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Gisela Pérez de Acha

14/12/2014 - 12:02 am

Revoluciones en el mundo

 Necesitamos líderes activistas. Necesitamos romper reglas y mandar a que se jodan los protocolos y reglas que resguardan al estatus quo. Necesitamos métodos democráticos de toma de decisiones. Estamos dando vueltas en círculo con la violencia de las protestas y la consecuente represión que no nos está llevando a ningún lado. Es claro que las […]

 Necesitamos líderes activistas. Necesitamos romper reglas y mandar a que se jodan los protocolos y reglas que resguardan al estatus quo. Necesitamos métodos democráticos de toma de decisiones. Estamos dando vueltas en círculo con la violencia de las protestas y la consecuente represión que no nos está llevando a ningún lado.

Es claro que las instituciones no se moverán, tenemos que hacerlo nosotros. La pregunta es, ¿cómo?

Hoy dedico un espacio a tres activistas cuyas protestas han logrado incidencias concretas. Todo tipo de protesta es válido, y jamás se debe calificar en función de contenido o eficacia. Pero si protestamos es porque, no solo queremos lograr un cambio, sino porque hoy por hoy lo necesitamos.

Tuve la suerte de ir a una conferencia internacional sobre protesta, donde conocí a diversos activistas y aprendí de sus testimonios. Hago notar estas conversaciones porque me parece que en todo el mundo estamos teniendo problemas muy parecidos: represión y violencia policial, contextos de dictatoriales, cercos informativos, falta de libertad, estructuras patriarcales y profunda desigualdad. Tenemos que aprender los unos de los otros. Es hora.

 

Nyle Fort

Movimiento Black Lives Matter. Estados Unidos

En agosto del 2014, Michael Brown fue asesinado por un agente policial blanco llamado Darren Wilson. Era un adolescente viviendo en Ferguson en el área de Saint Louis, Missouri en los Estados Unidos. Así empieza la historia del activismo de Nyle, un chavo de piel negra y rastas largas que tenía amarradas en un chongo. Entre cervezas en plenas conferencias en la ciudad de Washington, D.C., me platicó de que iba su movimiento y cómo había surgido.

La violencia hacia la comunidad negra no es la excepción sino la regla. En 2012, otro adolescente negro, Trevon Martin murió en Florida en manos de un agente privado de seguridad que lo mató a balazos, y también era blanco. En julio de 2014, Eric Garner, también negro, murió asfixiado por la policía después de ayudar a disolver una pelea. Un transeúnte grabó los hechos. Se parece tanto a México: injusticia, represión policial, violencia de los poderosos. Es verdaderamente una desgracia:

“Cada 28 horas, muere una persona negra hombre o mujer, muere en manos de autoridades públicas o privadas”, me contaba Nyle. “Es un fenómeno común y además invisible. No son eventos aislados. Se privilegia la propiedad privada de los blancos, en lugar de la vida y los cuerpos de personas negras.”

Ninguno de los tres ha sido condenado. Y por eso nace su organización y su sentido de comunidad.

“Yo no soy de Ferguson. Vivo en Nueva Jersey, soy reverendo y escritor freelance. Formo parte de una asociación grassroot que se llama Black Lives Matter que se formó después del asesinato de Trevor Martin, porque el guardia de seguridad no fue sentenciado. Fue fundada por dos mujeres negras y gay, y esto hace que el movimiento sea muy inclusivo. El punto es no solo apoyar a las organizaciones de Florida o Ferguson, sino ayudar a hacer un movimiento nacional e internacional para luchar en contra de la epidemia  de la violencia estatal hacia los negros y negras, que tiene 500 años y se sigue perpetuando.”

Vine: Nyle Fort cantando en un boicot anti-consumo en las tiendas de Apple en Nueva York.

Le pregunté que significa “grassroot”, que literalmente significa raíces del césped y es una forma de asociación con base social que se constituye por los miembros de una comunidad. Implica que la creación del movimiento y el apoyo del grupo es natural y espontáneo, destacando las diferencias con comunidades promovidas por las estructuras de poder. Pero no por eso están menos organizados. El movimiento a favor de las vidas y cuerpos negros hoy por hoy tiene alcance nacional en Estados Unidos.

