Cecilia García, familiar de cuatro de las doce personas desaparecidas en el municipio hidalguense de Huichapan, reclama que las autoridades tardaron en dar inicio a la búsqueda del grupo en el que se encuentra su pareja, hermano, primo y papá.
Explica que su novio, Uriel Hernández, era estudiante de la Universidad Autónoma de Baja California, donde le faltaba un año para terminar la carrera de Administración de Empresas. “Le ayudaba a mi papá para juntar dinero y terminar la escuela”, dice y reclama que a la prensa se halla filtrado la versión de que la desaparición podría estar ligada a un conflicto de ladrones de combustible.
Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).– Doce personas, diez hombres y dos mujeres, desaparecieron desde el 4 de septiembre en el municipio de Huichapan, Hidalgo, y hasta el momento siguen sin tener un rastro de ellas, solo se han localizado los tres vehículos que presuntamente tripulaban. Cecilia García, familiar de cuatro de los desaparecidos, reprocha que las víctimas sean criminalizadas al ser relacionadas con bandas de ladrones de combustible.
“No han encontrado nada, no me han avisado de algo relevante sobre mis familiares. Hasta ahorita no me han dicho nada", lamenta.
La mujer denuncia que las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) actuaron con demora y que iniciaron la indagatoria cuando el caso ya estaba en los medios de comunicación.
“Cuando se les dijo el primer día, cuando fui a decir que estaban desaparecidos no hicieron nada, y hasta la semana estaban haciendo algo, ¡no hicieron nada desde el principio! Si hubieran hecho algo desde el principio quizá los hubiéramos encontrado”, reclama.
Las personas desaparecidas son Floriberto Silva Trinidad de 47 años y su hijo Moisés Arturo García Romero, 22 años; Maricela Duarte Camacho, 39 años; los primos Uriel Hernández Alonso, 23 años; José Rodrigo Alonso, 18 años; Brenda Saraí Cabañas Olvera, de 24 años; Salomon Cerro Ramírez, Jorge Alberto Hernández, Jorge Juan Mirando, y otras tres personas más identificadas solo con los nombres de Jeremías, José y Oscar.
Cecilia, hija de Floriberto, hermana de Moisés Arturo y pareja de Uriel Hernández, comenta que sus familiares son originarios de Baja California y comerciantes de ropa y calzado.
“Mi papá es bueno para vender ropa, le gusta eso. Mi hermano, mi novio y el primo de mi novio le ayudaban a mi papá” detalla.
La joven narra que el martes 4 de septiembre ella y sus familiares estaban en su casa, ubicada en el municipio de Ixmiquilpan, y por la noche, “ellos dijeron que querían salir. No sé que iban a festejar, pero que querían salir, la mayoría eran puros hombres. Mi novio me invitó pero yo no quise ir, me quise quedar a descansar porque estoy embarazada. Entonces me quedé en casa y ellos salieron”.
Cecilia señala que al ver que no llegaban del festejo le marcó a su novio Uriel. Era alrededor de la 1:40 de la madrugada del miércoles. Esa fue la última comunicación que tuvo con él.
“Yo le hablé, le pregunté dónde estaban y me dijo que estaba en Huichapan, que estaban en la glorieta, que ahí estaban todos parados, no sé que persona estaban esperando, me dijo: 'Ahorita te regreso la llamada' y me colgó. A mí me ganó el sueño y me dormí”, relata.
Cecilia recuerda que al despertar notó que sus familiares no habían llegado, lo cual le extrañó porque "jamás la dejaban sola”. Cecilia volvió a marcar a Uriel, pero solo escuchaba la grabación de "fuera del área de servicio". La joven dice que pensó que posiblemente estaban en una zona sin señal.
Posteriormente marcó a su hermano Moisés, a su papá Florentino, a la novia de su papá, Maricela Duarte, pero ninguno respondió. “Es cuando me di cuenta que algo estaba mal porque ninguno me contestaba el teléfono”, apunta.
Cecilia comenta que se dirigió al municipio de Huichapan, que está a una distancia de unos 45 - 50 minutos en auto. “Cuando llegué, ahí estaban los vehículos. Primero hallé el de mi novio. Cuando vi los carros estaban intactos, no tenían ningún daño, no había nada solo estaban los carros solos y con las llaves puestas”.
