El proyecto contempla actividades de rescate, rehabilitación, conservación, investigación y defensa de los animales.
Ciudad de México, 14 de noviembre (SinEmbargo).– “México se desborda”, dice la página oficial de Libero. “Son miles de animales los que hoy viven en condiciones inadecuadas de cautiverio, que son sujetos de tráfico y los que mueren cada año por maltrato en [el país]”.
Libero es una asociación civil que busca establecer en México un hogar sin muros para animales silvestres explotados por el tráfico ilegal o en condiciones de maltrato. Un espacio, aseguran, en que la conservación, la investigación, el desarrollo sustentable, la educación, la defensa de los animales y la concientización se conjugarán para crear un santuario único en su tipo en Latinoamérica.
“Libero surge después de un trabajo de planeación muy largo ante la urgencia de modelos de cautiverio que estén orientados al bienestar de los animales. En nuestro país, las autoridades están rebasadas: los animales silvestres en cautiverio viven en una situación irregular: no hay los mecanismos, espacios o el presupuesto para poder hacer los rescates y reubicación de fauna necesarios”.
“Por eso impulsamos este proyecto. Para alinearnos con la agenda nacional en temas de rescate, conservación y derechos de los animales y coadyuvar a mermar el tráfico y maltrato de estos animales”, explica María García Domínguez, Presidenta la organización.
Libero Santuario, que aún se encuentra en etapa de proyección, busca desarrollarse en el estado de Morelos y pretende crear un espacio para recibir de forma permanente o temporal a todo tipo de especies, mismas que, de acuerdo a su situación particular, serán rehabilitadas, conservadas, estudiadas y/o liberadas.
“Porque Libero no sólo busca rescatarlos. La idea es que el santuario trascienda esos rescates y logre aterrizar, a través de proyectos de investigación no invasiva, en información y en datos útiles y aplicables para el área ambiental y de la defensa de los animales”, platica María.
La también Directora ejecutiva y de estrategias de la agrupación, detalla que en una etapa primaria del proyecto se necesitaría alrededor de 100 hectáreas, pero que, en un largo plazo, lo ideal es contar con 500:
“La idea es tener un campo amplio de acción para poder recibir más animales, así como desarrollar áreas importantes que incluirán manejo forestal, una sala de conferencias y capacitación, un hospital de capacitación para médicos veterinarios, senderos interpretativos para avistar aves y una serie de proyectos que tendrían injerencia en otros ámbitos como bonos de carbono, recuperación de especies nativas de flora y fauna, investigación, monitoreo y muchas más cosas.
“Al final del día, la visión de Libero es generar un micromodelo social en el que se contemplen aspectos diversos pues se trataría de un lugar que no sólo pugna por los derechos de los animales, sino que también se optará por energías renovables, la bioconstrucción, huertos orgánicos que rescatarán conocimiento tradicional para poder involucrar a comunidades en proyectos de recuperación de flora nativa y se hará un espacio de capacitación y consultoría para interesados en prepararse en defensa de animales”, detalla García.
Libero está compuesto por un grupo de científicos y veterinarios especializados en conservación y manejo de fauna silvestre. María detalla que en el proyecto participan especialistas en diversas áreas que han trabajado en países de África, de Europa y también en México, expertos en sustentabilidad y desarrollo de tecnología sustentable del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Adicionalmente, señala la activista, Libero busca ser un centro de referencia y desarrollo para que el gremio de defensa de los animales en México se profesionalice. “Con este modelo queremos demostrar cómo todos estos temas de vanguardia pueden funcionar con un hilo conductor: los animales. Fuente de ejemplo e inspiración”, apunta.
Por el momento, platica María, Libero A.C. se encuentra en una etapa de acercamiento con autoridades a nivel estatal y federal, organizaciones y sociedad civil: “también buscamos tener reuniones con representantes de Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), legisladores y empresarios.
“México necesita un santuario. Un santuario como libero. uno que pueda hacerse cargo del tema desde toda la serie de matices que tiene la problemática y que pueda dejar resultados en el corto, mediano y largo plazo. Que tenga capacidad de interconexión con la academia, la iniciativa privada, con sensibilización real de la gente y acoplados a la agenda nacional de rescate de los animales.
“Libero aspira a ser una zona de paz para México. Una zona de paz que tanto nos hace falta”, concluye la activista.