frenos ABS a todos sus productos. Sin embargo, acusan, el tema no es prioridad de las autoridades al no tener una retribución política.
La Norma Oficial Mexicana (NOM) 194, fue redactada por la Secretaría de Economía (SE) y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), a finales del año pasado, y hasta hace un mes se puso a discusión para recibir observaciones de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer).
De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación (DOF) el proyecto NOM 194, sobre los dispositivos de seguridad esenciales en vehículos nuevos, no marca una obligatoriedad para que los automóviles incluyan dentro de sus características fundamentales las bolsas de aire, un sistema de control de estabilidad y frenos ABS (Antilock Brake System).
El argumento de las empresas es el de los altos costos. Sin embargo, el monto promedio de una bolsa de aire se ubica entre los 50 y 200 dólares, que para las características de la industria automotriz, no significa un aumento considerable, mas si se toma en cuenta que en México se produce el 80 por ciento de las bolsas de aire de Norteamérica.
AL GOBIERNO NO LE IMPORTA
La producción y exportación de vehículos en México ha registrado cifras históricas en los últimos años, por lo que se ha consolidado como la más importante del sector manufacturero nacional. Datos de la Secretaría de Economía (SE) señalan que los ingresos por las exportaciones automotrices casi duplican en valor de las petroleras; en 2013 las exportaciones de este sector representaron 1.7 veces las exportaciones de petróleo crudo.
Eduardo Solís, presidente de la AMIA, comentó a SinEmbargo hace algunas semanas que se estima que la industria siga creciendo, de acuerdo con las cifras históricas que se han registrado en los últimos cinco años. Agregó que en 2020 se estima una producción anual de 5 millones de unidades y un nivel de exportación cercano a los 4 millones de unidades, cifra que supera a los 2 millones que actualmente se exportan y a los 3 millones que se fabrican.
México no es el único país que tiene este problema. Lo alarmante, según Paco de Anda Orellana, director general de Movilidad y Desarrollo México (MDM), es el proceso para la incorporación. Mencionó el caso de Ecuador, en el que los vehículos “eran peor que malos” de los que se venden en México, “en ese país hay gran cantidad de automóviles de procedencia china y mantienen estándares de calidad semejantes a los del Tsuru. Allá, la Presidencia fue quien tomó el tema y se decretó que 2015 sería el último año en el que se recibirían vehículos sin los estándares mínimos de calidad, es decir, sin bolsas de aire y sin frenos ABS”, comentó en entrevista para este diario digital.
Consideró que en definitiva, es un escenario que no se presentará en México. “De fuentes directas puedo confirmar que no es una prioridad de este gobierno […] Queda claro que es un tema que no es atractivo al gobierno, porque no le genera un beneficio político importante. Aunque es un tema de seguridad no se toma en cuenta”, afirmó.
Para el activista, este sexenio ha pasado totalmente en blanco en el tema de seguridad vial, derivado de un desinterés generalizado a nivel sociedad, empresa y gobiernos.
En este mismo sentido, Salvador Saavedra, Presidente de la Rama 105 y Tesorero del Sector de la Industria Automotriz de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), comenta que el hecho de que el gobierno no tenga, hasta el momento, una respuesta formal a las peticiones de seguridad es porque a quien escucha es a las armadoras.
“El gobierno es el que tiene que hacer algo, el que tiene que decir que las cosas deben ser diferentes. Sin embargo, el gobierno actúa así por la presión de las empresas y pasa lo mismo con la Secretaría de Economía; su función principal no es proteger a los ciudadanos, sino fomentar a las industrias. Hay un problema de estructura organizacional del gobierno que es el responsable de hacer estas reglas de forma eficiente”, precisó Saavedra.
Para De Anda “es un tema simple, en el que se cambian vidas por entradas de dinero”.
PARA SALVAR VIDAS
El Comisariado Europeo del Automóvil CEA calcula que en Europa se han salvado un total de 10 mil personas gracias a los sistemas de seguridad. Por su parte, la Administración Nacional de Seguridad Vial de EU, la NHTSA (por sus siglas en inglés), estimó que en 2013 se salvaron alrededor de 2 mil 388 personas mayores de 12 años, gracias a las bolsas de aire frontales.
Pero los autos que se comercializan en México están exentos de incluir frenos ABS y ESP y la gente no está consciente de la ganancia de contar con estos elementos.
“La población carece de información para buscar vehículos que brinden una adecuada protección, la gente cree que los accidentes son una cosa fortuita, de la mal suerte, una cosa del destino o que ‘ya te tocaba’, cuando todo esto se puede prevenir”, sostuvo De Anda.
Las organizaciones han recabado firmas para que sean incluidos los sistemas de seguridad que vienen recomendados desde la Organización de las Naciones Unidas (OBU), para que se incluyan en todos los automóviles del mundo los sistemas de seguridad básicos, el problema es que la Cofemer ha rechazado todas las observaciones.
Con una petición en Change.org, decenas de usuarios piden a Nissan que deje de producir el Tsuru, que es el auto más inseguro del mercado mexicano.
“El Tsuru se ha fabricado desde 1992 y al seguir siendo un éxito en ventas, Nissan lo sigue produciendo sin importarle la seguridad de sus pasajeros. La plataforma del Tsuru es tan vieja, tiene una arquitectura tan frágil y una ingeniería tan antigua que es el único automóvil a la venta al que no es factible equiparlo con modernos sistemas de seguridad. LatinNCAP [Programa de Evaluación de Vehículos Nuevos para América Latina y el Caribe] le atribuye 3 mil 000 muertes directas a este auto. La fabricación del Tsuru se tiene que terminar. El plazo: 2015”.
La petición lleva poco más de 300 firmas. Este, incluso, es otro factor que señaló De Anda: el desinterés de la población.
Explica que si la gente no lo pide, ni el gobierno ni la industria tiene alguna obligación en cumplir con normas y en ese contexto “la población carece de información para buscar vehículos que brinden una adecuada protección. La gente cree que los accidentes son una cosa fortuita, de la mal suerte, una cosa del destino o que ‘ya te tocaba’, cuando todo esto se puede prevenir”.
La Secretaría de Economía trabaja actualmente en el primer proyecto de norma (PROY-NOM-194-CFI-2014) en seguridad vehicular para nuestro país, sin embargo tiene fallas profundas de origen, ya que permite al fabricante elegir entre estándares extremadamente laxos y muy exigentes, sin garantizar a los consumidores vehículos seguros.
“Para tener un buen desarrollo como país, debemos democratizar la seguridad vehicular. No podremos alcanzar las metas internacionales ni nacionales si los autos seguros siguen siendo exclusivamente los autos de mayor lujo. Con este proyecto de norma no se podrá cumplir con la Estrategia Nacional de Seguridad Vial”, afirmó Stephan Brodziak de El Poder del Consumidor.