La OPS enfatizó que a menos que la vacunación llegue a todos los países del mundo de manera equitativa, el virus seguirá circulando.
MIAMI (AP) — La Organización de Estados Americanos y la Organización Panamericana de la Salud denunciaron el miércoles la crítica situación que atraviesan los países de Latinoamérica por la desigualdad en el acceso a las vacunas contra la COVID-19 y pidieron solidaridad para achicar esas diferencias y poder controlar así la pandemia a nivel mundial.
“Cerrar esta brecha en el acceso a las vacunas tiene que ser la prioridad absoluta", expresó el secretario general de la OEA, Luis Almagro en una reunión virtual del Consejo Permanente para abordar la situación regional de la pandemia.
“Definitivamente son otras las condiciones de equidad que necesitamos actualmente”, dijo tras explicar que es es un tema de voluntad política clave generar condiciones para que las vacunas lleguen a todos los países y dentro de estos a toda la población.
Las palabras de Almagro tuvieron lugar minutos antes de la conferencia de prensa virtual que cada semana ofrece la OPS, en la que tanto su directora Carissa Etienne, como el subdirector Jarbas Barbosa enfatizaron que a menos que la vacunación llegue a todos los países del mundo de manera equitativa, el virus seguirá circulando. “El peor escenario es que se pueda desarrollar una variante que no esté protegida por las vacunas actuales”, explicó Barbosa. “Tener un acceso equitativo en todas las regiones y alcanzar el control de las transmisiones en América Latina... es muy importante”, dijo.
Explicó asimismo que así se conseguiría también reactivar la economía de la región, que por el impacto de la pandemia cayó a niveles récord, con una contracción de cerca del 7 por ciento en 2020.
En la última semana hubo más de 1.3 millón de casos de coronavirus en las Américas, más que el mayor promedio semanal registrado en 2020. También en los últimos siente días, casi 36 mil personas murieron, cantidad que supera a la de cualquier semana de 2020, de acuerdo con cifras suministradas por los gobiernos a la OPS.
Estados Unidos aparece es el país con más casos en todo el mundo, seguido por India y Brasil. Pero entre los más afectados de la región figuran también Argentina, Colombia, México, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
Desde que el brote de COVID-19 comenzó hace poco más de un año, se han reportado 57 millones de infectados y más de 1.3 millón de muertos.
Hasta ahora más de 247 millones de vacunas contra el coronavirus han sido aplicadas en las Américas, y la OPS a través del mecanismo COVAX ha distribuido cerca de 3 millones de dosis en 28 países de la región. Haití y Venezuela son hasta ahora los únicos países que no han recibido vacunas a través de esa vía.
El director general de la Organización Mundial de Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesu, dijo recientemente que más de 78 por ciento de los más de 700 millones de dosis de vacunas de coronavirus en todo el mundo se han aplicado en países ricos. En promedio una de cada cuatro personas en países ricos han recibido al menos una dosis de una vacuna del COVID-19, comparado con apenas una de cada 500 en países pobres.
COVAX fue creado por las Naciones Unidas para evitar el desequilibrio en el acceso a las vacunas, pero no ha podido cumplir su meta en parte por la escasez de vacunas y al hecho de que los países con más recursos se han asegurado millones de dosis comprando directamente a los laboratorios.
La OEA y la OPS instaron a los laboratorios a atender también a las necesidades de los países de menos recursos y pidieron a las naciones desarrolladas que donen vacunas.
“Todos tenemos que trabajar juntos para reducir la transmisión en la región y expandir el acceso equitativo a las vacunas contra la COVID”, expresó Etienne. “La solidaridad y el panamericanismo son más importantes que nunca”, dijo tras explicar que la responsabilidad es compartida porque ningún país estará a salvo hasta que todos lo estén.