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Tomás Calvillo Unna

14/08/2024 - 12:04 am

La revelación de lo inesperado

“Cuando se es fiel a sí mismo sucede la fusión de la fe y la certeza”.

“El fértil hallazgo”. Pintura: Tomás Calvillo Unna

I

El árbol es un libro,

sus palabras se desprenden al amanecer;

sus ramas son nocturnas oraciones que perduran;

su corteza:

la disputa permanente

entre los sueños y las razones.

La piedra que lo circunda,

el anillo de su altar.

Esta ahí solitario,

su fresca sombra,

en los cuatro rumbos,

es ya nuestra indulgencia,

la vital pausa

que la noche asume.

II

Los caminos se han vuelto sinuosos

y aunque estén en marcados paisajes y lugares,

no sabemos bien a dónde ir;

ni la luna misma en su retorno

encuentra su lugar.

Esperar también es un movimiento,

se transita en el tiempo.

El espacio es la creación,

nadie queda afuera

de sus alineamientos.

III

En fila india caminan multitudes,

en la distancia asemejan oleajes.

Otros pocos

solitarios andan,

desconfían de los números,

de sus sumas,

aunque busquen ser precisos

y salten sus cuerdas como ejercicio.

Es medio día,

cuando las curvas en su luz serpentina,

advierten el rumbo.

De reojo se reconocen las huellas,

la certeza más allá de cualquier duda;

la aventura de las alas.

IV

El imán de las horas

destaza sin piedad alguna;

es tan invisible

que solo podemos evocarlo

ante el páramo de su herencia.

Hay que dejar de correr por dentro.

El instinto de apropiación

es el temor a desaparecer.

V

A dónde va el amor

con el poder de su convicción;

qué tierras transita,

qué mares,

qué cielos mira,

qué nubes lo abrigan.

Cuál es el nombre de su camino.

 

Bajo el manto del silencio viaja,

sabe que pasos dar;

la puerta abierta

presagia la verdad

del imán de la vida.

 

Las nubes se entrelazan,

celebran este encuentro:

el fértil hallazgo del corazón.

VI

Azorados,

los ejércitos advierten su impotencia

ante la presencia inigualable

de la libertad.

Cuando se es fiel a sí mismo

sucede la fusión

de la fe y la certeza.

La montañas atestiguan

majestuosas apuntan a los cielos;

nos reciben y acompañan

a la cueva prometida

de los ancestros…

 

Rendija: La narco-cultura es el cruel teatro de la vida cotidiana de millones, aplaudida y venerada, convierte a la nación en el escenario de las tinieblas. El espectáculo de la degradación es la marca Made in Mexico, ha esposado la voluntad popular para sentarse en el banquillo de los acusados ante los tribunales de la humanidad y la historia.

Si no fuera trágico sería divertido: los trapecistas, los saltos mortales, los magos, los payasos, los acróbatas, todos están ahí: el domador, los maestros de ceremonia, los camellos, los caballos, los elefantes, tigres y leones en la carpa del poder, cada vez más apretados; sin salidas de emergencia, sin extinguidores. Y el Santo hace décadas que se fue, cuando practicaba ser escapista, desapareció para siempre. Desde los púlpitos lo imitan y añoran.

Las máscaras perduran, no más los héroes.

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