En un mensaje en video por la presentación de un informe, Guterres dijo que “tras décadas de negligencia y falta de inversión en servicios de salud mental, la pandemia de la COVID-19 está golpeando ahora a familias y comunidades con un estrés psicológico adicional".
Por Edith M. Lederer
Naciones Unidas, 14 de mayo (AP).— El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, instó el miércoles a gobiernos, sociedad civil y autoridades sanitarias a abordar de forma urgente las necesidades de salud mental derivadas de la pandemia del coronavirus, advirtiendo que el sufrimiento psicológico va en aumento.
En un mensaje en video por la presentación de un informe, Guterres dijo que “tras décadas de negligencia y falta de inversión en servicios de salud mental, la pandemia de la COVID-19 está golpeando ahora a familias y comunidades con un estrés psicológico adicional".
Y señaló “el duelo por la pérdida de seres queridos, el impacto de la pérdida de empleo, el aislamiento y la restricción de movimientos, las dinámicas familiares difíciles y la incertidumbre y el miedo al futuro".
Según Guterres, quienes corren más riesgo y necesitan ayuda son los trabajadores de la salud que están en primera línea, los ancianos, los adolescentes, los jóvenes, las personas con enfermedades mentales previas y aquellos atrapados en conflictos y crisis.
“Los servicios de salud mental son una parte esencial de la respuesta de todos los gobiernos a la COVID-19”, dijo. “Deben ampliarse y financiarse por completo".
El informe de 17 páginas de la ONU destacó que “la salud mental y el bienestar de sociedades enteras se ha visto gravemente afectado por esta crisis y son una prioridad que debe abordarse con urgencia”.
De acuerdo con el reporte, “es probable un aumento en el largo plazo de la cantidad y gravedad de los problemas de salud mental” y advirtió que si no se toman medidas, la COVID-19 “tiene la semilla de una importante crisis de salud mental" además de una “crisis de salud física”.
El informe citó la angustia psicológica generalizada por los aspectos de salud inmediatos del virus, las consecuencias del aislamiento físico, el temor al contagio, a la muerte y al deceso de familiares, la distancia con los seres queridos y compañeros y los problemas económicos.