Algunas muertes por COVID-19 han sido asociadas con el desarrollo de coágulos de sangre en las principales venas y arterias; los anticoagulantes previenen su formación, lo que podría hacerlos altamente efectivos en pacientes que se enfrentan al virus.
Madrid, 14 de febrero (EuropaPress).- Los pacientes que reciben medicamentos anticoagulantes preventivos (anticoagulación profiláctica) dentro de las 24 horas posteriores al ingreso en el hospital con COVID-19 tienen menos probabilidades de morir en comparación con aquellos que no los reciben, según un estudio publicado en la revista The BMJ.
Actualmente se están realizando ensayos clínicos para ver si los anticoagulantes profilácticos podrían ser un tratamiento eficaz para la COVID-19. Mientras tanto, los investigadores dicen que estos hallazgos brindan evidencia sólida del mundo real para respaldar su uso temprano entre pacientes hospitalizados con COVID-19.
Se cree que algunas muertes por COVID se deben al desarrollo de coágulos de sangre en las principales venas y arterias. Los anticoagulantes previenen la formación de coágulos de sangre y tienen propiedades antivirales y potencialmente antiinflamatorias, por lo que podrían ser particularmente efectivos en pacientes con COVID-19, pero los resultados de estudios anteriores no han sido concluyentes.
Para explorar esto más a fondo, un equipo de investigadores del Reino Unido y Estados Unidos se propuso estimar el efecto de los anticoagulantes profilácticos cuando se administran inmediatamente después del ingreso al hospital sobre el riesgo de muerte y hemorragia grave entre los pacientes con COVID-19.
Early initiation of prophylactic anticoagulation for prevention of coronavirus disease 2019 mortality in patients admitted to hospital in the United States: cohort study #COVID-19 #Anticoagulationhttps://t.co/k0f44CNiGp
— KGH Library Service (@KGHNHSLibrary) February 12, 2021
Sus hallazgos se basan en datos del Departamento de Asuntos de Veteranos de los Estados Unidos para 4 mil 297 pacientes (con una edad promedio de 68 años) ingresados en el hospital con COVID-19 entre el 1 de marzo y el 31 de julio de 2020.
Se tuvieron en cuenta otros factores potencialmente importantes, como la edad, el origen étnico, las afecciones subyacentes, el historial de medicamentos, el peso y el tabaquismo. Luego, los investigadores siguieron a estos pacientes para ver quiénes murieron o experimentaron un evento hemorrágico grave dentro de los 30 días posteriores a la admisión al hospital.
Un total de 3 mil 627 (84.4 por ciento) de los pacientes recibieron anticoagulación profiláctica dentro de las 24 horas posteriores al ingreso y hubo 622 muertes (14.5 por ciento) dentro de los 30 días.
La muerte a los 30 días fue del 14.3 por ciento entre los que recibieron anticoagulación profiláctica en comparación con el 18.7 por ciento entre los que no la recibieron: una reducción del riesgo relativo de hasta el 34% y una reducción del riesgo absoluto del 4.4 por ciento.
Este beneficio pareció ser mayor entre los pacientes que no ingresaron en la unidad de cuidados intensivos (UCI) dentro de las 24 horas posteriores al ingreso al hospital. Recibir anticoagulación profiláctica no se asoció con un mayor riesgo de hemorragia grave.
Se trata de un estudio grande y, aunque los investigadores reconocen que debido a la naturaleza observacional del estudio persiste un grado de incertidumbre que solo puede abordarse mediante ensayos aleatorizados, señalan que hasta que se disponga de más pruebas estos hallazgos “proporcionan pruebas sólidas del mundo real para respaldar las directrices que recomiendan el uso de anticoagulación profiláctica como tratamiento inicial para los pacientes con COVID-19 al momento de la admisión al hospital”.