Las leyendas suelen tener varias versiones o algunos cambios en la historia ya que son relatos que han sobrevivido a lo largo de los años principalmente de voz a voz. Esta leyenda involucra a un perro y a los habitantes aterrorizados de un lugar en Veracruz.
Ciudad de México, 14 de mayo (SinEmbargo).- Existen muchas leyendas que se escuchan en cada lugar de México, sin embargo, Veracruz cuenta con varias inolvidables y que erizan la piel, tal es el caso de “La Mulata de Córdoba”, pero en esta ocasión la leyenda que compartimos trata de los habitantes de Alvarado.
La leyenda cuenta que en un poblado veracruzano llamado Alvarado, vivía un hombre de mal aspecto, robaba las cosechas y molestaba a las mujeres, sin embargo, nadie sabía con certeza quién era y menos aún dónde vivía. Los habitantes del poblado ya estaban cansados de sufrir los abusos de este hombre, así que decidieron buscarlo, cuando dieron con él de inmediato lo expulsaron y no volvieron a verlo rondando la ciudad.
Tiempo después, tras ir al mercado, una mujer cargaba las bolsas de sus compras cuando se encontró con un perro prieto que se paró frente a ella y de manera amenazante le impidió el paso, su mirada era escalofriante y sus colmillos afilados, la señora se espantó tanto que decidió regresar por donde venía. A los pocos minutos, la mujer se encontró con su hijo a quien le explicó todo, el joven le dijo que sólo debía darle un pedazo de pan o comida al animal para que se quitara. La señora siguió el consejo y llevó con ella pan, se acercó un poco al perro y le ofreció la comida, pero el animal se abalanzó contra ella y le arrancó la mano, el perro salió corriendo aún con la mano de la mujer en el hocico.
En otra ocasión, varios campesinos regresaban a casa tras su ardua jornada cuando se encontraron al perro, su intención era acariciarlo, por lo que se acercaron al animal, no obstante, su escalofriante mirada y colmillos imponentes se hicieron presentes, los hombres decidieron entonces evitarlo y tomar otro camino, algo que no pasaría, pues el animal se aventó contra uno de ellos y le mordió una pierna, dejándole un gran agujero.
El perro aterrorizaba a los habitantes de Alvarado, mordía a quien se encontraba y causaba destrozos a su paso, se metía a las casas y comía todo lo que encontraba. Mientras el perro destruía un puesto del mercado, un hombre tomó una vara y empezó a golpearlo hasta que el animal no pudo moverse más, las personas que estaban alrededor se acercaron para ver qué pasaba, parecía que el perro ya no se movería, pero de un momento a otro se levantó en dos patas y empezó a arrancarse la piel, estaba ocurriendo una transformación frente a sus ojos: el perro se convertía en hombre y su rostro era el de aquel señor de mal aspecto que habían expulsado de la ciudad. Después de transformarse, el malvado hombre corrió ante el asombro de todos para nunca más volver.
Las personas del poblado cuentan que el malvado hombre se transformó en ese espeluznante animal para seguir aterrorizándolos y evitar el castigo.