Cuando Patricia Talavera Torres despertó supo que era diabética.
Tenía 19 años de edad cuando esa mañana del sábado ya no pudo caminar ni tampoco ver. Se asustó, empezó a llorar y de inmediato fue traslada a un hospital, pero en el interior de la ambulancia cayó en coma diabético.
Al igual que ella, en México se detectan cada año 250 mil nuevos casos de Diabetes Mellitus; además de los 10 millones de enfermos que ya están registrados, de los cuales 2 millones ignoran que tiene este padecimiento incurable, pero que sí se puede controlar.
Se estima que alrededor de 80 mil mexicanos, la mayoría mujeres, murieron en el último año por esta silenciosa enfermedad considerada hoy la principal causa de muerte en el país debido a factores ligados a la raza y la herencia, así como detonantes como sobrepeso, obesidad y sedentarismo.
Esta enfermedad clasificada como prediabetes, diabetes tipo I, diabetes tipo II y diabetes gestacional es el mal no contagioso más frecuente en México y en el mundo.
En 1968 ocupaba el lugar 25 como causa de muerte en el país; en 1997 pasó al tercer lugar y ahora que ocupa el número uno. Diariamente fallecen alrededor de 220 mexicanos por esta enfermedad; es decir, casi 10 personas cada hora.
Por ello, el sector salud sostiene que para 2012 podrían morir alrededor de 100 mil mexicanos debido a la Diabetes Mellitus o simplemente conocida como diabetes, pese a los esfuerzos que se hacen por atender a estos pacientes como el otorgamiento de insulina, entre otros medicamentos necesarios.
Y esta enfermedad para la que existen todos los tratamientos y medicamentos necesarios para llevar una vida “normal”, se vuelve mortal porque la mayoría de la población es de nivel socioeconómico bajo y este es un mal muy costoso, además de que la mayoría de la gente carece de información adecuada.
Cifras oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que el gasto total para la atención de pacientes diabéticos atendidos en esa dependencia del sector salud supera ya los 55 millones de pesos diariamente, lo que equivaldría al costo de un hospital cada 12 días, por lo que esta enfermedad impacta de manera importante en las finanzas de la institución.
La diabetes tipo I se caracteriza por sus altos niveles de azúcar en la sangre y la diabetes tipo II se conoce por su falta de azúcar.
Hace 10 años, Patricia Talavera Torres cayó en estado de coma. Tenía 19 años de edad cuando esa mañana del sábado ya no pudo caminar ni tampoco ver. Se asustó, empezó a llorar y en el interior de la ambulancia rumbo al hospital entró en estado de inconsciencia.
Semanas antes había bajado de peso. Tenía mucha sed y tomaba agua en abundancia. Iba mucho al baño para orinar, pero pensaba que era consecuencia del consumo del líquido. Comía mucho pero, como era ansiosa, suponía que también formaba parte de su naturaleza.
Todo estaba justificado en ella hasta que un viernes se sintió muy cansada, y se fue a dormir. Y a las siete y media de la mañana siguiente, al despertar se dio cuenta que no se podía parar, las piernas no le respondían porque carecían de fuerza.
Además veía todo en color negro, como si estuviera la luz apagada a pesar de tener los ojos abiertos. También había perdido la vista debido a una hiperglucemia, que desde hace más de una década controla con cuatro aplicaciones de insulina al día, tratamiento médico que le cuesta 4 mil pesos mensuales.
Patricia Talavera Torres es una joven mujer académicamente preparada. Pertenece a una élite de profesionales que sí pueden costearse un tratamiento de este tipo gracias a que es ejecutiva de una empresa privada, y sus ingresos están por encima de la mayoría de los habitantes del país.
Como paciente de diabetes tipo I o diabetes juvenil, ella no produce insulina; es decir, al padecer hiperglucemia carece de la hormona que controla la cantidad de azúcar en la sangre. Por eso, todos los alimentos que ingiere le elevan los niveles de glucosa.
Para contrarrestar ese efecto tiene que inyectarse insulina que le ayuda a bajar la glucosa en la sangre y, enseguida, para confirmar su glucosa monitorea sus niveles de azúcar hasta lograr descender la cantidad recomendada, que es de entre los 85 y 110 mg/dl.
Según la entrevistada la diabetes es una de las “enfermedades más bonitas” del mundo porque se tiene todo para estar bien; y de paso te obliga a llevar una vida más sana, aunque se vuelve una enfermedad mortal cuando la gente no tiene las posibilidades económicas para atenderse.
