Yadira, la madre de la joven abusada sexualmente en CCH Vallejo, acusa que las autoridades escolares le han dado la espalda y han filtrado una versión que culpa a su hija del ataque que sufrió en el baño de una cafetería de la escuela. Además, sostiene que a raíz del caso de su hija ha salido más información sobre acoso en contra de otras menores.
“El Rector [Enrique Graue Wiechers] definitivamente no ha hablado conmigo, a estas alturas del partido no ha dado una respuesta, no se ha acercado, no me ha confrontado y mi hija no es la única niña que estudia en esa escuela, hay muchas niñas que están manifestando ataques, acosos, que jurídico les ha ofrecido dinero porque no digan nada que se queden calladas”, señaló la señora, quien recibe apoyo de los estudiantes y de grupos feministas.
Ciudad de México, 14 de marzo (SinEmbargo).- Ella soñaba con pertenecer a la comunidad de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Ingresó al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Vallejo, escuela donde fue atacada sexualmente por un empleado, y donde las autoridades académicas no le han respondido eficazmente. Incluso, la criminalizaron desde un principio y ahora “la difaman, la exponen y la culpan de la agresión sexual que sufrió”, denuncia Yadira, madre de la estudiante violentada en los baños de la Cafetería Cibarium.
La agresión que sufrió la bachiller de 16 años generó una serie de protestas por parte de sus compañeros y una denuncia ante medios de comunicación debido a que el atacante quedó libre por un presunto mal manejo de las autoridades escolares.
Su madre reclama que a más de un mes de los acontecimientos, la joven no ha tenido el respaldo ni una respuesta de las autoridades de la UNAM, que ahora la culpan de los hechos, y sostiene que al interior del CCH ya esparcieron la versión que estaba alcoholizada, drogada y que ella dio pie al abuso sexual.
Sivana Ornelas, de la Fundación Amor No es Violencia, informó que la escuela rompió el “diálogo” con la alumna y su madre desde la rueda de prensa donde estudiantes de CCH Vallejo revelaron a medios de comunicación que las autoridades educativas criminalizaron a la víctima.
“Dejaron de contestarles llamadas. Están aplicando una ley del hielo, ni siquiera las están intentando ayudar, están ignorándolas”, afirmó.
LE DAN LA ESPALDA
Yadira lleva una playera negra con una leyenda en letras blancas #NoesNo, el nombre de una campaña de denuncia de acoso sexual realizada por estudiantes de educación media que nació a raíz de la agresión que sufrió su hija.
“El sueño más grande de mi hija era pertenecer a la UNAM desde que yo me acuerdo, desde que estaba en la primaria ella me decía que tenía que pertenecer a la UNAM porque era la ‘¡Máxima Casa de Estudios!’, porque era de donde salían los mejores profesionistas”, dice la joven madre en entrevista con SinEmbargo.
El 12 de febrero la adolescente fue víctima del abuso sexual, ha recibido apoyo de sus compañeros pero no de las autoridades de la escuela, afirma.
El Rector de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, no tenido la atención de ponerse en contacto con la madre de la víctima pese a que el caso fue dado a conocer mediáticamente
“Eso para mi representa un problema grave porque creo que como institución les hace falta liderazgo, por esa falta de liderazgo no he tenido una respuesta contundente al caso de mi hija”, acusa.
DETENIDO Y LIBERADO
La alumna estaba en la cafetería Cibarium dentro del plantel durante un intermedio. Decidió irse al baño antes entrar a su siguiente clase.
David G.L, empleado de la cafetería, la siguió hasta el interior de los sanitarios donde la sometió. El hombre la tomó del cuello, la manoseó en sus partes íntimas y se abrió la bragueta del pantalón. La jovencita forcejeó y logró liberarse, de acuerdo a la denuncia realizada.
La estudiante se dirigió al salón de clases en shock y con lesiones en el cuello. “Mi hija estaba siendo estrangulada. Logró zafarse, salió corriendo y lo único que pensó fue en irse a su clase. Llegó con marcas en el cuello, alterada, llorando, en crisis nerviosa. Una maestra la asesoró para que fuera a jurídico y es un jurídico donde no la supieron asesorar”, narró Yadira.
La coordinadora del área jurídica de la escuela, Eunice Velázquez, le dijo a la menor que no era necesario llamar a sus padres tras la agresión, aseguró Yadira.
“La licenciada Eunice le comentó que no era necesario que yo vaya, que yo [la mamá] podía ir al siguiente día o cuando yo pueda ir. Que no había ningún problema, que lo podíamos arreglar posteriormente, que en ese momento se tranquilizara porque ya estaba bajo resguardo”, apunta.
No obstante, la señora Yadira sostiene que la asesora tampoco realizó las acciones necesarias para que personal de la institución detuviera del hombre señalado como el agresor, pues arguyeron que ya lo tenían identificado. Tampoco permitieron la entrada de patrullas amparados en la autonomía de la UNAM.
