México

CRÓNICA | Desesperación y dolor, cara a cara con AMLO: “¡Esta es mi hija, señor, asesinada y violada!”

14/09/2018 - 10:00 pm

Los familiares de las víctimas de la violencia en México y Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República electo, se encontraron. Frente a él no atendieron más discursos y promesas, ni siquiera dejaron hablar a la ex ministra Olga Sánchez Cordero, futura Secretaria de Gobernación. Firmes, miraron siempre de frente al tabasqueño. le exigieron justicia, le suplicaron, lloraron y gritaron. “¡Que se castigue a los culpables, pero de verdad, ¡que les duela! ¡Que nos hagan justicia!”, clamaron.

Y aunque López Obrador se conmovió les reiteró: “Olvido no, perdón sí”.

Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).- “¡Queremos que se acabe el tráfico de influencias, que se castigue a los culpables, pero de verdad ¡Que les duela! ¡Que nos hagan justicia!”, gritó una mujer mientras sostenía la fotografía de su hija asesinada. La voz de le quebró, estaba ahí frente a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República electo. Era el Segundo Diálogo por la Paz la Verdad y la Justicia y era su momento de hacerse escuchar.

“¡Esta es mi hija, señor, asesinada y violada!”, le dijo otra mujer que se abrió paso entre la gente y se plantó frente a López Obrador. Tenía una mirada profunda y sostenía con sus manos la imagen de una jovencita vestida de blanco.

El político observaba de pie. Estaba callado y tenía una mueca de dolor en el rostro. Parecía conmovido. Los gritos y el llanto retumbaban en el auditorio del Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Las fotografías de las víctimas y las cruces rosas de los feminicidios inundaban el salón. Los familiares de las víctimas de la violencia en México tomaron la palabra y se hicieron escuchar.

Entre los oradores estaban Javier Sicilia Zardain, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), Alejandro Encinas Rodríguez, próximo Subsecretario de Gobernación y Olga Sánchez Cordero, futura Secretaria de Gobernación. El poeta pidió un minuto de silencio por todas las víctimas al abrir su intervención, pero los familiares no estuvieron de acuerdo.

“¡No podemos guardar silencio!”, “No podemos callar, ¿así nos quieren callar?”, “¿dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?”, le gritaron como respuesta.

Olga Sánchez Cordero no pudo hablar, no la dejaron. A cada intento por tomar la palabra era interrumpida por una madre o un padre que exigía justicia.

Las madres, padres, hermanas, hermanos, hijos e hijas de las asesinadas, desaparecidas y desaparecidos acudieron al encuentro con López Obrador para dejarle en claro una sentencia: “Ni perdón, ni olvido”.

“¡No necesitamos dialogar ya, necesitamos encontrarlos a todos, ya no queremos perder tiempo en esto, que los encuentren!, ¡que se pongan a trabajar!”, exigieron.

Madres claman justicia al próximo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Foto: Cuartoscuro

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“CUÍDESE DE LOS CHAPULINES"

“¡Mi familia fue secuestrada, torturada y quemada por estos delincuentes!”, le dijo un hombre a López Obrador.

Traía un expediente con fotografías, credenciales y documentos que identifican a quienes, afirmó, son delincuentes y políticos coludimos con la delincuencia organizada en Guerrero.

“Tenga cuidado con los chapulines que están brincando a su partido Morena. Están aceptado a delincuentes, están aceptando a diputados en el Congreso de Guerrero que son delincuentes. Tome cartas en el asunto”, le advirtió al tabasqueño, y luego le entregó las fotografías de los supuestos políticos coludidos con los criminales.

El próximo Presidente asintió con la cabeza y tomó los documentos. El hombre le dio una hoja más: “Esta familia entera fue secuestrada y asesinada”, le dijo. El Presidente electo tomó el papel y lo observó con tristeza.

Antes, un padre de familia de Guerrero le pidió justicia para su hija desaparecida y asesinada en Iguala, se desmayó entre la multitud congregada en el auditorio.

