A La Fiera sólo le bastó concretar una oportunidad para imponerse a un Rebaño que no ha visto la victoria en el actual torneo.
Ciudad de México, 14 de febrero (SinEmbargo).- Atrás quedaron las riñas tuiteas por ver quién es el verdadero “Campeonísimo” del futbol mexicano, la Chivas recibieron en el Omnilife al León en el penúltimo duelo de la jornada. Para rematar en pleno San Valentín.
A pesar del horario poco usual para los aficionados del “Rebaño Sagrado” el inmueble tuvo una entrada aceptable, sobre todo tomando en cuenta la fecha y el “timing papal” en el que coincidió el partido. Así, a aproximadamente 530 kilómetros de distancia, Francisco I oficiaba misa en Ecatepec.
Sin embargo, a los aficionados rojiblancos y esmeraldas poco les importaban las palabras de Jorge Mario Bergoglio. Para ellos la importancia de esta rivalidad protagónica del Bajío y el Occidente es de sobra conocida y, a pesar del mal momento que pasan las Chivas y de que “La Fiera” sea una escuadra errática en la actualidad, no podía esperarse un partido tibio en la capital jalisciense.
De entrada se presentó un juego fluido, en cuanto a recorrido del balón. Rojiblancos y esmeraldas se enfocaron en llegar al área rival y no ensuciar el juego del contrario. Un disparo de Carlos Cisneros que Yarbrough controló en los primeros minutos fue el aviso de las Chivas. Sería uno de apenas un puñado.
En el otro lado de la cancha Mauro Boselli acosaría constantemente a la zaga de José Antonio Rodríguez para dejar en claro que la visita iba a hacer lo propio para buscar la ventaja. Los del Bajío fueron más contundentes al final.
Desde temprano Luis Fernando Tena se vio obligado a hacer un reacomodo táctico tras la prematura salida de Novaretti. Sin embargo, en lo referente a cuestiones de parado, fueron las Chivas quienes más sufrieron, sobre todo en su área, que se convertía en tierra de nadie en cada jugada a balón parado.
Así, la oportunidad más clara de la primera mitad la tuvo precisamente la visita. Con un disparo de Germán Cano que fue rechazado por Salcido salva en la línea y luego terminó afuera luego de que Pereira la alejara de la zona de peligro.
Evidentemente La Fiera tenía, en esos momentos, el juego inclinado a su favor y al final del primer tiempo la rechifla de la afición local no se hizo esperar. No sería el único reclamo que las Chivas recibirían.
Los dirigidos por Tena siguieron en la misma tónica, pero también con la misma imprecisión. Esto permitió que por unos instantes el Rebaño tomara confianza y comenzaran a presionar a la visita. Los del Bajío, por su parte, a la menor oportunidad sitiaban el área de “Toño” Rodríguez, a quién sólo salvaba la mala puntería de los delanteros del León..
Fue hasta el minuto 77 que Boselli le cobró a los locales su inconsistencia. Para variar, en medio de una jugada a balón parado en donde el esférico quedó a la deriva en el área chica del Rebaño. El capitán esmeralda no tuvo más que puntear para abrir el marcador mientras Rodriguez, tirado, reclamaba una falta.
Por si fuera poco, Jair Pereira se fue expulsado tras reclamar las decisiones del cuerpo arbitral. León por su parte, siguió fiel al ritmo que mantuvo a lo largo del juego: pases largos, contragolpes y velocidad.
Con un hombre más, todo se acomodaba más para un contragolpe de los esmeraldas. Incluso Boselli tuvo el segundo en sus pies y remató sin fuerza. Aún así, los visitantes no requirieron más. La suerte ya estaba echada para unas Chivas a las que el 14 de febrero no les sirvió para amortiguar la decepción que su fanaticada les mostraba. Si acaso el mal paso de Dorados que, muy seguramente, los salvará del descenso al final del torneo.