La coordinadora, relata, tomó la decisión de esperar a los padres de familia para empezar a realizar las actividades correspondientes de informar a la seguridad del plantel, el director y a las unidades policiacas, que aguardaron a que el agresor saliera de la escuela. Varias horas después de los acontecimientos lo sacaron con engaños de le escuela y lo detuvieron, pero un juez dictó de no legal la detención porque se realizó bajo un procedimiento inadecuado.
La asesora jurídica debía conocer que lo que hizo no fue adecuado. “Ella al ser la representante legal de la escuela tenía que levantar el acta correspondiente en la zona jurídica de GAM 3, para que las unidades con permiso de la institución procedieran a hacer la detención para que fuera dentro del proceso legal porque había flagrancia”, señala un comunicado difundido por alumnos asesorados, quienes exigen la destitución de la coordinadora.
La madre de la menor señala que el probable responsable está libre debido a que la detención no fue dentro del termino de la flagrancia: pasó demasiado tiempo, después de horas se venció la flagrancia.
“Yo fui la que llamé a la autoridad, la escuela lo único que hizo fue resguardar a mi hija en un cubículo y argumentaron que ya lo tenían identificado al hombre o vigilado, y en ningún momento le dijeron a la vigilancia interna que lo detuviera”, agregó la mujer.
Yadira recriminó que las autoridades escolares sí actúan en algunos momentos: “Yo me imagino que la escuela, al ser autónoma debe de tener esa capacidad para detener, deben de tener los medios para poder actuar en un delito. Y sí los tienen, porque cuando hay problemas de vandalismo ahí si detienen a estudiantes, los buscan ¿por qué a esta persona no la detuvieron?”.
El Artículo 193 de Código de Procedimientos penales Federal dice que cualquier persona podrá detener a un indiciado bajo ciertos criterios: en el momento de estar cometiendo el delito; cuando sea perseguido material e inmediatamente después de cometer el delito, o inmediatamente después de cometer el delito, cuando la persona sea señalada por la víctima, algún testigo presencial de los hechos o quien hubiere intervenido con ella en la comisión del delito, o cuando existan objetos o indicios que hagan presumir fundadamente que intervino en el delito. Además de estos indicios se considerarán otros elementos técnicos.
El mismo, artículo legal señala que el señalado de un presunto delito deberá ser puesto sin demora a disposición de la autoridad competente, conforme al artículo 16 de la Constitución y que la detención por flagrancia deberá ser registrada de inmediato por la autoridad competente.
SIGUE LA CRIMINALIZACIÓN
El CCH Vallejo ofreció apoyo psicológico y legal a la menor cuando recién ocurrieron los acontecimientos; pero después se deslindó, denuncia Yadira. “Aquí la situación es que ese ofrecimiento lo hicieron de palabra pero yo no sabía que atrás de mi, de mi hija, iban a manejar un discurso para desacreditarla”.
Un médico legista examinó a la víctima el día del ataque y en su informe se avala que ella no estaba ni drogada, ni alcoholizada, destaca la madre.
La mujer recalca que su mayor preocupación es la seguridad de la menor, la cual, quedó vulnerada al momento en que se ha dado información de su identidad.
“Tenemos conocimiento -por parte de algunos académicos- que se hizo una asamblea de directores y profesores, en donde se difundió el nombre completo de la menor, su semestre, su grado y argumentan que lo sucedido se debió a que mi hija estaba en alto grado de alcoholismo. En esa junta estaban de administrativos. estaban directivos que son los que bajaron esta información a profesores y hay algunos profesores, que a su vez, bajan esa información a alumnos. Me preocupa esta situación porque mi hija ya fue atacada, por un agresor sexual, y sigue siendo atacada, ahora por su escuela”, afirma.
Yadira añade que el CCH le garantizó la seguridad de la joven dentro de la escuela; sin embargo, ya no confía en ellos: “Dentro de la escuela es donde sufrió el ataque, qué se espera afuera si está persona está libre”.
#NOESNO
Amigos, compañeros y otros alumnos realizaron protestas al enterarse de los hechos, efectuaron varias actividades, imprimieron boletines para informar de lo ocurrido a la alumna y liberación de su agresor, lanzaron un pliego petitorio a la institución educativa y se inició una campaña que han llamado #NoesNo para denunciar acosos y agresiones sexuales.
Alejandro Alvarado, alumno de CCH Vallejo, explica que desde el 24 de febrero se inició con el muro de acusaciones anónimas.
