Ciudad de México, 16 de julio (SinEmbargo).- La imagen del ser humano en otros mundos ha variado en el último siglo, sin embargo, si en algo se parecen todas ellas es en lo poco acertadas que son. Nuestro satélite natural puede convertirse dentro de poco, en el siguiente lugar en el universo habitado por hombres y mujeres. La pregunta es: ¿es ésta una buena idea?
"Debemos mirar al futuro más allá de la Estación Espacial Internacional", dijo hace unos días Johann-Dietrich Wörner, el nuevo director general de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) cuando se le preguntó acerca de sus intenciones para esta organización internacional.
El reiterado deseo de Wörner, por supuesto ha dado pie a una discusión sobre las posibilidades de que una misión de tal naturaleza sea viable, pero más allá de este punto, lo que más se cuestiona es su prudencia.
Por supuesto, a estas alturas no se espera una tragedia (en la mayoría de los casos), sino que llama la atención que el proyecto planteado por el mandamás de la agencia europea sea precisamente la colonización de la Luna, sobre todo cuando hay otros destinos mucho más "interesantes en el sistema solar para el ser humano", como Marte, y sitios de investigación más llamativos como Venus, Titán, Europa y el mismo Planeta Rojo.
Sin embargo, es precisamente por esto mismo que las declaraciones de Wörner cobran sentido. Desde las fantasías de Julio Verne y los hermanos Méliès, pasando por el imaginario de Ray Bradbury, hasta llegar a las visones futuristas de Gene Roddenberry o Ridley Scott, aquellos que han imaginado personas en territorios ajenos a la superficie terrestre han oscilado entre lo idílico y la utopía. En este caso, la propuesta del director de la ESA resulta mucho más, digamos, "aterrizada".
"Yo propuse una villa lunar en el lado alejado de la Luna", dijo Wörner a la BBC. "Una villa lunar no sólo debe significar algunas casas, una iglesia y un ayuntamiento... Este pueblo lunar debería significar socios de todo el mundo que contribuyen a esta comunidad con misiones robóticas y astronautas y satélites de comunicación de apoyo ..."
Así, los planes para esta colonia espacial van más allá de un capricho. Para el recién estrenado comandante de ESA, regresar a la Luna sería benéfico para la ciencia y significaría tener al alcance un trampolín para una mayor exploración humana del Sistema Solar.
"La cara oculta de la Luna es muy interesante porque podríamos tener telescopios mirando profundamente en el Universo, podríamos hacer ciencia lunar en la Luna y el aspecto internacional es muy especial", dice. "Los estadounidenses están buscando ir a Marte muy pronto -y no veo cómo podemos hacer eso- antes de ir a Marte hay que probar lo que podríamos hacer en Marte en la Luna."
Woerner indica que la tecnología que está siendo investigada por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, en inglés) para construir una base en Marte, utilizando una impresora 3D gigante, sería mejor si se probara en la Luna por primera vez. Por otra parte, también se encuentra el hecho de que aprender a vivir en un mundo extraño va a ser difícil para cualquiera que sea el elegido en hacerlo. Sin embargo, este desafío sería mucho más fácil (sobre todo en caso de emergencias) si la comunidad extraterrestre se encuentra a sólo cuatro días de distancia de la Tierra (en la Luna) en lugar de seis meses (en Marte).
Por otra parte, la existencia de un asentamiento en nuestro satélite natural ampliaría el abanico de nacionalidades de los colonos espaciales, dominado actualmente en su mayoría por astronautas, cosmonautas y taikonautas, propiciando así una mayor cooperación internacional. Algo que, aunque también se antoja utópico, no es precisamente imposible.
En cuanto a aquellos que critican los recursos que se invierten en investigación espacial, Wörner usa como ejemplo que si no hubiera sido por una misión a Venus no se hubiera descubierto el efecto invernadero que ahora tanto preocupa a la humanidad entera.
No obstante, también hay que estar conscientes de que, en este momento, la idea de un pueblo en la Luna es sólo eso: una idea, una propuesta.
Hasta ahora, ninguna nación o agencia (ni siquiera la ESA) ha destinado capital a ello o trazado el concepto en detalle. Pero es evidente que existe un interés cada vez mayor en regresar a la Luna y cuando en los últimos años se le ha preguntado a expertos sobre lo que nos espera en la próxima década de exploración espacial, todos han citado a la Luna como el destino de su elección.