Como una “canasta de buenos deseos” y de “ambicioso” calificaron expertos en seguridad y derechos humanos consultados por SinEmbargo al Plan Nacional de Paz y Seguridad que presentó este día Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo, y que deja la nueva Guardia Nacional en manos del Ejército. Aunque el Plan trae consigo “esperanzas”, el impacto se verá realmente a la luz de resultados, dijeron.
Por Shaila Rosagel
Ciudad de México, 14 de noviembre (SinEmbargo).- El Plan Nacional de Paz y Seguridad que presentó este día Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo, es una “canasta de buenos deseos” , “ambicioso” e “integral”, cuyo alcance e impacto se verán realmente a la luz de resultados, dijeron expertos en seguridad y derechos humanos consultados por SinEmbargo.
La legalización de algunas drogas, la continuidad del Ejército en las calles (ahora además con una Guardia Nacional) y la falta de claridad en las acciones concretas que se realizarán para combatir la corrupción y sanear a las corporaciones policiacas del país, son algunos de los puntos que preocupan a los expertos.
“Me parece muy bien el reforzamiento de las policías. Me parece importante ver cómo les van a pagar a las policías, pero esta es una canasta de buenos deseos que deberíamos verla en la práctica. Vamos a ver si realmente con este tipo de propuestas, que no distan mucho de lo que se quería en la administración de Felipe Calderón; en manera de retórica y de discurso Calderón quería formar nuevas policías y hacer una verdadera reforma de las policías. No se logró y los resultados fueron negativos”, dijo Guadalupe Correa-Cabrera, Profesora Asociada en la Universidad de George Mason y afiliada al Woodrow Wilson Center en Washington, DC y al Centro México del Baker Institute en la Universidad de Rice.
“Me parece un anuncio que me da esperanza, pero en la práctica vamos a ver si podemos resolver el problema que tiene México”, añadió la también autora del libro Los Zetas Inc.
López Obrador precisó durante la presentación que su plan enfatiza en la formación de la Guardia Nacional y en el fortalecimiento de la familia, el combate a la corrupción, el respeto a los derechos humanos e ir a la raíz del problema con un amplio plan de reconstrucción del tejido social.
Alfonso Durazo Montaño, próximo Secretario de Seguridad Pública federal, dijo que la crisis de seguridad que vive el país es la peor desde la Revolución Mexicana, que inició en 1910 y terminó en 1917. Castigó la estrategia militarizada de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Señaló que la corrupción es el mal principal y que sobre eso se concentrará parte de la estrategia.
“Este plan llevará la paz a cada rincón al país. Dará, nuevamente, el derecho a vivir en paz a la sociedad. Los niños podrán salir a las calles, las mujeres podrán vivir sin ser molestadas y los hombres podrán vivir en paz”, prometió Durazo.
La investigadora Guadalupe Cabrera dijo que una de sus críticas a la propuesta de López Obrador, tiene que ver con la legalización de las drogas. “Me parece importante, pero no creo que con el tema de la legalización vayamos a tener resultados importantes. Debería hacer más énfasis en la creación de instituciones”, precisó.
Alfonso Durazo reconoció durante la presentación del Plan Nacional de Paz y Seguridad que la regulación de las drogas, por sí sola, no es suficiente.
“De cara a las medidas de pacificación debe señalarse que la regulación de los estupefacientes actualmente prohibidos puede incidir en una reducción significativa de las adicciones y en una mejoría en las condiciones de los adictos pero, sobre todo, permitiría poner fin a uno de los motores centrales de la violencia, la inseguridad y el extendido quebrantamiento del estado de derecho. Pero no sería suficiente por sí misma: la mera supresión de las estrategias prohibicionistas puede llevar a los grupos delictivos a una repenalización con el propósito de conservar su negocio y su mercado y no resolvería la existencia de organizaciones fuertemente armadas y organizadas”, dijo.
EL EJÉRCITO EN LAS CALLES Y LOS DERECHOS HUMANOS
Otro de los puntos que generó controversia entre los expertos es la continuidad del Ejército en las calles.
“Cuando se involucró a las Fuerzas Armadas en el combate a la delincuencia, hace ya 12 años, se argumentó que era una medida temporal en tanto se lograba el saneamiento, la capacitación y la profesionalización de las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno. Pero en este lapso los gobernantes no avanzaron ni mucho ni poco en tales objetivos, y hoy las fuerzas públicas civiles se encuentran tan incapacitadas para cumplir su tarea de prevenir y combatir el delito como en 2006”, dijo Durazo Montaño.
El próximo titular de la Secretaría de Seguridad argumentó: “debe admitirse con toda franqueza que, dada la descomposición y la ineficacia de las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno, resultaría desastroso relevar a las Fuerzas Armadas de su encomienda actual en materia de seguridad pública, pues constituyen las instituciones más confiables para mantenerla, a pesar de que no fueron concebidas para ello, y pese a las distorsiones y el desgaste institucional que experimentan en las calles. Ante la carencia de una institución policial profesional y capaz de afrontar el desafío de la inseguridad y la violencia, es necesario seguir disponiendo de las instituciones castrenses en la preservación y recuperación de la seguridad pública y el combate a la delincuencia”.
