Las autoridades sanitarias de Dinamarca reconocieron que, si bien la vacuna es segura y eficaz, cuentan con otras opciones vacunales, además de tener controlada la pandemia en el país.
Copenhague, 14 abr (EFE).- La Dirección General de Sanidad de Dinamarca suspendió este miércoles de forma definitiva la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19, paralizada desde hace un mes, al considerar que hay una conexión probable entre esta y los casos anómalos de trombosis, que hay suficientes vacunas en el mercado y la situación epidémica en este país está controlada.
Las autoridades sanitarias señalaron que están "completamente de acuerdo" con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en que la vacuna de AstraZeneca es "segura y efectiva", aunque recordaron que la decisión final es de cada país y aludieron a "perspectivas sociales generales", explicó la jefa de departamento de la Agencia del Medicamento danesa, Tanja Erichsen.
"Ahora sabemos que hay una posible explicación biológica de que la vacuna de AstraZeneca puede provocar estos casos raros de trombosis", afirmó en rueda de prensa el director de la Dirección General de Sanidad, Søren Brostrøm.
El comunicado de Dinamarca en el que anuncia que deja de vacunar con AZ está lleno de matices. Explica que lo hace porque allí la epidemia está controlada y hay otras vacunas disponibles. No descartan volver a ponerla si la situación empeora. https://t.co/RQg8qSvZCB
— Adela Molina (@adelamolina) April 14, 2021
Brostrøm habló de que había una conexión temporal entre los síntomas (baja cantidad de plaquetas, coágulos en vasos sanguíneos y hemorragias) y la vacunación y una imagen "consistente" de los casos tanto en Dinamarca como en el extranjero.
En colaboración con Noruega, el otro país europeo que mantenía suspendida la vacunación con AstraZeneca, las autoridades danesas han estimado, después de estudiar sus registros sanitarios, que el riesgo de contraer esos síntomas para quienes han recibido esa vacuna es de una entre 40 mil y que no se puede reducir a grupos de edad o sexo determinados.
Brostrøm resaltó que hay evidencia "suficiente" para que las autoridades danesas reaccionen, si bien añadió que Dinamarca no rechaza poder recuperar la vacuna en el futuro si fuese necesario, en caso de que la situación epidemiológica empeorara de forma notable y la sanidad estuviese presionada.
RETRASO EN EL CALENDARIO DE VACUNAS
La decisión supone que a las 149 mil personas que han recibido la primera dosis de AstraZeneca en Dinamarca se les ofrecerá más adelante otra de las vacunas aprobadas en este país.
El calendario de vacunación en Dinamarca sufrirá también un retraso de varias semanas y las autoridades calculan ahora que toda la población lo habrá completado a principios de agosto, en vez de en la segunda quincena de julio.
Dinamarca había sido el primero en suspender el pasado 11 de marzo la vacunación con AstraZeneca, decisión que siguieron luego la mayoría de países europeos, aunque reanudaron el proceso cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aseguró que no había evidencias de relación directa con los casos de trombosis detectados.
Drug regulatory authorities are investigating reports of blood clots after AstraZeneca vaccinationshttps://t.co/truVPzWrav
— DK Medicines Agency (@DKMA_dk) March 11, 2021
Algunos países han reservado sin embargo su uso para mayores de 60 años, como es el caso de Alemania, España y Suecia, mientras Noruega anunciará en unos días qué decisión tomará sobre la vacuna, suspendida también desde hace un mes.
Dinamarca ha registrado un muerto con ese cuadro clínico, que incluye baja cantidad de plaquetas, coágulos en vasos sanguíneos y hemorragias; y un par de casos de fallecidos con síntomas similares que aún no se habían acabado de analizar a finales de marzo.
La situación epidémica se mantiene estable desde hace un mes en Dinamarca, que la semana pasada tenía la tercera incidencia de nuevos casos más baja en los últimos 14 días, con 129.15 por 100 mil habitantes, por detrás de Islandia y Portugal.
Las autoridades danesas iniciaron en marzo una reapertura de la actividad económica y social, vinculada en gran medida a la presentación de un certificado que acredite que se está vacunado, se ha pasado la COVID-19 o se ha dado negativo en un test.