Países como Francia, Reino Unido, España, Israel y Suecia están planteando suministrar una tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19. La revacunación sería particularmente para algunos grupos de riesgo.
Madrid, 14 de agosto (EuropaPress).- En torno al 60 por ciento de los españoles está ya vacunado con la pauta completa frente a la COVID-19, pero ahora se empiezan a oír algunas voces que señalan que quizá podría ser útil una tercera inyección, pese a que las cuatro vacunas actuales que circulan en España protegen frente a las actuales variantes, incluida la delta.
De hecho, la ministra de Sanidad Carolina Darias a finales de julio reconoció que “todo apuntaba” a ello, aunque sin precisar ni cuándo ni cómo podría iniciarse este procedimiento.
Desde la OMS, su director ejecutivo de Emergencias Bruce Aylward aboga por aumentar la investigación científica antes de decidir si administrar, o no, una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2; al tiempo que el director general de la institución Tedros Adhanom Ghebreyesus ha solicitado a inicios de este agosto a los países de altos ingresos una moratoria hasta, al menos, finales de septiembre para administrar la tercera dosis de refuerzo de la vacuna.
¿Su objetivo? Asegurar las primeras inyecciones en los países de ingresos bajos y llegar al objetivo del 10 por ciento de población mundial vacunada a finales de septiembre dado que, según ha advertido, más del 80 por ciento de las vacunas han acabado en países de ingresos altos, a pesar de que sólo son la mitad de la población de todo el mundo.
Por su parte, la FDA norteamericana ha avisado recientemente también de que todavía no existe la suficiente evidencia científica como para solicitar una tercera dosis de las vacunas, a pesar de que por ejemplo los laboratorios de Pfizer y de Moderna hayan comunicado que previsiblemente sí serán necesarias.
Ante este escenario preguntamos a uno de los mayores expertos en vacunas de España, el pediatra y consultor honorario en materia de vacunas para el Ministerio de Sanidad, así como cofundador de la Asociación Española de Vacunología (AEV), el doctor José A. Navarro-Alonso, quien subraya que “hasta ahora no hay datos epidemiológicos que avalen una tercera dosis como medida universal para toda la población”. Eso sí, puntualiza que “algo distinto sería” la revacunación de algunos grupos de riesgo en los que la respuesta inmune postvacunal puede estar atenuada.
Aquí indica que España no es el único país que está planteándose inyectar una tercera dosis de la vacuna, sino que son ya varios países del entorno como Francia o Reino Unido, o incluso Israel o Suecia, quienes están estudiando la revacunación de algunos grupos de riesgo.
Preguntado si desde la Asociación Española de Vacunología verían acertada esta tercera inyección frente a la infección por SARS-CoV-2, el doctor Navarro Alonso confiesa que todo dependería de la vigilancia epidemiológica (incidencia de enfermedad, fallos de vacunación: residencias de la tercera edad, sanitarios, inmunodeprimidos etc), así como de la vigilancia virológica, es decir, de las variantes y de la neutralización por las actuales vacunas.
Ahora bien, el doctor Navarro-Alonso subraya también que la vacunación en esta pandemia es “la mejor manera de enfrentarse a la infección” de SARS-CoV-2, tanto para la protección individual como para la protección de la colectividad.
Recuerda en este sentido que las vacunas frente a la COVID-19 están diseñadas para inducir inmunidad humoral, es decir, evitar la entrada del virus en la célula humana, así como inmunidad celular, de forma que son capaces de destruir aquellas células infectadas.
¿CUÁNTO DURA LA INMUNIDAD DE LAS VACUNAS?
Sobre el tiempo que dura la inmunidad adquirida con las vacunas frente a la COVID-19, la OMS reconoce que aún se está investigando sobre la intensidad y la duración de esa protección, si bien la institución confiesa que está procurando determinar si la intensidad y la duración de la respuesta inmunitaria dependen del tipo de infección que tiene la persona: sin síntomas (‘asintomática’), o con síntomas leves o graves. “Aparentemente, incluso las personas asintomáticas desarrollan una respuesta inmunitaria”, apostilla.
Aquí recuerda que, en lo que respecta a otros coronavirus, por ejemplo, el del resfriado común, el SARS-CoV-1 y el del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), la inmunidad disminuye con el tiempo, como en el caso de otras enfermedades. “Si bien las personas infectadas por el SARS-CoV-2 desarrollan anticuerpos e inmunidad, aún no sabemos cuánto dura esa inmunidad”, aclara.
En el caso concreto de las vacunas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna), el doctor Navarro-Alonso subraya que, según los últimos datos científicos, se logra una protección documentada de hasta los seis meses, con una pérdida “muy lenta de efectividad, aunque persiste el seguimiento”.