Dice que la mayoría de los enfermos carecen de información adecuada y sus fuentes de información suelen ser la vecina, el amigo y la Internet donde existen artículos que no están fundamentados. Entonces, lo correcto es apoyarte en un médico y en cuanto te diagnostiquen es necesario buscar el tratamiento adecuado según el tipo de diabetes.
Si tienes el tratamiento correcto, dice, puedes vivir todos los años que quieras sin ningún problema de la vista ni de perder extremidades, y tampoco ninguna complicación de diabetes. Las complicaciones aparecen cuando los diabéticos tipo I se dejan de inyectar insulina o los diabéticos tipo II dejan de tomarse sus pastillas.
La silenciosa enfermedad
De acuerdo con un estudio realizado por especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social, la Diabetes Mellitus es la primera causa de muerte en México y entre los mexicanos puede presentarse en casi cualquier persona por factores ligados a la raza. El IMSS calcula que puede haber hasta 10 millones de mexicanos con esta enfermedad, entre los cuales hay 2 millones de personas que no han sido diagnosticadas.
La edad promedio de los más afectados oscila entre 40 y 59 años, y es más frecuente en las mujeres. El grupo de mexicanos más afectado corresponde a los mayores de 60 años. Sin embargo, este mal cada vez es más frecuente entre menores de edad.
Trece de cada 100 decesos son provocados por esta enfermedad; y por cada 10 pacientes diabéticos diagnosticados hay tres enfermos sin diagnosticar.
Este problema de salud pública crece en forma constante debido al sobrepeso y a la obesidad de la población.
Características y efectos
De acuerdo con los estudios sobre salud realizados recientemente por la Fundación IMSS, la diabetes es ocasionada por la incapacidad del organismo para generar insulina o utilizarla correctamente. Y se clasifica en prediabetes, diabetes tipo I, diabetes tipo II y diabetes gestacional.
Explica el estudio que cuando las cifras de glucosa se mantienen elevadas, se provoca un daño progresivo en los vasos sanguíneos, afectando más frecuentemente: ojos, riñones, nervios, corazón y pies.
Y la característica principal de esta enfermedad es que la insulina no cumple con su función de ayudar a que la glucosa penetre en las células, y genere la energía necesaria para el desarrollo de todas las funciones vitales del organismo.
Prediabetes
Significa que los niveles de azúcar en la sangre están por encima de lo normal, pero aún no son lo suficientemente altos como para que se diagnostiquen como diabetes. Es común que la gente desarrolle prediabetes antes de padecer diabetes tipo II.
La prediabetes suele afectar a las personas cuyos antecedentes familiares existe la enfermedad. También está relacionada a los hábitos de vida, tales como sedentarismo y alimentación inadecuada.
Diabetes tipo I o diabetes juvenil
Esta forma de diabetes se presenta en 90% de los casos por una destrucción de las células Beta del páncreas; y como consecuencia no se produce insulina.
La aparición de la enfermedad puede ser en cualquier edad, pero es más recurrente antes de los 40 años, aunque cada vez es más frecuente en menores de 10 años de edad.
Estos pacientes generalmente no producen insulina o sus niveles son deficientes, por lo que necesitan aplicarse insulina externa para mantener los niveles adecuados de azúcar en la sangre.
En sentido estricto, los enfermos con diabetes tipo I dependen de la insulina para vivir. De ahí que también se les conoce como insulinodependientes.
En los enfermos con diabetes tipo I, los síntomas se presentan en forma aguda y pueden aparecer varios simultáneamente debido a que la destrucción de las células beta es muy rápido, y sus manifestaciones más comunes pueden ser: agotamiento, mucha sed, orinar mucho, pérdida de peso sin dieta especial, visión borrosa y ocasionalmente mucha hambre.
En casos muy agudos pueden presentarse náuseas, vómito, mareo, adormecimiento de extremidades, confusión y coma diabéticos, requiriéndose entonces atención médica urgente.
Los elementos cardinales para controlar la diabetes y prevenir o retardar la presencia de complicaciones son: alimentación correcta, actividad física y control de peso, y seguir con mucho cuidado las indicaciones del médico sobre el consumo y aplicación de medicamentos.
Además, recomienda el estudio de la Fundación IMSS, si el paciente fuma es necesario dejar de hacerlo o si toma bebidas alcohólicas tiene que disminuir o evitar el consumo de éstas.
