El ecólogo Jason Fowler dijo haber avistado tres ballenas el 2 de septiembre cuando navegaba con amigos a más de 20 kilómetros (12 millas) de la desembocadura del río.
Por Rod McGuirk
CANBERRA, Australia (AP) — Autoridades marítimas estudiaban el lunes cómo convencer a al menos una ballena jorobada perdida para que salga de un turbio río infestado de cocodrilos en el norte de Australia y continúe con su migración anual a la Antártida.
No se habían registrado avistamientos de ballenas en el Río Aligátor Oriental, en el Territorio Norte del país, situado en el Parque Nacional de Kakadu, y nadie podía explicar por qué al menos tres de los mamíferos marinos de agua salada se habían adentrado tanto en un río con escasa visibilidad.
El ecólogo Jason Fowler dijo haber avistado tres ballenas el 2 de septiembre cuando navegaba con amigos a más de 20 kilómetros (12 millas) de la desembocadura del río.
“Resultó que dimos con varias ballenas grandes, lo que me dejó totalmente desconcertado”, explicó Fowler el lunes.
“El agua está increíblemente turbia. Hay visibilidad cero. De modo que sólo se ven las ballenas cuando están justo en la superficie”, dijo.
El experto estimó que se trataba de dos ballenas adultas y una joven, de entre 10 y 12 metros (de 33 a 39 pies) de largo.
“La población australiana de ballenas jorobadas se ha disparado. Es la gran historia de éxito de conservación en el océano”, dijo Fowler.
“Hay tantas jorobadas que van camino de la costa de Australia Occidental que es inevitable que acaben en sitios nuevos. Lo que es increíblemente raro es que están en un río turbio, poco profundo, lleno de cocodrilos… eso es inaudito”, señaló.
Pese al nombre del río, no hay caimanes en Australia. Recibió ese nombre por sus muchos cocodrilos, ya que al parecer los exploradores europeos no conocían la diferencia.
La experta de ballenas y delfines del Gobierno del Territorio Carol Palmer dijo que al menos una ballena seguía en el río el fin de semana.
“No sabemos lo que ha ocurrido, pero obviamente erró el camino y terminó en el Río Aligátor Oriental”, añadió.
“Es muy sensible a las mareas. Es bastante poco profundo y todos estamos muy ansiosos por intentar sacarla”, dijo Palmer a la Australian Broadcasting Corp.
Entre las opciones para que la ballena salga del río se barajaban emplear grabaciones de llamadas de ballenas o hacer ruido golpeando el costado de los barcos.
Se han utilizado con éxito grabaciones de ballenas para atraer a una jorobada fuera de la Bahía de San Franciso. En el estado australiano de Tasmania se logró ahuyentar a una ballena con ruido desde una línea de barcos.
“Los cocodrilos no estarán acostumbrados a ver una ballena jorobada”, dijo Palmer, “La jorobada es lo bastante grande como para que ninguno de nosotros crea que los cocodrilos van a intentar atacarla”.
Fowler dijo que probablemente, la ballena o ballenas se están cansando de nadar contra fuertes mareas para mantenerse en la misma parte del río.
“Hablamos con los ancianos aborígenes que hablan en nombre de esa parte de Kakadu y dijeron que no tienen palabra para ballena”, comentó Fowler. “No hay registros en su historia cultural. Nunca habían oído hablar de esto”.