Las reformas de la Cámara de Diputados establecen que las empresas que proporcionan servicios de outsourcing deberán estar registradas ante la Secretaría del Trabajo y multas a los patrones que no permitan la supervisión de los centros de trabajo.
Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).– La Cámara de Diputados aprobó las reformas sobre subcontratación laboral, mejor conocido como outsourcing, por lo que ahora la iniciativa quedará en manos del Senado.
Los senadores avalaron con 284 votos a favor, 108 en contra y 17 abstenciones, en lo particular y en lo general, el dictamen de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Hacienda y Crédito Público,
La reforma aprobada prohíbe la subcontratación de personal, para lo cual se derogaron las disposiciones que actualmente prevén alguna regulación; diferencia la subcontratación de servicios especializados o de la ejecución de obras especializadas, siempre y cuando no formen parte del objeto social ni de la actividad económica preponderante.
Establece que la subcontratación de servicios especializados o de ejecución de obras especializadas deberá formalizarse mediante contrato por escrito; las personas físicas o morales que proporcionen los servicios de subcontratación deberán contar con registro ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS).
Menciona que el patrón que no permita la inspección y vigilancia que las autoridades del trabajo ordenen en su establecimiento, deberá comparecer a exhibir toda la información requerida, pero de no hacerlo se presumirá que no cuenta con ella.
El hecho de no permitir el desahogo de la inspección lo hará acreedor de una multa de 250 a 5 mil veces la Unidad de Medida y Actualización.
A quien realice la subcontratación de personal, así como a las personas físicas o morales que presten servicios de subcontratación sin contar con el registro correspondiente, se le impondrá multa de dos mil a 50 mil veces la Unidad de Medida y Actualización.
El documento reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de las leyes Federal del Trabajo, del Seguro Social, del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, del Impuesto Sobre la Renta, del Impuesto al Valor Agregado, Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, el Artículo 123 constitucional, así como del Código Fiscal de la Federación.
La subcontratación marcó a una generación completa que entró a un mercado laboral que optó por este mecanismo. La generación de los millennials, en su mayoría, entraron a trabajaros en los que ya no hay la promesa de una pensión y de otros tantos derechos laborales. A la par, les ha tocado nadar entre vicios empresariales que solo profundizan las malas condiciones laborales, porque es aceptar las condiciones de la subcontratación o el desempleo.
La administración de Felipe Calderón Hinojosa dio luz verde a esta modalidad de contratación y la de Enrique Peña Nieto se encargó de aplicar.
Los datos los tiene el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) por los censos económicos de 2004 a 2019, y son claros: la subconcontratación fue año con año en aumento. En 2004, la cantidad de personal contratado por outsourcing era de 1 millón 399 mil 264 y para 2009 la cantidad ya era de 2 millones 732 mil 247; en 2014 se situó en 3 millones 578 mil 247 y para 2019, la cifra más reciente, fue de 4 millones 685 mil 356 personas.
Se concentró en actividades comerciales (33.5 por ciento), servicios privados no financieros (27.4 por ciento), manufacturas (25.9 por ciento) y en otras actividades como pesca, acuicultura, minería, electricidad, construcción, transportes, servicios financieros (13.2 por ciento).
La Cámara de Diputados aprobó, en lo general y en lo particular, el dictamen que reforma diversos ordenamientos en materia de subcontratación laboral. Lo remitió al @senadomexicano https://t.co/7157HfPriw
— Cámara de Diputados (@Mx_Diputados) April 14, 2021
¿Quiénes optaron por subcontratar? Empresas medianas (43.5 por ciento), grandes (30.5 por ciento), pequeñas (16.1 por ciento) y micro, de hasta 10 personas ocupadas (9.9 por ciento).
Hay otro dato de los censos económicos del Inegi que muestran otro cambio en el mismo periodo en que el outsourcing vivió su época de oro y es el del salario. En las grandes empresas, la tasa de crecimiento anual de 2014 a 2019 fue de -3 por ciento; en las pymes fue de -0.5 por ciento y en las micro, de -0.1 por ciento.
De acuerdo con especialistas en la materia, el outsourcing puede definirse justo como el negocio de la precariedad laboral.