En sus cinco primeros años, el Gobierno de México creó una zona protegida por año. En los últimos tres meses creó 16, proyectó otras 12 y dijo que planea otras 10 antes del fin del sexenio.
Por Daniel Shailer
Ciudad de México, 14 de noviembre (AP).- El Gobierno del Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se ha apresurado a crear más zonas naturales protegidas en el final de su mandato, pero los ambientalistas lo acusan de tratar de “pintar de verde” su imagen de partidario del petróleo en la era del cambio climático.
Los ambientalistas dicen que el Gobierno dedicó los primeros cinco años de su sexenio a construir una nueva y gigantesca refinería de petróleo, apuntalar la empresa petrolera estatal y aprobar leyes contra los productores de energías renovables.
El Gobierno se jacta de añadir decenas de zonas protegidas, a la vez que recorta los fondos de la Secretaría del Medio Ambiente y el dinero disponible para la protección de esas zonas, dicen los activistas.
El presupuesto aprobado por el Congreso para 2024 reduce los fondos para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en nueve mil millones de pesos (510 millones de dólares), es decir, el 11 por ciento. Es el recorte más reciente aprobado por el Gobierno de López Obrador, que en total, incluyendo el nuevo presupuesto, ha reducido en un 35 por ciento los fondos asignados a la protección ambiental por su predecesor.
Al día siguiente de la aprobación del presupuesto, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) presidió una conferencia internacional en Cancún para festejar su creación de más zonas protegidas que cualquier otra en la historia de México.
En sus cinco primeros años, el Gobierno creó una zona protegida por año. En los últimos tres meses creó 16, proyectó otras 12 y dijo que planea otras 10 antes del fin del sexenio.
Los activistas ambientales dijeron que el presupuesto saca a la luz un Gobierno cuyas credenciales ambientalistas son un mero alarde.
“Este Gobierno quiere decir que le importa el ambiente creando nuevas áreas naturales protegidas en los papeles”, dijo Gina Chacón, una investigadora que convocó a expertos para estudiar el presupuesto con la coalición de ONG climáticas Noreste Sociedad Civil para la Sustentabilidad Ambiental.
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“No queremos proteger el ambiente en los papeles. Debemos proteger el ambiente con medidas reales, y las medidas requieren dinero”, dijo.
México tiene una Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) con presupuesto propio. Este ha sufrido numerosos recortes desde 2016, particularmente durante el primer año de Gobierno de López Obrador.
Las áreas protegidas tienen varias designaciones, cada una con sus propias restricciones. En las reservas de la biosfera sólo se pueden realizar investigaciones, mientras que los parques nacionales admiten el turismo y las áreas de flora y fauna protegidas permiten la extracción de ciertos recursos.
El año próximo, el presupuesto de la CONANP aumentará levemente para compensar la inflación, pero el desglose muestra que el aumento será exclusivamente para salarios, mientras que los fondos para la protección de las áreas serán los mismos. La CONANT supera drásticamente su presupuesto año tras año, lo que la obliga a pedir recursos a la Semarnat.
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La explosión de las áreas protegidas, que ahora abarcan el 33 por ciento del territorio mexicano, y los recortes presupuestarios, significan que la CONANP tiene en promedio 10.6 pesos por hectárea. En 2016 tenía 26.5 pesos por hectárea.
“Es ridículo”, dijo Chacón. “Imagínese, hicimos este cálculo teniendo en cuenta 203 áreas naturales, pero para fin de este año tendremos 225 áreas naturales protegidas que tendrán que compartir los fondos”.
La Semarnat se negó a hacer declaraciones sobre los recortes y cómo piensa proteger las áreas con menos de la mitad de los fondos por hectárea.
Sin embargo, en su evaluación del presupuesto, la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados dijo que la mayoría de los recortes eran de fondos asignados al agua potable, decisión que, dijo, “llama la atención”.
La Semana Nacional por la Conservación es un ejemplo del trabajo que la @CONANP_mx lleva a cabo con la intención de promover el respeto a nuestros ecosistemas, a la biodiversidad y a la cultura que tiene nuestro país. 🇲🇽🐦🐺🦌🦋🦈🌻🍄🌼🍃#SomosMedioAmbiente pic.twitter.com/zdJizdz7q5
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La capital del país declaró una “crisis” de agua corriente el viernes, y más de las tres cuartas partes del país padece sequía.
“Ningún incremento presupuestal resulta suficiente para resolver todas las problemáticas ambientales que enfrenta nuestro país, en especial porque la solución de algunas de estas problemáticas depende de lograr un cambio integral en el modelo económico que prevalece en el mundo actual, caracterizado por el consumismo y la generación masiva de residuos de todo tipo”, dice el informe. La comisión aprobó un presupuesto que recorta los fondos en un 11 por ciento.
El Diputado Enrique Godínez del Río, del opositor Partido Acción Nacional (PAN), discrepó del informe. “Si bien coincido con que ningún incremento presupuestal resulta suficiente para resolver todas las problemáticas ambientales que enfrenta nuestro país, considero que un incremento presupuestal sí aporta”, escribió, utilizando las mayúsculas para subrayar su posición.
El presupuesto total del Gobierno federal del año próximo es 4.3 por ciento más grande que el de 2023, y recibió críticas por no asignar específicamente fondos para la reconstrucción de Acapulco, devastado por el huracán “Otis” hace casi tres semanas. A último momento, se direccionaron algunos fondos de recortes controversiales al poder judicial —que provocaron cuatro días de huelgas en los tribunales— a la crisis del puerto turístico.
El presupuesto ambiental incluye un fondo específico para la adaptación al cambio climático y su mitigación, que aumentará en 2024. Pero el desglose indica que más de la mitad del fondo está asignado a los militares para supervisar el transporte ferroviario en el sureste y el Tren Maya, un ferrocarril turístico en construcción a través de la selva de Yucatán que ha generado críticas generalizadas de los ambientalistas.
Es una evidente contradicción, dijo Carlos Asunsolo, jefe de investigación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental.
“El Gobierno federal está usando estas etiquetas verdes para simular que está asignando recursos a la lucha contra el cambio climático que finalmente terminan en otros proyectos”, como el Tren Maya, dijo Asunsolo.
Una hora después de la aprobación del presupuesto, López Obrador festejó la noticia en la “mañanera”, su conferencia de prensa diaria. “Estoy contentísimo, muy contento”, dijo el jueves, en alusión a los aumentos para las becas estudiantiles y la atención de los ancianos.
López Obrador también habló de los fondos asignados al Tren Maya y Pemex, la petrolera estatal, agobiada por las deudas.
En el último tramo de su Gobierno, dijo Chacón, las credenciales ambientales de López Obrador nunca han sido tan transparentes.
“Está claro para nosotros que la protección ambiental no es una prioridad para este Gobierno”, dijo. “Nunca lo ha sido ni lo es ahora”.