Diabetes tipo II
Estos pacientes cuyo volumen representa 90% del total de los diabéticos mexicanos, no requieren de insulina para tener un manejo adecuado de su enfermedad, pero es posible que en poco tiempo la necesiten para retardar la aparición de las complicaciones.
Aunque no se conocen las causas exactas de su aparición, pero está asociada con la presencia de los factores de riesgo: sobrepeso, obesidad, edad, herencia y sedentarismo.
En este caso la insulina que produce el páncreas es muy poca o el organismo no puede utilizarla adecuadamente. El organismo responde progresivamente a la falta de insulina haciéndose tolerante hasta que se instala la enfermedad.
Los síntomas son muy variables y silenciosos. Se presentan en forma lenta, progresiva y difusa: debilidad y cansancio; aumento de la sed; orina con mayor frecuencia y mayor apetito. Sin embargo es posible la ausencia de todos éstos indicadores.
El tratamiento para este tipo de diabetes consiste en controlar el nivel de glucemia en ayunas entre 80 y 110 mg/dl y evitar complicaciones, por lo que es necesario tener una correcta alimentación, practicar ejercicio de manera permanente y darle seguimiento a la medicación prescrita.
Diabetes gestacional
Es aquella que afecta a las mujeres embarazadas que nunca han tenido diabetes, pero que registran altos niveles de glucosa durante su embarazo.
Aunque se desconocen con certeza sus causas, se cree que podría deberse al aumento en la producción de hormonas de la placenta durante el periodo de desarrollo fetal, lo cual puede afectar o bloquear la producción de insulina en el cuerpo de la madre, provocando un incremento en los niveles de azúcar en la sangre lo que se traduce en hiperglucemia.
Las mujeres que desarrollan diabetes gestacional suelen desarrollar diabetes tipo II. Pero gracias a que ésta se da hasta una etapa tardía en el embarazo, no produce en el bebé los mismos tipos de defectos congénitos o complicaciones que a veces se genera en las madres.
Sin embargo es necesario mantenerlo bajo control con revisión y tratamientos ya que la diabetes gestacional puede contribuir al desarrollo de un bebé con peso arriba de lo normal conocido como “macrosomía”.
Factores modificables
Existen indicadores que al ser transformados pueden ayudar a prevenir o retrasar las complicaciones de la diabetes: sobrepeso, obesidad, circunferencia abdominal grande (en mujeres debe ser menor a 80 centímetros y en hombres menor a los 90 centímetros), hipertensión arterial, colesterol alto, triglicéridos mayores a los 150 mg, sedentarismo, hábitos de alimentación incorrectos, tabaquismo y depresión persistente.
Factores no modificables
No obstante, cuando existen antecedentes de padres o hermanos con diabetes, el indicador de la herencia puede llegar a ser más frecuente en algunos pacientes.
Recomendaciones
Según las recomendaciones del IMSS, una vida activa favorece la prevención de enfermedades como diabetes; por ello, sin importar la edad, el practicar ejercicio mejora los niveles de glucosa en la sangre ya que se requieren gastos de energía, aunque en pacientes enfermos y adultos mayores se debe tener una valoración médica previa.
Los mitos
De los mitos más recurrentes sobre la diabetes destacan algunos que erróneamente se han convertido en vox populi: pensar que esta enfermedad es contagiosa, causada por un fuerte disgusto o susto o producida por comer muchos dulces, chocolates y postres.
También es falso pensar que la insulina puede dejar ciego a quien la utilice; que el nopal cura la diabetes y que ésta a su vez tiene cura y la alimentación para una persona con diabetes debe ser sólo a base de verduras.
Las verdades
De las afirmaciones populares correctas también sobresalen el que la diabetes tipo II representa la más frecuente y se puede prevenir o aplazar por algunos años; sí se controla pero es incurable.
Asimismo es cierto que la insulina es indispensable en el tratamiento de la diabetes tipo I y no produce ceguera; que la alimentación de una persona con diabetes es igual a la de cualquier persona que se alimenta correctamente.
La esperanza
En el mundo, afirma la especialista y paciente de la diabetes, Patricia Talavera Torres, existen más de mil tipos de diabetes y en México alrededor de 80 son las más conocidas, pero la clave está en encontrar el tratamiento y el tipo de insulina adecuados para cada persona.
Evidentemente, concluye, puedes hacer que realiza el resto de la gente sin diabetes, nada más que con un tratamiento adecuado, practicar ejercicio y llevar una alimentación adecuada, por esos, insiste: “la diabetes es la enfermedad más bonita del mundo”.