“Nada más le pido que si no me vuelve a ver, aquí está toda la información. Mi hija se sacrificó y me voy a sacrificar yo también”, le dijo el padre antes de desmayarse y ser sacado del lugar por los paramédicos.

El hombre, que logró recobrar el conocimiento antes de ser trasladado en una ambulancia, le advirtió a López Obrador que investigara a los funcionarios públicos y hasta al Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores.

“Señor López Obrador es la última vez que lo veo, porque me van a matar. Eso me dijeron. Le pido que investigue al MP, a los policías, ¡al Gobernador!”, le gritó temblando y sosteniendo la foto de su hija antes de desmayarse.

“¡No estás solo, no estás solo!”, “¡Justicia, justicia, justicia!”, “¡Ni perdón, ni olvido, ni perdón, ni olvido!”, gritaron una y otra vez las familias de las víctimas, quienes buscan con las uñas a ras de tierra en las fosas clandestinas del país.

“Señor López Obrador es la última vez que lo veo, porque me van a matar". Foto: Cuartoscuro

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“¿QUIERE QUE ME HINQUE?”

Una niña de unos seis años subió al estrado y se colocó al lado de López Obrador. Lleva en las manos la fotografía de un joven, su papá.

Abajo y frente al tabasqueño una mujer le pidió ayuda para encontrar a su hijo desaparecido.

“¡Le he rogado a Dios que usted llegara!, ¿dónde está mi hijo?, no tengo donde llevarle una flor, ¡usted es la esperanza de nosotros!”, le confió.

El tabasqueño la escuchó y guardó silencio, mientras la madre que tomó la palabra le decía que día y noche le ha pedido a Dios saber qué hicieron con su hijo.

“Señor López Obrado por favor: ¿Quiere que me hinque?, ¿quiere que me hinque para que nos ayude?”, le suplicó de repente ante un Presidente electo estupefacto.

“No, no”, le dijo López Obrador, para tomar el expediente que la mujer llevaba sobre su hijo desaparecido.

“¡Señor Presidente, por favor señor Presidente!”, gritaban los familiares mientras el moderador e investigador Sergio Aguayo intentaba poner orden para darle la palabra a Olga Sánchez Cordero.

“Les solicito que tome su lugar, estamos a punto de concluir el acto. El Presidente electo nos ha escuchado con enorme paciencia”, llamó y dio la palabra a la ex Ministra.

Andrés Manuel le pidió a la niña que se sentara junto con él, mientras la pequeña buscaba con la mirada a sus familiares. La niña se sentó y Sánchez Cordero se dispuso a tomar la palabra.

“Buenas tardes”, saludó, pero fue interrumpida. En ese momento el auditorio estaba ya inundado por los gritos de desesperación de los familiares de las víctimas.

“¡Por favor señor Presidente!”, rogaban unos, “¡Justicia!”, gritaban otros. “¡Estamos hartos porque México es una república de cementerios y te pido que cuando llegues al poder nos hagas justicia, nos hagas justicia!”, le gritó una de las madre, mientras Sánchez Cordero recogía expedientes y cartas de las madres que lograban acercarse hasta ella.

Entonces Sergio Aguayo le dio la palabra a López Obrador y la ex ministra tomó su lugar en el presidium.

“Lo mejor es que el Presidente electo responda a todo lo que está escuchando su dolor, le dará un mensaje para demostrarles que sí es consiente del dolor que tienen, del México que vivimos y que sí sabe que México es un cementerio”, anunció.

***

“OLVIDO NO, PERDÓN SÍ”

El tres veces candidato presidencial tomó la palabra y externó su visión del evento.

“Muy conmovedor para todos, más para ustedes que sufren tanto por la desaparición de sus hijos, de sus seres queridos. Todo esto que desgraciadamente ha sucedido tiene desde luego una explicación, no voy ahora a tratar el tema de fondo, nada más decir que la violencia en México se desató porque desde hace algún tiempo, desde hace 30 años se apostó…”, dijo.

