El trabajo sugiere que el océano subsuperficial de Europa puede parecerse químicamente a los océanos de la Tierra más de lo que se pensaba hasta ahora, desafiando décadas de suposiciones sobre la composición de sus aguas y haciendo su estudio mucho más interesante para los especialistas.
Ciudad de México, 14 de junio (RT).- El océano que reposa por debajo de la superficie de Europa, una de las lunas de Júpiter, es considerado actualmente por muchos científicos como el candidato más adecuado para la búsqueda de vida extraterrestre dentro del Sistema Solar.
Sin embargo, el hielo que cubre este océano impide el estudio detallado de su composición. Pese a ello, aplicando un análisis espectral de luz visible, los científicos planetarios del Instituto Tecnológico de California (Caltech) y del Laboratorio de Propulsión a Reacción (Jet Propulsion Laboratory, que Caltech gestiona para la NASA), han descubierto que el color amarillo visible en algunas partes de la superficie de Europa es en realidad cloruro de sodio (NaCl), un compuesto conocido en la Tierra como sal de mesa, que es asimismo el componente principal de la sal marina, informa el portal científico Phys.org.
Dado que la capa exterior del satélite no es más que agua congelada, los investigadores determinaron que existe una gran cantidad de sal en su composición, lo que hace que este entorno sea aún más propicio para descubrir vida en él. El hallazgo fue publicado en Science Advances este 12 de junio.
Jupiter's moon Europa is salty! Using the Hubble Space Telescope, scientists have spotted table salt on the surface of Europa. Pass the chips please ?https://t.co/6Te66voV3i
— Royal Observatory (@ROGAstronomers) June 13, 2019
Para llegar a esa conclusión, los científicos recrearon las condiciones de la superficie de Europa en cámaras de vacío para analizar la luz reflejada por su superficie. Tras enfriar la cámara a las temperaturas requeridas y bombear aire en ella, los científicos bombardearon las muestras de sal con un cañón de electrones para comprender cómo la radiación podía hacer cambiar el color del compuesto químico.
El trabajo sugiere que el océano subsuperficial de Europa puede parecerse químicamente a los océanos de la Tierra más de lo que se pensaba hasta ahora, desafiando décadas de suposiciones sobre la composición de sus aguas y haciendo su estudio mucho más interesante para los especialistas.