Por Carlos Mateos Gil
Madrid, 14 jul (EFE).- El técnico mexicano Javier Aguirre afronta una semana decisiva en la que se tendrá que medir a dos de los conjuntos punteros de LaLiga Santander con la necesidad de sacar al menos cuatro puntos si quiere aspirar al objetivo de la salvación con el Leganés.
Una gesta para muchos imposible que debería comenzar a fraguarse en el estadio de San Mamés contra un Athletic de Bilbao que mantiene vivas sus aspiraciones de ocupar uno de los puestos que dan acceso a las competiciones europeas y que esta campaña iba a disputar la final de la Copa del Rey contra la Real Sociedad.
Si bien es cierto que los leganenses guardan buen recuerdo de ese estadio, pues fue allí donde certificaron con un empate su primera permanencia en la máxima categoría del fútbol español, no lo es menos que los blanquiazules solo se han impuesto una vez en los siete precedentes previos.
Caer derrotados supondría el descenso automático y también cualquier resultado, por positivo que este sea, siempre y cuando el Alavés sea capaz de ganar en el campo del Betis y el Celta de Vigo haga lo propio en casa contra el Levante.
En el supuesto de que el equipo de Aguirre salga airoso de esa situación y por tanto cuente con opciones de seguir en la elite la última jornada, para el cierre aguarda en Butarque un Real Madrid que podría estar jugándose el título liguero si es que no lo ha conseguido antes.
Tendrían de esta manera que imponerse, o acaso empatar si se dieran situaciones favorables con sus rivales directos, para sellar su hazaña ante el equipo de Zinedine Zidane, al que han ganado dos veces a lo largo de la historia pero nunca en liga.
En esa última fecha el Alavés recibe a un Barcelona que estará aspirando al campeonato o ya no y el Celta de Vigo se desplazara hasta el feudo de un descendido Espanyol. Vascos y gallegos aventajan a día de hoy en cuatro puntos al Leganés.
Suceda lo que suceda este último suma siete puntos de los últimos nueve y ya ha sido capaz de superar la primera de sus 'bolas de partido' con un sorprendente triunfo por 1-0 frente al Valencia tras un duelo donde se quedaron con uno menos casi toda la segunda parte y en el que el contrario falló un penalti. De haber perdido, el sueño ya no sería posible.
Ahora toca esperar para saber si el desenlace es feliz para el 'Vasco', quien ha tenido que superar todo tipo de adversidades desde su llegada para dar vida a un conjunto que únicamente logró dos puntos de los veintisiete iniciales.
Con trabajo y paciencia parecía que la situación estaba en condiciones de voltearse pero entonces Youssef En-Nesyri y Martin Braithwaite, sus dos puntales ofensivos, pusieron rumbo de manera inesperada al Sevilla y al Barcelona respectivamente después de que se abonara el importe de sus cláusulas de rescisión y sin dejar apenas posibilidades de reacción al club.
El parón competitivo provocado por la crisis sanitaria derivada del coronavirus, que irrumpió después de la primera victoria a domicilio del curso en Villarreal (1-2), y los problemas físicos posteriores al mismo de hombres importantes como Guido Carrillo u Óscar Rodríguez han supuesto el colofón. Pese a todo, aún se cree en el milagro.