Javier Sicilia Zardain, poeta y líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), cuestionó que durante la presentación del Plan no se haya especificado cómo se sacará al Ejército de las calles y cómo se logrará que los militares no violen derechos humanos.
“Sea como sea no conozco un ejército, en ninguna parte del mundo, que cuando está fuera de los carteles no violente los derechos humanos. El Ejército sea como sea controlado es estado de excepción y todo estado de excepción violenta derechos humanos. Hago esa pregunta: ¿cuál será el plan de retiro para el Ejército? No se puede permanecer en las calles para siempre”, dijo.
Sicilia Zardain añadió que el proyecto presentado hoy “suena sumamente ambicioso”, pero faltó explicar el cómo lograrán cada una de las metas que se plantearon.
“Cómo van a generar esa ética en la ciudadanía, cómo van atacar la corrupción. Como buena intención está bien, pero que nos digan cómo, que presenten un proyecto de Estado con claridad y por etapas y nos digan de qué manera y cómo lograrán que el Ejército no viole derechos humanos en las calles. Yo entiendo que no se puede retirar de la noche a la mañana, pero cuál será la política del retiro”, dijo.
De acuerdo con Durazo Montaño las Fuerzas Armadas tendrán un papel protragónico en la “formación, estructuración y capacitación de la Guardia Nacional, la cual debería asumir las funciones de preservación de las instalaciones estratégicas y la protección civil a nivel federal en todas sus facetas, más allá del carácter coyuntural del Plan DN-III”.
Esa orientación, precisó Alfonso Durazo, deberá estrechar los lazos entre los militares y la población para permitir emplear “todo el potencial de los institutos castrenses”.
El General Luis Sandoval, próximo Secretario de la Defensa Nacional, dijo que para apoyar la seguridad pública “se constituirá la Guardia Nacional como fuerza adicional a las Fuerzas Armadas ya existentes. Su esquema entrará en operación el 1 de diciembre. La nueva corporación contará con vehículos e insignias que la identifiquen. Su conformación se llevará a cabo en tres etapas: primera: integración de las policías; segunda: inclusión de efectivos militares; tercera: la inclusión de los jóvenes que quieran participar en la nueva institución”.
“Las Fuerzas Armadas emanan del pueblo, le sirven y lo defienden. Soldados, pilotos y marinos son pueblo uniformado. Tenemos la enorme responsabilidad de participar en la seguridad pública. Se actuará con respeto a derechos humanos. El mandato será acatado por todos los integrantes de las fuerzas armadas”, afirmó.
¿CÓMO SE SANEARÁ A LAS POLICÍAS MUNICIPALES CORRUPTAS?
Ricardo Ravelo Galó, periodista especializado en el tema de delincuencia organizada, consideró que el Plan que se presentó hoy es integral y que la creación de una Guardia Nacional y el combate a la corrupción, así como la despenalización de algunas drogas, son de los puntos más relevantes.
“Aquí lo que me preocupa es que Alfonso Durazo no haya hecho referencia al saneamiento de las policías del país. Cómo se van a crear los nuevos cuerpos de seguridad con una policía realmente que no está depurada y con policías que se sabe que actualmente está al servicio del crimen organizado”, dijo.
Ravelo Galó indicó que el 80 por ciento de las estructuras de las policías municipales en el país operan con los criminales.
“Quiero pensar que también forma parte de la estrategia nacional”, añadió.
Aunque Durazo no hizo mención a cómo depurará las policías, dedicó una parte de su discurso a la descomposición que experimentan.
“Resulta ilustrativo a este respecto el caso de la Policía Federal, creada hace 20 años para suplir la labor de las fuerzas armadas en el combate a la delincuencia y que es en la actualidad un agrupamiento con déficit de disciplina, capacitación y profesionalismo; sus integrantes –alrededor de 40 mil elementos, incluidos muchos dedicados a funciones administrativas– reciben bajos salarios, carecen de seguridad y protección social para ellos y sus familias”, dijo.
Durazo Montaño precisó que sucede algo simular con los agentes ministeriales y las policías estatales y municipales.
“En general carecen de profesionalismo, protección o apoyo y son, en muchos casos, dominados por la delincuencia y movidos por el interés y la corrupción y no por el deber del servicio público. A esto debe agregarse que la mayor parte de los cuerpos de seguridad actúan por su cuenta y que no existe, en los hechos, una mínima coordinación entre ellos; en algunos casos llegan incluso a enfrentamientos para mantener plazas y defender sobornos o prebendas”, argumentó.
En ese sentido, Ravelo Galó consideró un acierto que el Ejército aún permanezca en las calles.
“El grave problema que tiene López Obrador para enfrentar a la delincuencia es que no hay policías confiables. El 80 por ciento están infiltradas y mientras no haya un plan específico para sanearlas, castigar a los elementos que hayan recibido sobornos o trabaje para el crimen organizado, es muy difícil enfrentarlo en las regiones del país más violentas”, dijo.
Otro de los puntos que, de acuerdo con Ricardo Ravelo, no se tocó fue de qué forma se va a investigar a la clase política involucrada con el crimen organizado y el lavado de dinero, así como el desmantelamiento de las redes patrimoniales de los cárteles.