Ciudad de México, 15 de julio (SinEmbargo).— Las denuncias que en días pasados publicaron los diarios El Universal y Reforma sobre supuestos casos de extorsión en negocios ubicados en el polígono Roma-Condesa, pusieron a esa zona de la ciudad en el foco de la atención pública.
No es la primera vez que ocurre. En mayo de 2013, el asesinato afuera de un bar de la Condesa de un presunto narcomenudista prendió las alarmas sobre la posible operación de grupos de la delincuencia organizada en la zona.
Pero esta vez, a la par de los señalamientos sobre supuestos cobros de “derecho de piso”, vecinos de la zona también han denunciado la comisión de otros delitos, como asaltos, robos de vehículos y a casas habitación, así como expresado su preocupación de lo que advierten como un problema de inseguridad creciente. Y también una nueva forma de delinquir, consistente en la ocupación ilegal de obras en construcción.
Considerada por sus habitantes y visitantes como una zona segura en la Ciudad de México, cifras de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) indican que en la Coordinación Territorial 7, con sede en la colonia Roma y la más próxima a la zona, se registraron 658 delitos de alto impacto el año pasado, con lo que fue la Coordinación Territorial con la segunda cifra más alta de delitos registrados, después de la número 8, con sede en la colonia Obrera. En delitos de bajo impacto, también obtuvo el segundo lugar, con 3 mil 654 casos.
En los primeros cuatro meses de este año, los delitos de alto impacto en esa Coordinación Territorial sumaron 148, conservando el segundo lugar en incidencia en ese tipo de delitos, y 821 en delitos de bajo impacto, quedando en tercer lugar.
¿A qué razones atribuir este panorama? Voces vecinales ven en el crecimiento desordenado de la zona, y la ilegalidad que le ha permeado, una causa del problema, mientras que especialistas en seguridad pública advierten una incapacidad de las corporaciones policiales para establecer una estrategia de seguridad pública efectiva.
Lo cierto es que lo que ocurre en esa parte de la ciudad no es ajeno a lo que pasa en el resto de la capital, que para el mes de mayo registraba 14 mil 250 delitos cometidos, siendo así la entidad con la segunda mayor incidencia delictiva del país, sólo por debajo del Estado de México, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