Lo que me fascina de ellos, es su sentido de solidaridad y raíces ideológicas que tienen sus fundamentos en las estrategias de desobediencia civil pacífica de Martin Luther King, Ella Baker y de toda una generación de ancestros que han venido luchando por su libertad desde hace varios siglos. Sus protestas son creativas y originales. “Es una furia organizada”, me decía Nyle. Organizada y pacífica. En vez de romper vidrios, organizar boicots anti-consumo. Para destruir el capital, es tan sencillo como dejar de consumir. Me gustaría que en México lo entendiéramos.

'The Atlantic'
Foto: ‘The Atlantic’
No puedo respirar. Foto: Probasketball Talk
No puedo respirar. Foto: Probasketball Talk

“No puedo respirar”, fue lo que dijo Eric Garner antes de morir en manos de la policía de Nueva York. Y es lo que recogen las protestas. Se acuestan en el piso y ocupan calles enteras simbolizando estar muertos. Recientemente, el equipo de los Lakers utilizó el eslogan de protesta en un juego de basketball. Es un cuestionamiento profundo al sistema de justicia en Estados Unidos, con repercusiones mediáticas que ayudan a incrementar la presión y poner en jaque a los organismos políticos.

Yon Goicochea

Líder de la oposición y el movimiento estudiantil en Venezuela

Por otro lado, y mucho más cercano a nuestra tradición de movimientos sociales, está el Movimiento Estudiantil Venezolano. Cuando las protestas estudiantiles empezaron en 2007 en Venezuela, a raíz del cierre de una de las televisoras más disidentes y contrarias al gobierno, Goicochea fue electo por el Movimiento y se convirtió como en uno de sus principales organizadores. Juntos, lograron detener la Reforma Constitucional de 2007 que Hugo Chávez quería hacer pasar.

Votabienvenezuela.org
Foto: Votabienvenezuela.org

No ha de ser fácil enfrentarte contra Hugo Chávez. En el marco de las protestas estudiantiles, el régimen encarceló a su padre por un crimen que no cometió. Para Goicochea esto era afrenta a él mismo y su liderazgo. Nunca cedió. Siempre siguió resistiendo.

“Si el gobierno cree que eliminando a cualquier va a callar a todo este movimiento se equivoca (…) El movimiento estudiantil es cada Venezolano que se siente libre. El movimiento estudiantil no soy yo, y a mí me podrán matar en la calle. Como quieren hacerlo. Pero quedarán miles de jóvenes que den la pelea por este país. Que tengan miedo los que tengan que tener miedo…”

Yon Goicochea- Minuto 2:52

Por mi mente corrían varias preguntas. ¿Cómo se organizan? ¿Cómo evitan los vicios mayoritistas en la organización estudiantil? ¿Cómo eligen a sus líderes? Pensaba en la Asamblea Interuniversitaria de la UNAM, y en cómo es el único órgano de toma de decisiones cuando nos movilizamos. Pensaba en lo poco que sabemos constituir un movimiento con líderes democráticamente elegidos y propuestas de gobierno alternativas.

“Al principio repetíamos vicios troskistas en la toma de decisiones, y eventualmente lo empezamos a democratizar,” me decía entre sonrisas, como si supiera exactamente de dónde venían mis dudas. “Elegimos los representantes más votados de cada escuela, las cinco autónomas de Venezuela y las escuelas privadas también. Cuando logramos instalar a todos los representantes estudiantiles electos establecimos un Congreso Nacional de Estudiantes. También buscamos una manera de incorporar a las minorías en nuestro Congreso estudiantil: un representante de cada partido político, representantes de cada ONG del país donde cupieron feministas, constructores de casas de bajos recursos, etc.”

