Con la excepción de una hondureña, las familias que llegaron a Denver provienen de Guatemala. Todos ellos fueron procesados por el Servicio de Inmigración y Aduanas nacional (ICE) y luego quedaron en libertad en El Paso. Pero esto sucedió sin que ICE o el Gobierno federal les proveyera alojamiento o comida, o información de organizaciones comunitarias.
Denver, Estados Unidos, 13 de mayo (EFE).- Con la llegada este lunes a Denver de más de medio centenar de migrantes centroamericanos, la capital de Colorado se ha convertido en uno de los destinos de migrantes que ya no pueden ser recibidos por las organizaciones caritativas en las zonas fronterizas de Texas y Nuevo México.
El traslado de 55 de ellos desde El Paso, Texas (colindante con Ciudad Juárez, México), hasta Denver, un trayecto de mil 100 kilómetros, fue gestionado durante las últimas 48 horas entre Annunciation House, de El Paso, y la Coalición Santuario de Metro Denver, según indicaron ambas organizaciones.
El viaje se inició el sábado y, tras una parada durante la noche en Las Cruces, Nuevo México, los migrantes llegaron la última madrugada a tres iglesias de Denver.
Son estas la Primera Sociedad Unitaria; que ahora aloja a 20 inmigrantes; la Primera Iglesia Congregacional Plymouth, a 10, y la Iglesia Comunitaria de Denver, que recibió a 25.
«Ellos buscan asilo para escapar de la violencia en América Central y en México», indicó en un comunicado Megan Hope, miembro de la junta directiva de Annunciation House.
«Los números han aumentado tan rápidamente que la capacidad de los albergues en Texas y Nuevo México ha sido superada», agregó Hope.
Con la excepción de una hondureña, las familias que llegaron a Denver provienen de Guatemala. Todos ellos fueron procesados por el Servicio de Inmigración y Aduanas nacional (ICE) y luego quedaron en libertad en El Paso.
Pero esto sucedió sin que ICE o el Gobierno federal les proveyera alojamiento o comida, o información de organizaciones comunitarias.
El pastor Michael Hidalgo, de la Iglesia Comunitaria de Denver, convocó a los residentes locales a «unirse en una respuesta de misericordia, compasión y bondad».
También pidió en un comunicado que los funcionarios públicos «trasciendan diferencias partidarias y debates» para sumarse a esa ayuda.
A su vez, el alcalde de Denver, Michael Hancock, ofreció su respaldo a los inmigrantes y reiteró que «Denver siempre será un lugar de bienvenida para quienes busquen asilo».
«Ellos merecen nuestra compasión, no nuestra condenación», aseveró Hancock.
#Denver supports the faith & non-profit groups who are unifying to connect those seeking refuge from violence from their home countries with their sponsors here in the United States. https://t.co/nCltsUxwGF
— City and County of Denver (@CityofDenver) May 14, 2019
Además de las tres iglesias mencionadas, otras organizaciones como Casa de Paz, el Comité de Servicio de Amigos Americanos (AFSC), y grupos de ayuda a personas desamparadas se movilizaron para proveer alojamiento, comida y recursos esenciales a las familias desde hoy hasta el jueves.
Se anticipa que para ese día la mayoría de esas familias ya se habrá reunido con sus allegados o patrocinadores.
Como previsión de Denver reciba con regularidad similares grupos de migrantes, la Coalición Santuario establecerá un coordinador entre las iglesias y organizaciones benéficas «para responder rápidamente al llamado», dijo Jennifer Piper, del AFSC.
En Nuevo México, el Centro de Exposiciones estatal en Albuquerque y la Escuela Secundaria en Las Cruces alojan a inmigrantes desde el mes pasado.
Los arrestos de migrantes indocumentados en la frontera con México batieron un récord el pasado mes de abril al alcanzar las 98 mil 977 detenciones, el mayor número de los últimos seis meses, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
Con los arrestos de abril, asciende ya a 460 mil 294 la cifra de detenciones de migrantes en el linde desde el inicio del presente año fiscal 2019, que comenzó en octubre pasado.