Los migrantes se quejan de no poder salir libremente a tiendas de la zona. Los funcionarios aseguran que es por su propia seguridad y el Gobierno estatal ha dejado claro que no dudará en entregar a quien provoque nuevos disturbios a las autoridades migratorias para que sean deportados.
Ciudad de México, 14 de febrero (AP).— La policía y un grupo de migrantes de los mil 600 centroamericanos que permanecen recluidos en una maquila reconvertida en albergue en Piedras Negras, México, protagonizaron un altercado en esta ciudad fronteriza con Texas. El incidente tuvo lugar el miércoles y según un vídeo de los hechos, algunos migrantes tiraron un toldo y tiraron algunas vallas.
Las autoridades del estado mexicano de Coahuila afirmaron que la situación se controló y que se abrió un diálogo con los migrantes, cuya paciencia parece agotarse con el paso de los días por no poder salir del albergue que está fuertemente cercado por militares y policías desde hace al menos diez días.
Los migrantes se quejan de no poder salir libremente a tiendas de la zona. Los funcionarios aseguran que es por su propia seguridad y el Gobierno estatal ha dejado claro que no dudará en entregar a quien provoque nuevos disturbios a las autoridades migratorias para que sean deportados.
“Nos ha costado mucho guardar el orden y no pondremos en tela de duda el respeto a la ley”, dijo el responsable de seguridad de Coahuila, José Luis Pliego. “Actuaremos con rigor de ser necesario”, agregó.
Las autoridades indicaron que algunos migrantes han solicitado su traslado a otras ciudades fronterizas, posiblemente pensando que tendrán más libertad de movimiento. La aspiración de la mayoría es solicitar asilo en Estados Unidos pero sólo una docena son atendidos al día por las autoridades de ese país.
Joe Rivano Barros, miembro de la ONG estadounidense Raíces, indicó que el principal problema para los migrantes es la falta de información y que eso les provoca mucha frustración. “Es como vivir en una cárcel”, indicó.
Este grupo, que proporciona apoyo legal a los migrantes, no ha conseguido permiso para entrar en el albergue.
En torno a mil migrantes de esta última caravana de centroamericanos han solicitado visa humanitaria, con la que pueden trabajar en México mientras esperan su turno para solicitar asilo. No obstante, sólo 400 han sido aceptadas. Teóricamente los que disponen de este permiso pueden moverse libremente pero muchos de los que ya lo tienen se quejaron de no poder salir y entrar de la maquila.
Rivano Barros afirmó el jueves haber visto unos siete autobuses fuera del albergue que llevarían a los migrantes a ciudades como Hermosillo, Sonora. Desde allí podrían llegar a Tijuana, fronteriza con San Diego, y el destino elegido por las caravanas previas.
Por otra parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) indicó el jueves que lograron la reunificación con sus padres de una menor hondureña de tres años que formaba parte de la caravana.
Durante las labores de apoyo a los migrantes menores no acompañados en Piedras Negras, la comisión detectó a la niña y aunque viajaba “aparentemente” con un familiar optaron por trasladarla a un albergue especializado y contactar a sus progenitores, que eran residentes legales en Nebraska y se trasladaron hasta Piedras Negras para recogerla.