Y resalta: “Salieron varias declaraciones anónimas contra profesores que refieren que algunos maestros coaccionan alumnas para tener relaciones desde el semestre pasado. En el muro se han puesto denuncias que maestros piden que las chicas entren con escotes a sus clases. Hay una denuncia de una chica que dice que la violó su novio dentro del plantel, y que las autoridades de jurídico lo que hicieron fue ofrecerle dinero luego luego”.
La menor violentada actualmente cuenta con el apoyo de colectivos feministas como Fundación Amor No es Violencia, Visibles Somos Invisibles. “Gracias a ellas hemos tenido asesoramiento, pero dentro de la escuela los chavos también está inconformes porque esto que pasó y lo que sigue pasando”, agrega Yadira.
Los alumnos solicitan la destitución de la licenciada Eunice I. Velázquez Flores, “por la negligencia y omisión”; la instalación de luminaria y botones de pánico en áreas oscuras; la aplicación de exámenes psicométricos en la contratación de personal capacitado para atender casos de violencia; la existencia de talleres de sensibilización en temas de violencia con perspectiva de género; que se anexen y trabajen temas de violencia de género en el protocolo del Colegio de Ciencias y Humanidades; mejora de los baños dentro del plantel, con el objetivo de proporcionar un sistema de puertas funcional y seguro; que no haya concesiones, y acceso libre a las o los alumnos que son madre y/o padre de familia con sus respectivos hijos.
“Aquí el Rector definitivamente no ha hablado conmigo, a estas alturas del partido no ha dado una respuesta, no se ha acercado, no me ha confrontado y mi hija no es la única niña que estudia en esa escuela, hay muchas niñas que están manifestando ataques, acosos, que jurídico les ha ofrecido dinero porque no digan nada que se queden calladas. Hablamos de menores de edad, acosadas por compañeros, profesores por el mismo tipo de la cafetería que acosó a mi hija. Se ha destapado toda una cloaca”, insiste Yadira.
REPRESIÓN A COMPAÑEROS QUE SE SOLIDARIZAN
Los compañeros que protestaron son víctimas de represalias, denunciaron colectivos feministas y los mismos alumnos.
El pasado 8 de marzo algunos preparatorianos acudieron a la Dirección del CCH para entregar el pliego petitorio al Director pero las autoridades no les quisieron recibir los documentos, no quisieron firmar el acuse, explicó Silvana Ornelas, de Amor No es Violencia.
“Se le dio el escrito pero el director no quiso acceder, no nos dio la oportunidad, no quiso firmarlo, yo lo entregué; no accedió a firmar el acuse , lo rechazó fuimos más de tres veces y lo rechazó y ahí ya nos retiramos”, expresa el joven estudiante que llevó el documento.
El plantel del CCH no sólo cortó comunicación con la familia sino también con todos los alumnos que han apoyado a su compañera agredida, informó Alejandro estudiante de CCH.
El joven coincidió en la denuncia de la madre, en relación a que en la escuela estan tratando de desvirtuar lo que ocurrió, de acusar a la menor agredida y, por otra parte, tratan de amedrentar a quienes exigen solución.
“Las autoridades han buscado dañar y han prohibido la entrada de algunos compañeros que estamos haciendo la labor de informarle a la comunidad”, apunta el joven.
URGE UN PROTOCOLO DE SEGURIDAD
Yadira está preocupada por -dice- la falta de atención y protección de los estudiantes de las preparatorias adheridas a la UNAM , en donde una gran parte aún son menores de edad.
La madre espera que el caso de su hija sea un parteaguas. Su objetivo es lograr justicia para su hija pero también “obligar a las autoridades a que volteen a ver que su protocolo de protección está erróneo”, que modifiquen su conducta, sus mecanismos de reacción, acción en casos de abuso sexual dentro del plantel.
La institución presuntamente maneja un protocolo de seguridad, explicó la mujer; sin embargo, ese plan parece inexistente. Además, los directivos y encargados de estos temas carecen de una visión con perspectiva de género.
“Lo más importante es la falta de seguridad, estamos hablando de la UNAM, ‘la máxima casa de estudios’ no es posible, no es congruente que no haya un procedimiento, que las autoridades no estén capacitadas , intervenir en situaciones como esta, eso es demasiado alarmante”, dice la mujer.
Yo siempre le dije a mi hija: “‘no vayas con el celular en la mano’, ‘ten cuidado en las calles, que no vayan a seguir’, ‘ten cuidado de no meterte en calles oscuras’; pero se me olvidó decirle ‘no te metas a comer a la cafetería de la escuela’, eso no se lo dije”, señala..
Yadira apeló a que las autoridades recapaciten, que planteen la instalación de una mesa de análisis para analizar los protocolos para establecer nuevas formas de seguridad.
“¿Hasta cuándo la autoridad va a seguir atacando y criminalizando a mi hija?; ¿Hasta cuando van a trabajar un verdadero protocolo de seguridad? No solamente por mi hija por todas la las estudiantes. ”, llama.