Vaya idea. Parece un poco lo que intentamos en el 132, aunque después fuimos brutalmente disueltos por un régimen que se legitima a través de sus televisoras. Honestamente, creo que lo tendríamos que retomar. ¿Cómo lograr representar a las minorías en nuestro país? ¿Cómo tener un método de toma de decisiones incluyente que pueda proponer una forma alternativa de gobierno?

Valentina Villarubia
Foto: Valentina Villarubia

Goicochea parece un líder sabio que ha corrido mucho camino. Reconoce que el movimiento no es perfecto y no han logrado todo lo que se proponían. Me volteó a ver a los ojos, y me dijo de manera muy sincera:

“Les recomiendo ceñirse a pocos principios y dar una lucha constante por pocas cosas. En la medida que traten de abarcar todo tendrán más diferencias entre ustedes y se atrancarán en cosas irrelevantes. Escojan tres cosas y decidan que van a luchar por eso. Pero decidan. Así es más fácil obtener paso a paso más cohesión y coherencia entre ustedes.”

Creo que es hora de tomarlo en serio.

Alaa Basatneh

Activista a favor de la liberación de Siria.

 

En Siria no se permite hablar políticamente, salvo si es a favor del régimen. La revolución empezó cuando un grupo de niños de nueve años decidieron escribir y dibujar en las paredes de escuela en contra del régimen de Basar al Asad, el dictador que gobierna el país desde el año 2000 tras suceder a su padre, Hafez al-Asad, quien gobernó Siria durante 30 años hasta su muerte. La policía detuvo y torturó a los niños, y las protestas explotaron.

Gisela Pérez de Acha
Foto: Gisela Pérez de Acha

“Yo soy de Chicago, aunque mis padres son de Siria”. Alaa usa velo todos los días, y su religión es musulmana. “No podía seguir yendo de compras mientras todo esto pasaba. Empecé a ver qué podía hacer por la gente que estaba luchando y resistiendo en Siria. Empecé a traducir y a conectarlos con periodistas, tomando los videos y subiéndolos a Youtube, borraba las caras de los que protestaban por su propia seguridad y después mandaba los videos a CNN y NBC en forma de exclusiva.”

En 2013, el director Joe Piscatella hizo un documental sobre ella. Alaa atravesó dos veces un campo minado en Siria para llevar medicamentos al pueblo sirio cuando el activismo vía redes sociales empezó a ser insuficiente. Pueden ver el tráiler aquí, es realmente impactante:

Alaa tiene una personalidad tranquila y pacífica. Parece una guerrera sabia. Siempre me llama la atención platicar con mujeres, feministas que usan velo como parte de su ideología, mientras mi estrategia de libertad implica luchar por que los cuerpos de hombres y mujeres sean iguales. Hablamos de religión, hablamos del Corán, hablamos de relativismos culturales.

“Estoy en contra que las mujeres se cubran la cara en burkas completas. Es degradante. No me gusta. Nacimos para presentarnos como somos, y en una conversación tengo derecho a que vean mi cara. Necesitas ver mis expresiones y emociones. No tiene por qué existir un velo y una barrera entre las relaciones humanas. Muchos musulmanes no estarán a favor de lo que digo, pero cuando vamos a peregrinaciones religiosas a la Mecca, se prohíbe que las mujeres se cubran el rostro. No es algo que viene del Corán, es cultural y es aquí donde entran tradiciones desigualitarias y patriarcales.”

El liderazgo de Alaa es uno muy distinto que no viene de los movimientos sociales o comunitarios, sino de la voluntad de cambiar y apoyar a su país de origen y a los activistas y luchadores que están en problemas a miles de kilómetros de su casa en Estados Unidos. Todo con ayuda de las redes sociales.

Foto: dailymatters
Foto: dailymatters

El mundo se está moviendo. No somos los únicos en problemas. Es hora de dejar de vernos el ombligo y ver que fuera de etiquetas y nacionalidades todos somos iguales en tanto somos humanos. Retomemos las lecciones de otros activistas, aprovechemos y hagamos conexiones.

La siguiente revolución, tiene que ser global. Empecemos a construirla.

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