Se trata de dos blusas que incorporan circuitos LED y varios sensores que miden los latidos del corazón, los niveles de sudor y la temperatura corporal.
Ciudad de México, 14 de diciembre (RT).- La diseñadora polaca Iga Weglinska ha creado una colección de “ropa emocional” que pone al descubierto el nivel de estrés de la persona que la viste.
Según detalló Weglinska en declaraciones a la revista Dezeen, se trata de dos blusas que cambian de color o titilan con luces en respuesta a indicadores corporales que varios sensores eléctricos van registrando en tiempo real. Estos dispositivos integrados en la ropa miden la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y los niveles de sudor en la piel de la usuaria y permiten identificar si se siente estresada o ansiosa.
El sensor de sudor o, científicamente hablando, de respuesta galvánica de la piel, envía una señal a un circuito LED que recorre los brazos y el cuello en una prenda o la zona del pecho en la otra. Cada vez que el color cambia de cálido a frío, evidencia la necesidad de ralentizar la respiración y de calmarse. Las luces pueden asimismo reproducir el latido del corazón a partir de la información recabada por sensores conectados a los dedos.
El enfoque es similar al de una técnica terapéutica conocida como biorretroalimentación, que busca ayudar a las personas a comprender mejor sus cuerpos con sensores que miden funciones corporales clave, según explicó Weglinska al medio.
La creación de estas “prendas polisensoriales”, continúa, tiene como objetivo “expandir los límites” del uso de la ropa.
“Al interactuar con las prendas, la usuaria no solo puede estar informada sobre los cambios en su propio cuerpo, sino que eso nos puede ayudar a enfocarnos mejor en una relación íntima con la ropa, a controlar las reacciones corporales o incluso a establecer objetivos a lograr jugando con las reacciones de los materiales inteligentes, como cambios de color o de movimiento”, contó la diseñadora.
Weglinska detalló que para probar los sensores, y en particular, para detectar los “niveles de excitación hedónica”, reclutó a varias personas con las que llevó a cabo un estudio práctico.
La creadora polaca inspiró su trabajo en una tesis científica de la década de 1990 que sostenía que distintos objetos materiales pueden transmitir el pensamiento humano y ser utilizados como elementos externos en el proceso de percepción.