Las tres unidades, detalla, fueron halladas en diferentes puntos del pueblo de Huichapan. La camioneta Armada gris, propiedad de Florentino, estaba cerca de la Glorieta del pueblo, y el vehículo de Moisés Arturo en el corralón.
La joven acudió a la policía para tratar de interponer el reporte de la desaparición de las doce personas, pero "me dijeron que tenía que pasar 72 horas, porque apenas hacía unas horas que había pasado. Yo pensé: 'Bueno, igual al rato ellos me llaman, pero no. Pasaron horas horas y nada”.
Al día siguiente trató de investigar por su propia cuenta el paradero de sus familiares.“Yo con la desesperación empecé a publicar sus fotos en Facebook y a contactar a periódicos locales".
Después de las 72 horas, la joven regresó al Ministerio Público de Ixmiquilpan en donde interpuso la denuncia que quedó asentada en el expediente 07-2018-01319.
La PGJEH informó en un boletín de prensa que el Distrito Judicial de Ixmiquilpan "inició entre el 04 y el 05 de septiembre del año en curso, cinco carpetas de investigación por 12 personas no localizadas”.
Es decir, la PGJEH afirma que habrían iniciado la investigación de manera inmediata. Sin embargo, de acuerdo a la narración de la víctima, no le permitieron interponer la denuncia hasta después de transcurrir 72 horas, es decir, hasta el 7 de septiembre.
Aún más, el comunicado de la dependencia señala que "se dispuso de la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro (UECS); en primer lugar para privilegiar la localización de las personas desaparecidas y también para conocer lo ocurrido y […] desde que se iniciaron las carpetas de investigación, se activó el protocolo de búsqueda y localización de personas a la par de las acciones de inteligencia que puso en marcha la Policía Investigadora”.
NO ERAN HUACHICOLEROS
Cecilia expresa que las personas desaparecidas, al menos cinco de ellos, son comerciantes de ropa. Compran pacas y las revenden por pieza.
En medios locales y de la región de Huichapan trascendió la versión –presuntamente difundida por fuentes internas a la investigación– de que las personas desaparecidas podrían ser víctimas de una banda de huachicoleros o que podrían tener una relación debido a la zona en la que ocurrieron los acontecimientos.
Cecilia, familiar de parte de las víctimas, reprocha que liguen a su esposo, padre y hermano con los llamados huachicoleros.
"Ni por la menté me pasó que ellos hayan sido víctimas de banda de huachicolero. Yo nunca he conocido a un huachicolero, ni nada de eso. Yo estaba viendo en las notas como que acusan y señalan a mi familia de ser huachicoleros, pero no saben lo que están hablando, no sé porque publican eso. No sé porque creen que porque somos de allá (Baja California) ya todos somos huachicoleros , y no es así”, dice indignada.
La joven explica que ella, su hermano, su novio, el primo de su novio son originarios de Baja California, y que estaban por un tiempo de Ixmiquilpan para ayudar a su papá.
"Nos fuimos para Hidalgo porque mi papá tiene a casi toda su familia en el estado de Puebla. Mi abuelo y mi familia están ahí en Ixmiquilpan, por eso es que mi papá se fue para allá. Nosotros no conocíamos a los familia de mi papá y fuimos para conocerlos a ayudar a mi papá a hasta que se estableciera y pues pasó esto [la desaparición]”, lamenta.
Uriel Hernandez, pareja de Cecilia, actualmente apoyaba a su suegro en la venta de ropa. La joven platica que Uriel era estudiante de la Universidad Autónoma de Baja California, y le faltaba un año para terminar la carrera de Administración de Empresas. “Le ayudaba a mi papá para juntar dinero y terminar la escuela”.
Moisés Arturo, hermano de Cecilia, también es padre de familia. Su esposa sigue en Baja California y al igual de Uriel, espera a una bebé que nacerá en noviembre.
La joven pide apoyo a la sociedad para difundir su caso y si alguien tiene información que proporcione los datos que ayuden a la localización de las 12 personas.
“Si alguien ha visto algo, o vio algo, que nos avisen que no se queden callados”, llama.