Predicar con el ejemplo

14/11/2014 - 12:00 am

La desaparición, y probable asesinato, de los 43 normalistas de Ayotzinapa ha desatado la indignación y la rabia de la sociedad mexicana y la comunidad internacional. Músicos mexicanos y extranjeros han alzado su voz en contra de la que es ya considerada “la peor crisis de derechos humanos desde la matanza de Tlatelolco”, y desde sus diferentes trincheras han emitido un mensaje de repudio ante la situación de violencia, corrupción e impunidad que impera en el país.

Los integrantes de Café Tacvba, Caifanes y Zoé han usado la plataforma mediática de sus recientes giras para hablar sobre el tema de los estudiantes normalistas desaparecidos, utilizando un discurso duro y firme. Estos hechos han desatado decenas de comentarios en las redes sociales: algunos para aplaudir su solidaridad con las familias de los 43 jóvenes, y algunas otras en contra, al tachar las palabras de estos rockeros de “oportunistas” y “contradictorias”. En esta crítica proveniente de un sector de los internautas, a quien peor le ha ido es a León Larregui, a quien no se han cansado de llamarle “hipster-revolucionario”, “borracho”, “drogadicto” y una serie de apelativos despectivos más que buscan poner en duda su indignación sobre este terrible hecho.

El sábado pasado, el vocalista de Zoé eligió un momento de su presentación en el Foro Sol – sin duda el concierto más importante en la carrera de la banda- para leer un mensaje a los asistentes. “México está de luto. México está sangrando. Qué más tenemos que aguantar para decir basta. El país está secuestrado por una pandilla de neandertales, ladrones y asesinos. ¿En qué país quieres vivir tú?, en el que el simple hecho de exigir tu derecho a una vida digna y justa, signifique que te van a desaparecer y a matar”, dijo Larregui aquella noche.

“¿Qué chingada madres es eso? Soñemos con el México que queremos y hagámoslo realidad actuando sin miedo. Tú tienes el poder de transformar la realidad. En un cuarto lleno de luz no hay lugar para la oscuridad, pero en un cuarto lleno de oscuridad, con un solo pinche foco lo puedes iluminar y ese foco podría ser Ayotzinapa”, agregó el vocalista.

Las críticas no tardaron en llegar. “Que predique con el ejemplo”, escribieron algunos usuarios en redes sociales. Los memes -algunos muy divertidos, por cierto- recreando aquella polémica escena de León pateando las cámaras de televisión y pintando dedo a la prensa, tras ser remitido al “Torito” hace cuatro años, pululan.

Horas más tarde de su concierto en el Foro Sol, el vocalista tuiteó desde su cuenta oficial que había sido arrestado. El rockero protagonizó una pelea en una cafetería. “Me acaban de arrestar y violenciar (sic) unos neanderhales (sic) no me dan miedo… Que se vayan a la verga…me pueden matar pero eso no nos va a parar” (sic). “País de mierda en que vivimos”. Su oficina de prensa aclaró que el incidente era un hecho aislado al discurso que emitió el sábado en el Foro Sol, y su arresto no se trataba de ninguna represalia.

¿Tiene derecho o no León Larregui de hablar sobre el tema? Por supuesto que lo tiene, como ciudadano y como figura pública.  Dicta un dicho: “Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

La vena más contestataria del Larregui convive con su faceta de “estrella de rock”. Algunos coinciden en que la figura de León refleja los cimientos de ese discurso social y político tan arraigado en Saúl Hernández, el líder de Caifanes y una de las influencias musicales más marcadas del cantante de Zoé. Otros difieren de lo anterior, e insisten en que es muy pretencioso de su parte jugar al “activista social”. A favor o no, lo cierto es que el rockero ha alzado su voz en contra de la reforma energética, igual que ha apoyado a los damnificados de desastres naturales en México, al ex candidato presidencial de izquierda Andrés Manuel López Obrador, y al movimiento #YoSoy132, que pugna por el derecho a la información y la libertad de expresión, y que se opuso a la “imposición de candidatos a la Presidencia de México”.

“Todo lo que pasa en el país tiene un reflejo en las letras de Zoé. Durante mucho tiempo el grupo permaneció fuera de una aceptación o negación de las cosas, siempre estuvimos más enfocados en una búsqueda espiritual. Siempre hay canciones con metáforas de cosas que salen en las noticias, pero que no necesariamente expresamos de forma tan explícita. A veces no hablamos puntualmente de un problema, sino con otro tipo de representaciones”, dijo Larregui, en una entrevista que su servidora realizó el año pasado, para la revista Rolling Stone México.

Durante mucho tiempo, el rock ha estado ligado con movimientos sociales y políticos. Uno de los mejores ejemplos es el apoyo que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) recibió de la comunidad de rockeros en México, durante la década de 1990, a la que se sumó la banda estadounidense Rage Against The Machine y el franco-español Manu Chao.

“Creo que hay muchos jóvenes que olvidan esta parte, no somos políticos, somos músicos definitivamente, y es el ámbito que nos toca, pero también hay una responsabilidad y una correspondencia hacia el entorno”, opina Rubén Albarrán.

“Yo creo que estamos viviendo una serie de situaciones muy claras en lo que llamamos “rock”. Durante mucho tiempo luchó la resistencia, muchas bandas seguimos estando en resistencia, hace años el rock en México era el que surgía de las calles, en una posición en contra cultura del discurso dominante. Ahora estamos en una etapa muy fuerte porque lo que llamamos rock  se convirtió en una moda”, señala Roco, vocalista de Maldita Vecindad.

Seguidores o no de la música de Zoé. Simpatizantes o no de León Larregui, lo más importante es que el cantante y otros de sus colegas músicos, a través de la popularidad de la que gozan entre los jóvenes y su alcance mediático, están tratando de emitir un mensaje que pugna por organizarnos como sociedad. Ojalá que hiciéramos a un lado esa apatía, que nos olvidáramos de una vez de etiquetas, de juicios, de esa doble moral que caracteriza a nuestra sociedad. Los hechos registrados en Guerrero son tan dolorosos y graves que desatan, irremediablemente, en nosotros los mexicanos sentimientos de furia, vergüenza e indignación.

Reproduzco las palabras de Albarrán durante el inicio de la serie de conciertos que Café Tacvba ofrece en el Auditorio Nacional, en el marco de la celebración de su 25 aniversario: “No es suficiente con gritar y protestar en un concierto, el exterior vive en nosotros mismos y nosotros mismos somos los que tenemos que desmantelar este sistema opresor, represor… Pedimos por todos los estudiantes, por todos los niños de este país y del mundo, para que estén a salvo y no corran peligro”.

Natalia Cano
Es originaria de la Ciudad de México y egresada de la UNAM. Fungió como reportera en El Universal y la agencia Notimex. Actualmente colabora en una agencia internacional de noticias, y ha escrito en revistas como Rolling Stone México, Marvin, La Mosca en La Pared, Sound:check y MusicLife.
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