“Cuarenta”, lo interrumpió la madre de una de las víctimas.

“Como 40”, corrigió. “Desde 1983 a la fecha…”, siguió pero fue interrumpido otra vez.

“El 68”, le reviró otra mujer.

“Se apostó a un modelo económico llamado neoliberal que no es más que neoporfirismo lo que se padeció durante los 34 años de la dictadura porfirista. Se restableció ese modelo, se reeditó ese modelo para beneficio de un pequeño grupo a costa del sufrimiento de la mayoría de la gente. Eso fue lo que ha originado todo este dolor, toda esta violencia. Afortunadamente en la pasada elección la mayoría de los mexicanos decidió buscar un cambio verdadero, una transformación y esto es lo que nos tiene aquí. Vamos entre todos a sacar a nuestro querido México de esta profunda crisis, vamos a que se termine con esta pesadilla, con este dolor”, prosiguió López Obrador.

Y entonces prometió, otra vez, que “todos los jóvenes tendrán garantizado el estudio y al trabajo desde el primer día de mi Gobierno”.

“No voy a fallarle al pueblo, voy a cumplir, yo no tengo ningún compromiso con grupos de intereses creados, con ninguna mafia. Yo solamente me debo al apoyo que me dieron los ciudadanos. Habrá justicia”, planteó de nuevo.

AMLO, encuentro directo con las familias de la violencia en México. Foto: Cuartoscuro

En ese momento sus interlocutores le dieron una ovación que duró unos segundos.

“Va haber justicia, vamos a cambiar las cosas. No se va a repetir lo mismo”, continuó y luego reafirmó que ganará 40 por ciento menos de lo que gana Enrique Peña Nieto.

Y se escucharon de nuevo los aplausos junto con la pregunta: “¿Y los desparecidos?”.

Sobre ellos informó que sería la Secretaría de Gobernación la encargada de atender a los familiares de las víctimas.

“La Licenciada Olga va a estar siempre con ustedes y Alejandro Encinas va a tener bajo su responsabilidad atender esta justa demanda de ustedes. De que se encuentre a los desaparecidos y se encuentre a las víctimas”, expuso.

Entonces, pidió a las familias y colectivos unidad y organización para mantener una comunicación eficiente.

“Si nos vamos a tener que reunir con cada colectivo, pues entonces no me voy yo a dar a basto. Yo quiero que ustedes ayuden en la organización y haya unidad. Ya basta de la división, de la polarización, del sectarismo, más cuando se trata de un asunto tan importante. ¿Qué tienen que estar poniendo por delante intereses personales o de grupo, o celos o sentimientos? Tenemos que unirnos”, les llamó.

Luego, al finalizar su discurso el tabasqueño dejó clara una de las principales propuestas que le han reclamado las víctimas: “Olvido no, perdón sí”.

“Yo reconozco de manera sincera lo que ustedes han hecho y comprendo su dolor. Comprendo lo difícil que es para ustedes el no estar con sus seres queridos; sobre todo sé muy bien lo que significa el amor de los padres a los hijos, es posiblemente el amor más sublime, y por eso entiendo mucho el dolor de ustedes. Yo sí perdono, yo en esto puedo diferir con algunos, además ya saben que yo siembre digo lo que pienso y les digo: Olvido no, perdón sí”, dijo.

Entre los asistentes se escuchó de nuevo: “¡Ni perdón, ni olvido!”.

“Respeto los que dicen ni perdón ni olvido, los entiendo, yo tengo otra convicción y podemos ponernos de acuerdo”, les contestó.

El tabasqueño prometió que al llegar a la Presidencia de la República pedirá perdón a todas las víctimas y se comprometerá a que habrá justicia.

Al concluir su intervención decenas de personas lo rodearon y se quedó unos minutos con los familiares a recibir expedientes de las víctimas.

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